La clorofila es una sustancia importante a la que se le han encontrado múltiples beneficios para la salud; entre las más importantes: ser alcalinizante de la sangre y tener cualidades antioxidantes; lo primero por su alto contenido de hidrógeno, y lo segundo por su bajo contenido de oxígeno.
Los seres vivos se agrupan en varios grandes reinos: monera (bacterias), protista (protozoarios), fungi (hongos), animal (animales y seres humanos), vegetal (plantas). Para la explicación del tema involucraremos tres reinos, dentro de los seres vivos, bacterias, hombre y plantas, y unas moléculas proteicas, consideradas no vivos: los temibles virus.
Los virus, para poder involucrarse con el ADN de una célula, replicarse y movilizarse, necesitan como condición indispensable penetrar y llegar al material genético, la célula que parasitan; las bacterias, por pertenecer al grupo procariota (no tienen núcleo), su material genético (ADN, ARN) se encuentra distribuido por todo el citoplasma, por lo que basta penetrar la membrana celular y el virus está donde quiere estar, en el genoma de la célula.
Los virus, por considerarlos entes sin vida, no pueden realizar funciones de seres vivos, por ejemplo, movilizarse en diferentes ambientes; pero a los microorganismos unicelulares (bacterias) que invaden y dominan sí pueden hacerlo. El mejor medio de locomoción de los virus son las bacterias con sus tres medios característicos bacterianos de movimiento (cilios, flagelos y pseudópodos), que permite moverse en: aire, agua y tierra.
En las células humanas y animales, por pertenecer al grupo eucariota, caracterizadas por tener núcleo, los virus tienen que penetrar dos membranas: la de la célula y la del núcleo, a fin de llegar a lo que le es indispensable, el material genético; y al parecer no es obstáculo, por el gran número de contagios de COVID en el mundo.
La gran diferencia está en las maravillosas y resistentes células vegetales contenidas en todas las plantas. Entre las características diferentes a otras células eucariotas (animales y humanas) a saber es que tienen doble membrana celular, recubierta con una pared de lignina, producto de la celulosa que da el tejido de soporte y resistencia a las plantas. La lignina da origen a la palabra leña y se involucra en la mayoría de los tejidos vegetales en menor o mayor grado, como en la colénquima, un tejido que le da flexibilidad y elasticidad a las partes jóvenes de las plantas, y el esclerénquima, que le da dureza y resistencia a los tejidos de soporte.
El virus también tiene que atravesar la membrana del núcleo, por lo que tiene que traspasar tres membranas resistentes para llegar al genoma de una célula vegetal; además, éstas tienen un organelo sine qua non exclusivo, que ningún otro tipo de células posee, el cloroplasto, que es el gran trasformador de la energía lumínica del sol en energía química (clorofila), siendo que el cloroplasto tiene tres membranas celulares: la externa, la intermedia y la interior, más la membrana del núcleo. Por lo anterior representa mayor grado de dificultad para un virus secuestrar una célula vegetal, razón por la que los virus atacan menos a las plantas medianas y mayores (arbustos y árboles).
Las clorofilas se dividen en cinco categorías, siendo la A y la B las de mayor contenido de carbono e hidrógeno, como se puede apreciar de sus fórmulas químicas:
*Tipo A.- c55 h72 o5 n4 mg.
*Tipo B.- c55 h70 o6 n4 mg.
*Tipo C.- c35 h30 o5 n4 mg.
*Tipo D.- c35 h28 o5 n4 mg.
*Tipo E.- Bacterioclorofila.
A mayor intensidad de color verde, mayor contenido de clorofila. Esta no es soluble en agua y lo notamos cuando cocinamos caldos de verduras. El repollo, espinaca, apio, brócoli, zanahorias y otros no desprenden extracto verde, esto se debe a que la clorofila en las verduras se focaliza en la fibra; el aparato digestivo a través de las enzimas, la solubilizan y la hacen asimilable, pasando al torrente sanguíneo y de ahí a las células de quien la consume. El gran “pero…” para la mayoría de la población, es que las verduras y hortalizas se ponen prohibitivas en la canasta básica, es ahí donde tenemos que voltear a la clorofila de árbol, totalmente al alcance de todos, que nos da clorofila tipo A y B por su alto contenido de hidrógeno, alcalinizando la sangre y proporcionando mayor resistencia al ataque de bacterias y virus.
En Mexicali, tenemos dos árboles cuyas hojas nos proporcionan clorofila tipo A y B totalmente gratis: el conocido como árbol del algodón o del corazón, por su forma de hoja, y el tabachín.
No todos los árboles tienen hojas que puedan solubilizar la clorofila por medio de la cocción. Hasta ahora tenemos estudiados estos dos tipos de árboles, los cuales desprenden extracto de clorofila.
La clorofila de árbol tiene la ventaja que es 100% orgánica, pues estos árboles no reciben ningún tipo de “sidas” (insecticidas, herbicidas, fungicidas, nematicidas y otros), a diferencia de las verduras y hortalizas, que sí se les aplican agroquímicos.
El método usado para obtener el extracto de clorofila es poner a hervir durante 20 a 25 minutos un promedio de 10 hojas recién cortadas del árbol del algodón, agregándole media cucharada de glicerina a un litro de agua para que la haga soluble y se conserva lo orgánico, ya que la glicerina proviene de grasas y aceites vegetales y animales.
La clorofila no es un medicamento que combata al COVID, esto lo hará la vacuna que en su momento se nos aplicará; pero sí nos ayuda a crear resistencia contra virus y bacterias.
Recuerde: coma verduras y hortalizas; pero si no alcanza el presupuesto familiar, tiene la opción de la clorofila de árbol.
Atentamente,
Reyes Gasca Gutiérrez (Regas),
Ambientalista y productor de árboles.
Mexicali, B.C.
Correo: rgg-0650@hotmal.com