Una deserción escolar del 3 por ciento en secundaria, 9 por ciento en preparatorias, el desempleo de 23 mil jóvenes en edad de preparatoria y universidad, son reflejo de la falta de perspectiva de juventud, en las políticas públicas en Baja California.
Lo anterior fue referido por la directora del Instituto de la Juventud de Baja California (INJUVE), Michel Sánchez Allende, quien dio a conocer que durante todo el 2020 trabajaron en un proyecto transversal para que tanto entes públicos como privados, tomen conciencia de que la juventud es un grupo etario y no una fase de transición, lo que obliga a las instituciones a crear mecanismos de gobierno que se enfoquen hacia las necesidades del grupo de 12 a 29 años, quienes comprende una tercera parte de la población bajacaliforniana.
Desde su oficina en Mexicali, la funcionaria comentó que históricamente, el INJUVE ha sido una institución “clientelar” con una perspectiva “conservadora”, la cual solo entregaba apoyos económicos a estudiantes de buenas calificaciones y de preparatoria, porque esto representaba una inversión directa de cara a las elecciones subsecuentes.
Debido a ello, optaron por diversificar los 3 mil apoyos con los que cuenta la dependencia para otorgarlos a integrantes de la comunidad “pai pai”, a jóvenes que integran las casas hogar y a sectores vulnerables.
“Aquí nos encontramos con candados en la regla de operación de los programas que no permiten ser programas transversales e inclusivos, para que puedan tener este tipo de programas continúen para que no sean electorales”.
¿Era una institución clientelar?
“Era clientelar y electorera porque no podían beneficiarse a quienes no tienen credencial de elector; padres de familia se acercan porque ahora reciben apoyos desde la secundaria, incluso que los apoyos mitad son para hombres y mujeres, que sea paritario y educativo”
Para definirlo, detalló que la dependencia creó un manual con 8 criterios de vulnerabilidad para el reparto de apoyos, donde se evalúa si cuenta con alguna discapacidad, sí es de escasos recursos, sí pertenece a alguna comunidad indígena o LGBTTTIQ, sí está integrado en una casa hogar; o bien, cuenta con alguna responsabilidad para atender a alguna persona mayor o menor.
Este 2020 otorgaron apoyos y llevaron programas a integrantes de la comunidad “pai pai”, a jóvenes de la casa “El Buen Pastor” y demás sectores, los cuales fueron repartidos de manera equitativa entre hombres y mujeres.
Sánchez Allende, aseveró que esta nueva perspectiva de juventud, que arranca desde la dependencia que preside, ya se ha efectuado en otros estados y pretende integrar a los entes públicos, sociales y empresariales, para definir mecanismos que busquen reconocer a los jóvenes como un grupo etario que requiere atención especial y no como una etapa de transición, como prevalece en la concepción “adultocentrista”.
El proyecto se originó de investigaciones en torno a la juventud, pero también en una encuesta donde participaron mil 200 jóvenes, donde plantearon diversas problemáticas que van desde la deserción escolar, adicciones y embarazo adolescente.
Sánchez Allende, dijo que la falta perspectiva de juventud tiene como consecuencia cifras de 10 mil eventos de embarazos adolescentes entre jóvenes de 15 y 19 años y 500 de menores de esa edad; también la atención de mil 500 solicitudes de apoyo en los Centros de Integración Juvenil, donde el 37% consumen metanfetamina, 30 marihuana y heroína 12 por ciento.
De igual manera, consideró que la falta de participación en la actividad política se debe al mismo problema. Por ello -aseguró- es urgente modificar la Ley de Juventud para diversificar la atención que la dependencia otorga y dotar de capacitaciones a otras instituciones y secretarías, para que atiendan a este sector de una mejor manera.