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martes, octubre 1, 2024
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Dos borrachines

Había dos borrachos y un perro San Bernardo con un barrilito de whisky. Un borracho le dice al otro:

– Mira, ahí viene el mejor amigo del hombre.

“Sí, ¡y viene con un perro!”.

Autor: Un rescatista.

 

Un ebrio

Entra un hombre ebrio a un bar, se sienta en una mesa y empieza a gritar fuerte:

– ¡Mesera! ¡Hic! ¡Cabmmmareraaaa! ¡Hic!

“Señor, por favor compórtese, ¿qué desea?”.

El hombre saca unos pollitos de los bolsillos, los pone sobre la mesa y dice:

– ¡Tráigame una botella de whisky para mí y para mis sobrinos!

Autor: Granjero sin pollitos.

 

Celos

La esposa al marido:

– ¡Estoy harta de tus celos!

“No te entiendo, amor…”.

– Es que ¿acaso te crees que no me he dado cuenta de que últimamente me sigue un detective alto, rubio, con ojos verdes, muy agradable, y que es un poco tímido al principio?

Autor: Ex detective privado.

 

En el Juzgado

Estaba una indita en un Juzgado y el juez le pregunta:

– María, me han dicho que tú mataste a tu esposo.

“Is qui como qui lo maté y no lo maté, tábanos jugando”.

– A ver, María, explícame eso.

“Is qui istaba lavando los calzonis di mi viejo y qui llega mi viejo, agarra la cubeta dil agua y mi la avienta y mi dice: ‘¡Como qui ti llovizna!’. Intoncis qui mi enojo y agarro ditirjente, se lo aviento en la cara y li hago: ‘¡Como qui ti neva!’. Intoncis qui agarra un puñu di piedras y mi hace: ‘¡Como qui ti graniza!’. Y entoncis qui mi inojo más y agarro piedras y li hago ‘¡Como qui ti graniza también!’. Dispuis agarra il látigo di su caballo y qui mi hace:

‘¡Como qui ti rilampagueya!’. Intonsis qui mi agarra bin incabritada, y como yo ni traiba cinturón, qui agarro il machete y li hago ¡¡¡ZASSS!!! ¡COMO QUI TI PARTE UN RAYO, CANIJO!”.

Autor: Un indito indignado.

 

Compradora compulsiva

Llega la mujer compradora compulsiva y le dice a su esposo, que está leyendo el periódico:

“Mira, mi amor, ¿no crees que con este vestido me veo veinte años más joven?”.

Él responde:

“¿Y por qué no te compras dos vestidos más?”.

Autor: Ex marido.

 

Día caluroso

Un matrimonio se encontraba en casa en un día de mucho calor. El marido de pronto dice:

– Mi amor, no soporto más este calor. ¿Qué dirá nuestro vecino si me baño en la alberca desnudo?

“¡Pues que me casé contigo por tu dinero!”.

Autor: La vecina.

 

Casado

Ella: Si yo muriera, ¿volverías a casarte?

Él: ¡Claro que no!

Ella: ¿Por qué? ¿No te gusta estar casado?

Él: Claro que me gusta.

Ella: Entonces, ¿por qué no volverías a casarte?

Él: Bueno, lo haría.

Ella (con cara de decepción): ¿Lo harías?

Él: (Suspira profundo)

Ella: ¿Dormirías con ella en nuestra cama?

Él: ¿Y dónde más?

Ella: ¿Cambiarías fotos mías por las de ella?

Él: Me parecería adecuado.

Ella: ¿Ella utilizaría mis palos de golf?

Él: No, es zurda.

Ella: (Silencio)

Él: ¡Ouch! ¡Perdón, perdón!

Autor: Esposo malherido.

 

¡Mi marido!

Una pareja estaba durmiendo y de repente la mujer grita:

“¡Mi marido, mi marido!”.

En eso el hombre sale corriendo hasta que llega al parque y exclama:

“¡Pero si yo soy su marido!”.

Autor: Ex esposa.

 

Compadres en la selva

Dos compadres caminan por la selva y no encuentran nada en todo el día, por la noche se acuestan a dormir y sienten rugir a un león y las armas estaban lejos. Entonces, un compadre le dice al otro:

– Pásame los tenis, compadre.

“¡A poco le vas a ganar a correr al león!”.

– No, ¡pero a ti sí, compadre!

Autor: Corredor aficionado.

 

La mano de la abuela

Un hermano le pregunta a otro por qué prefiere que la abuela le dé el aceite de hígado de bacalao, entonces le contesta:

“Es que como le tiembla mucho la mano, ¡no alcanzo a probar casi nada!”.

Autor: El abuelo.

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Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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