En el marco de la celebración de la decimoctava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, a realizarse del 28 de octubre al 1 de noviembre del 2020, el cineasta César Flores Correa, exhibirá el cortometraje “No abandonan el mar nunca” como parte de la “sección michoacana” del evento fílmico, proyecto que retrata el ciclo de la vida en la costa michoacana, donde miles de tortugas marinas llegan a sus playas vírgenes para desovar y regresar a las profundidades del océano.
“Integra toda esta parte de percepción y concientización acerca de la vida y el medio ambiente y cómo es que estas especies se ven afectadas por factores humanos. Lo que quisimos transmitir desde un principio es esta libertad que nos brinda la tierra, el paisaje, todos estos sentimientos que experimentamos al vivir en la costa michoacana”, precisó a ZETA Flores Correa.
En charla telefónica, el joven cineasta comentó su desarrollo como realizador, así como el significado de estar seleccionado para la 18⁰ edición del FICM.
“Al salir de preparatoria ya consumía un poco de cine y por cuestiones de curiosidad me fui alimentando de películas y de otros contenidos. Durante este proceso se me da la oportunidad de realizar mi primer proyecto y a partir de ahí es cuando me empiezo a relacionar con la parte práctica de hacer cine y elaborar películas”, dijo.
“Me siento orgulloso que, de alguna manera, no solo Morelia, sino Michoacán y que el festival sea la base para muchos talentos. Ya solo no es Ciudad de México, donde está muy centralizado el cine, sino que Michoacán es otra voz, tiene su propia estructura, identidad, y en ese sentido los realizadores lo han adoptado y sobre todo han aprendido a salir adelante. Nos estamos desarrollando como una constitución de cineastas importantes y que además tenemos las convicciones y cercanías para contar historias”, puntualizó el cinéfilo.
Sobre el impulso que otorga el encuentro fílmico señaló que “ha representado una motivación plena, una ventana importante para todos los directores y sobre todo una sede donde personalidades internacionales se empapen con nuestros contenidos, y eso nos abre más puertas. Es escuela y un escaparate de cintas a las no siempre tenemos acceso, representa toda una experiencia de conocimientos, aprendizajes y pensar a futuro todos los cambios del cine”, abundó Flores.
Concluyendo, el realizador destacó que la realidad de muchos cineastas “es el no depender de los fideicomisos y de dinero externo para hacer cine”, a lo cual agregó “que se ha encontrado con muchas dificultades, pero que aprendes a sobrellevar cada proceso”, señaló Flores, quien se encuentra en proceso de realización de un documental relacionado con la comunidad menonita, a la par de su cuarta participación en el FICM.
