El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) advirtió que con todo y los programas sociales impulsados por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador existe el riesgo de que aumente la pobreza en México, debido a las afectaciones de la pandemia de COVID-19 y la vulnerabilidad de diversos segmentos de la población.
“Los impactos derivados de la reducción de las actividades económicas podrían generar un aumento de entre 8.9 y 9.8 millones de personas con ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos, y de entre 6.1 y 10.7 millones de personas con ingreso inferior a la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos”, alertó el organismo.
Consideró que los Programas Integrales de Bienestar se enfocan principalmente en las transferencias directas de apoyos económicos, más que en la prevención, mitigación y atención de los riesgos que enfrentan las personas en las distintas etapas de su vida.
Expuso que se requiere de un documento rector que defina concretamente las actividades, las responsabilidades y el intercambio de información de cada actor, así como los bienes y servicios que se involucran en este esquema de coordinación para la implementación de los Programas Integrales de Bienestar.
Es necesario contar con un sistema de información que integre los padrones de beneficiarios de los Programas Integrales de Bienestar que permita identificar los programas que operan en las mismas regiones y la población beneficiaria, para luego encontrar oportunidades para generar sinergias que fortalezcan su capacidad resolutiva, señaló el 10 de febrero pasado.
En su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020, el Coneval resaltó la necesidad de continuar la capacitación de los Servidores de la Nación en cuanto al funcionamiento de cada intervención, así como la sistematización y el envío de la información que conforma el Padrón Único de Beneficiarios.
En cuanto a las acciones para mejorar las condiciones de grupos vulnerables (mujeres, niños, adolescentes y jóvenes, adultos mayores, personas con discapacidad y población indígena), el Coneval hizo énfasis en que se requieren políticas afirmativas, medidas de inclusión y de nivelación, para contribuir a la asimilación del trabajo de cuidados como una responsabilidad colectiva al interior de las familias.
Esto, puede incluir acciones y programas que otorguen servicios de cuidado de calidad que sustituyan el trabajo no remunerado de las mujeres y permitan revalorizar dicho trabajo, apuntó.
Y es que el organismo estimó que las mujeres dedicaban 22 horas a la semana a los quehaceres domésticos y 28 horas al cuidado de otras personas, lo que equivale a 2.5 veces al tiempo que dedican los hombres a estas actividades.
En promedio, las mujeres dedican 50 horas semanales al trabajo de cuidados no remunerado. Situación que se agudiza con la presencia de toda la familia en el hogar y la necesidad de adoptar las medidas de prevención en salud derivadas del confinamiento y del aislamiento social por la pandemia.
Además, recomendó vincular las acciones de eliminación de la violencia de género con los programas y estrategias para fomentar la autonomía y empoderamiento económico, como parte de una estrategia de atención integral.
Estimó necesario proveer un ingreso mínimo para los jóvenes que perdieron su empleo a partir de las medidas de confinamiento para prevenir la propagación del virus SARS-CoV-2. Además de generar mecanismos en los sectores privado, público y social que incentiven el reingreso laboral de esta población.
En la población indígena, recomendó implantar un sistema de cuidados de largo plazo para la atención formal de las personas mayores dependientes, y acercar los servicios de atención médica y preventiva por medio de unidades médicas móviles a las comunidades aisladas y de difícil acceso geográfico.
Además de generar las estrategias que aseguren igualdad de oportunidades para las personas indígenas, que permitan el acceso a empleos fuera de condiciones precarias y que garanticen el acceso a la seguridad social.
Para mejorar la situación de las personas con alguna discapacidad, el Coneval planteó garantizar el acceso a la educación de este segmento de la población adecuando los espacios educativos, en aras de que tengan un mejor acceso.
“El personal docente debe estar capacitado en conocimientos en sistema braille, lengua de signos y otras habilidades necesarias para atender a aquellos infantes que lo requieran para el aprendizaje”, entre otras medidas señaladas por el organismo.