Pese a que cruceros no volverán al puerto hasta 2021, con el aumento de visitantes por vía terrestre se tuvo un registro de por lo menos 80 menores que ejercen la mendicidad y trabajan en la zona turística de la ciudad, a la par de vendedores ambulantes de artesanías que regresaron después del confinamiento. Quienes se dedican a aprovecharse de menores y mujeres, buscan que se instalen desde el puente del Arroyo Ensenada, pasando por el Bulevar Costero hasta la calle Primera
Después de seis meses de aislamiento por la contingencia ante la proliferación de la enfermedad COVID-19, la explotación infantil y de mujeres indígenas regresó a la vía pública en la zona turística de Ensenada.
Se estima que en el puerto hay unas 50 féminas que usan a uno dos niños, es decir, alrededor de 80 menores, quienes son obligados a pedir dinero y así fomentar la mendicidad en las calles.
La comunidad de indígenas radica en la zona conocida como El Zorrillo, a 26.5 kilómetros hacia el sur, en la delegación Maneadero, desde donde se trasladan en camionetas hasta el Centro de la ciudad.
Quienes se dedican a explotar a niños y mujeres, buscan que se instalen en la ruta peatonal de los turistas que bajan de los cruceros, desde el puente del Arroyo Ensenada, pasando por el Bulevar Costero hasta la calle Primera.
Aunque las líneas navieras no regresarán al puerto hasta 2021, de agosto a la fecha el turismo por tierra se incrementó considerablemente.
“Dicen que lo hacen para comprar alimento o útiles escolares, pero nunca quieren apoyo económico o en especie, que no ocupan”, platicó un ex inspector de la Dirección de Comercio Municipal.
De manera anónima, compartió que en la anterior administración municipal llegó a intervenir a niños 30 o 40 dólares en su bolsillo, e incluso turistas del crucero pagan de 10 a 20 dólares “por un par de chicles”.
Un censo hecho en 2019 por la Dirección de Comercio y Espectáculos Públicos del Ayuntamiento, señala que 450 personas entre hombres, mujeres y niños, trabajan como vendedores ambulantes de artesanías, dulces o son pedigüeños.
Tanto el gobierno municipal como estatal han sido estrictos en el manejo de las medidas de higiene para reactivar los diferentes sectores económicos de Baja California durante la pandemia, sin embargo, en un recorrido hecho por el área no hay ninguna vigilancia para quienes ejercen esta actividad.
Ahora estos menores indígenas también están expuestos al contagio o son transmisores, al deambular sin control por en el Bulevar Costero, Calle Primera y Calle de la Marina, donde se puede ver a los niños tirados en las banquetas.
En su Artículo 26, el Bando de Policía y Buen Gobierno menciona que son infractores quienes atenten contra la paz y tranquilidad pública del municipio al mendigar en áreas públicas, solicitando dádivas de cualquier especie, sin tener notoria imposibilidad física o mental para el trabajo o una necesidad urgente.
La directiva de Proturismo, a cargo de Amador Arteaga Sahagún y el jefe de la Unidad contra la Violencia Intrafamiliar (UCVI) de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Emanuel Marchan, dieron a conocer que en corto tendrán la primera reunión para tratar la problemática de la mendicidad y comercio ambulante.
PEDIGÜEÑOS RECHAZAN APOYOS DE GOBIERNO
De marzo a septiembre de 2020, la UCVI ha atendido seis llamadas de transeúntes indignados por la presencia de bebés y niños indígenas, quienes por lo regular operan en la zona turística, pidiendo “dádivas” en camellones de las avenidas más transitadas de Ensenada.
Debido al aislamiento, los destinos turísticos quedaron solos, por lo que unos cuantos niños y mujeres fueron trasladados a pedir dinero y vender dulces a los cruceros de mayor tráfico, como el Bulevar Ramírez Méndez, Transpeninsular, Estancia y Diamante.
Emanuel Marchan reconoció que existen tratados internacionales que protegen la integridad de los menores, sin embargo, el problema social que existe los supera como corporación.
