Había dos borrachos y un perro San Bernardo con un barrilito de whisky. Un borracho le dice al otro:
– Mira, ahí viene el mejor amigo del hombre.
“Sí, ¡y viene con un perro!”.
Autor: Un rescatista.
Un ebrio
Entra un hombre ebrio a un bar, se sienta en una mesa y empieza a gritar fuerte:
– ¡Mesera! ¡Hic! ¡Cabmmmareraaaa! ¡Hic!
“Señor, por favor compórtese, ¿qué desea?”.
El hombre saca unos pollitos de los bolsillos, los pone sobre la mesa y dice:
– ¡Tráigame una botella de whisky para mí y para mis sobrinos!
Autor: Granjero sin pollitos.
Celos
La esposa al marido:
– ¡Estoy harta de tus celos!
“No te entiendo, amor…”.
– Es que ¿acaso te crees que no me he dado cuenta de que últimamente me sigue un detective alto, rubio, con ojos verdes, muy agradable, y que es un poco tímido al principio?
Autor: Ex detective privado.
En el Juzgado
Estaba una indita en un Juzgado y el juez le pregunta:
– María, me han dicho que tú mataste a tu esposo.
“Is qui como qui lo maté y no lo maté, tábanos jugando”.
– A ver, María, explícame eso.
“Is qui istaba lavando los calzonis di mi viejo y qui llega mi viejo, agarra la cubeta dil agua y mi la avienta y mi dice: ‘¡Como qui ti llovizna!’. Intoncis qui mi enojo y agarro ditirjente, se lo aviento en la cara y li hago: ‘¡Como qui ti neva!’. Intoncis qui agarra un puñu di piedras y mi hace: ‘¡Como qui ti graniza!’. Y entoncis qui mi inojo más y agarro piedras y li hago ‘¡Como qui ti graniza también!’. Dispuis agarra il látigo di su caballo y qui mi hace:
‘¡Como qui ti rilampagueya!’. Intonsis qui mi agarra bin incabritada, y como yo ni traiba cinturón, qui agarro il machete y li hago ¡¡¡ZASSS!!! ¡COMO QUI TI PARTE UN RAYO, CANIJO!”.
Autor: Un indito indignado.
Compradora compulsiva
Llega la mujer compradora compulsiva y le dice a su esposo, que está leyendo el periódico:
“Mira, mi amor, ¿no crees que con este vestido me veo veinte años más joven?”.
Él responde:
“¿Y por qué no te compras dos vestidos más?”.
Autor: Ex marido.
Día caluroso
Un matrimonio se encontraba en casa en un día de mucho calor. El marido de pronto dice:
– Mi amor, no soporto más este calor. ¿Qué dirá nuestro vecino si me baño en la alberca desnudo?
“¡Pues que me casé contigo por tu dinero!”.
Autor: La vecina.
Casado
Ella: Si yo muriera, ¿volverías a casarte?
Él: ¡Claro que no!
Ella: ¿Por qué? ¿No te gusta estar casado?
Él: Claro que me gusta.
Ella: Entonces, ¿por qué no volverías a casarte?
Él: Bueno, lo haría.
Ella (con cara de decepción): ¿Lo harías?
Él: (Suspira profundo)
Ella: ¿Dormirías con ella en nuestra cama?
Él: ¿Y dónde más?
Ella: ¿Cambiarías fotos mías por las de ella?
Él: Me parecería adecuado.
Ella: ¿Ella utilizaría mis palos de golf?
Él: No, es zurda.
Ella: (Silencio)
Él: ¡Ouch! ¡Perdón, perdón!
Autor: Esposo malherido.
¡Mi marido!
Una pareja estaba durmiendo y de repente la mujer grita:
“¡Mi marido, mi marido!”.
En eso el hombre sale corriendo hasta que llega al parque y exclama:
“¡Pero si yo soy su marido!”.
Autor: Ex esposa.
Compadres en la selva
Dos compadres caminan por la selva y no encuentran nada en todo el día, por la noche se acuestan a dormir y sienten rugir a un león y las armas estaban lejos. Entonces, un compadre le dice al otro:
– Pásame los tenis, compadre.
“¡A poco le vas a ganar a correr al león!”.
– No, ¡pero a ti sí, compadre!
Autor: Corredor aficionado.
La mano de la abuela
Un hermano le pregunta a otro por qué prefiere que la abuela le dé el aceite de hígado de bacalao, entonces le contesta:
“Es que como le tiembla mucho la mano, ¡no alcanzo a probar casi nada!”.
Autor: El abuelo.