Amables lectores:
Europa, continente que está en latitudes nórdicas, ya está en el inicio de la temporada de frío, y desde hace dos semanas está enfrentando el muy anunciado rebrote del virus de China (COVID-19), y de nuevo han implementado restricciones firmes. Debemos tomarlo como fuerte señal de advertencia y redoblar la disciplina.
Releía un artículo desde el 1° de febrero de este año en la revista inglesa The Economist, en el que con la más analítica seriedad mencionaban plenamente que el virus chino duraría meses; sí, amable lector, hace 10 meses Y -¡recáspita!- ya desde entonces recomendaban exigir bozal (cubrebocas), separar a los contagiados, guardar distancias, tener personal médico y enfermero con uniformes y salas de hospitales especialmente equipadas, equipo de protección personal necesario, y hacer rastreo de los puntos de contagio. Y que los científicos, químicos y médicos investigadores, aun a marchas forzadas tardaría hasta un año en sacar alguna vacuna (pero de prueba).
Acá a diario vemos sujetos que no les importamos los demás ni un comino, sintiéndose muy fortachones y saludables; con descaro y arrogancia vana no usan bozales (cubrebocas, mascarillas) y se nos enciman y arriman. “No hagáis al prójimo lo que no desees para vos”, no perjudiquemos a los demás; y nosotros no bajemos la guardia.
En cuanto a la contienda electoral en E.U. para presidente, senadores, diputados y varias a niveles locales, lo cerrada que resultó no sorprende en lo mínimo. ZETA publicó mi carta de hace medio año en que sospechaba que el Sr. Trump volvería a competir muy reñido. Hace cuatro años presentía que no le sería tan fácil a la Sra. Hilaria Clinton de ganar -y mucho menos con ventaja amplia-, tal cual resultó, ya que el Sr. Trump, con desventaja del voto popular (y minoría del colegio electoral) le jaló el tapete; por dos razones: la imagen pública de la Sra. Clinton como política ambiciosa y la agenda radical de su partido pro gobierno intrusivo, ultra burocratista social y aborto extremo.
En esta otra campaña, el Sr. Biden se volvió a cargar hacia esa agenda pro ultra gobierno burocratista, aparatoso y aborto fácil, peor anunciada cuando seleccionó para pareja de fórmula electoral a la Sra. Kámala Harris, bastante radical hacia esas tendencias, y a consecuencia de eso muchos votantes (no simpatizantes del Sr. Trump) de todos modos se sintieron arrinconados a resignarse a considerarlo como la menos peor entre las dos opciones.
E igual como se preveía al Sr. Trump como polarizante y divisionista allá en E.U., acá en nuestro México estamos en situación similar. Hace dos años los votantes, hartos del voraz robadero (al grado de saqueo) a nuestros impuestos por los del PRI, PRD y PAN, aunado a las evidencias de nexos al crimen y narco por tantos políticos sin escrúpulos, igual para echarlos fuera se rindieron al populismo del Sr. López. Y con éste vamos igual, porque con su tal “Cuarta Transformación” (sic) mucho se le ve “más de lo mismo” con perjuicios como desabastos de medicinas, sus anunciados proyectos gastadores, el “culiacanazo”, ir a Badiraguato a dar el besamanos, el aumento del crimen y robos, la rifa ridícula, lo divisionista e izquierdista (en lo social), el mal manejo contra el virus y la economía decaída… el populismo se le va desgastando. Y que E.U. detuviera otro militar más, enredado con cárteles y lavado de dinero.
Pensemos con lógica para México en 2021, porque definitivamente los electores vamos siendo arriados a la misma encrucijada que vemos que acaban de atravesar los electores de E.U.; por un lado, un populista ególatra y mediocre que cada vez se desprestigia peor, pero por el otro lado los dinosaurios fósiles, ya tan repugnantes que la ciudadanía no quiere saber nada de esos (y menos permitirles que regresen). Laberinto al que recaemos de nuevo.
El PRI, aunque recaído, sigue teniendo la estructura más establecida, como lo acaba de demostrar en los estados de Coahuila e Hidalgo, mientras el repudio al PRD y PAN, hoy en día los más repugnantes de los mafia-partidos (y cuyos caciques y lacayos son los peores descarados), es evidente tras las barridas que se les siguen propinando. Pero la experiencia -una y otra vez- ya nos ha enseñado a no darle “carro completo” jamás a ningún solo partido grandulón o “de moda” (como hoy Morena) que controle la presidencia, senado ni diputados. Protéjanse. Cúbranse.
Atentamente,
José Luis Haupt Gómez.
Tijuana, B.C.