Cuando los agentes realizan la intervención, por lo general se trata de una madre de familia con dos o tres menores y se les hace la recomendación de retirarse al estar prohibido pedir dádivas.
No obstante, se les invita a registrarse en los programas de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) pero lo rechazan.
Mencionó que urge realizar un plan de acción como en anteriores gobiernos municipales, y, de acuerdo con su experiencia, en 2018-2019 existía un programa en conjunto con la Policía Turística para evitar la explotación infantil, les realizaban una intervención y levantaban un acta. “Esas acciones ayudaron a bajar un poco la presencia de los niños”, resaltó el titular de la UCVI.
LEY PROHÍBE TRABAJO INFANTIL
En su Artículo 51, del reglamento de Comercio Municipal prohíbe a los comerciantes ambulantes, fijos, semifijos y de mercados comunes utilizar a menores de edad para que ejerzan su actividad. En tanto que la Dirección de Alcoholes y Espectáculos Públicos del Ayuntamiento, a cargo de José Ángel León Zumarán, se encarga de regular el comercio ambulante, fijo y semifijo.
Las carretas o puestos de venta de artículos varios detuvieron operaciones un tiempo por la baja de visitantes y turistas a consecuencia de la pandemia y comenzaron a operar. Alrededor del 80% de esos comerciantes ha revalidado su permiso, mientras que el 20% restante se encuentra en proceso.
“No se le ha multado a quien no lo ha revalidado, como apoyo a la economía que prevalece a consecuencia de la pandemia, tampoco se les ha retirado la mercancía, sin embargo, se les ha exhortado a que se acerquen a la dependencia a culminar el trámite correspondiente”, afirmó León Zumarán.
En general, en toda la ciudad la dependencia ha emitido alrededor de 513 notificaciones a comercio ambulante, fijo y semifijo para dar a conocer los lineamientos en los que se debe de operar conforme a la nueva normalidad por la emergencia sanitaria por COVID-19.
Para poder vender, deben respetar los lineamientos como fomento al servicio a domicilio o para llevar, y delimitar con cinta amarilla, barrera o acrílica el perímetro de puesto para distanciamiento social.
De igual manera, colocar gel antibacterial y que todo el personal use cubre bocas, guantes de látex y lave periódicamente sus manos.
Se permiten diez personas por puesto, incluyendo empleados, quienes deberán mantener una distancia de por lo menos 1.5 metros, se prohíben grupos musicales en vivo en el lugar de trabajo para evitar aglomeraciones, y se deben limpiar y desinfectar superficies de uso común de manera constante, varias veces durante el día.
EFECTIVOS DIRECTOS EN EL TURISMO
El problema de los niños pedigüeños ha sido tema en las encuestas de los impactos de gastos por pasajero, tripulación y líneas de cruceros.
En BC, este tema le corresponde al secretario de Economía y Turismo Sustentable, Mario Escobedo Carignan, quien evadió la pregunta en torno de las medidas para evitar contagios entre la comunidad indígena.
La industria de cruceros representa una importante fuente de ingresos para estos grupos. Con base a investigaciones hechas por las líneas navieras, en 2018 representaron importantes ingresos. De los 659 mil 309 cruceristas que arribaron a bordo en ese año, 468 mil 109 (71%) bajó del barco para conocer Ensenada; 93 mil 400 tripulantes descendieron, pero se negaron a las dádivas.
De acuerdo con el estudio, se derramaron 40.4 millones de dólares también en el gasto promedio por turista como impuestos y otros cobros que realiza Administración Portuaria Integral a cada barco.
En promedio, cada visitante adulto gastó 117.58 dólares en un día en el pago de tours, fiesta en discoteca, compra de artesanías y lo que ellos denominan “otros gastos”, sin especificar si se trata de propinas o dádivas.
Los encuestados informaron haber gastado un promedio de 31.40 dólares para alimentos y bebidas (fiestas), y 15.60 en fiestas y “otros gastos”.