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jueves, febrero 15, 2024
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El grito de los 300 mil pesos

Aunque pareciera que el gobernador Jaime Bonilla Valdez ya ha sido muy criticado porque utilizó dinero del erario para realizar una fiesta personal para sus funcionarios, amigos y familiares durante los festejos del Grito de Independencia la noche del 15 de septiembre, la realidad es que hasta hoy se conoce el verdadero gasto que representó su “chistecito”.

El mandatario se mantuvo en su necedad -a su emberrinchado estilo- de festejar la Independencia de México, pese a que la pandemia originada por la COVID-19 mantenía -en ese momento- el semáforo Rojo. Entonces que decidió hacer un festejo ostentoso que incluyó un perímetro de vigilancia, al que solo pudieran ingresar los invitados y allegados al Ejecutivo estatal.


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Irónicamente, Bonilla decidió cancelar -por COVID- el desfile cívico-militar del 16 de septiembre, fecha que realmente representa la acción subversiva de nuestros héroes fundadores.

En su conferencia de prensa dominical del 20 de septiembre, Bonilla aseguró que los fuegos pirotécnicos solo costaron 50 mil pesos, y no los 300 mil que habitualmente se ejercían. Sin embargo, no mencionó el resto de las erogaciones para su “fiesta personal mexicana”, que en realidad no fueron tan austeras como presume.

Una solicitud de transparencia realizada por CachanillaZ indica que el Grito de Independencia para Bonilla y sus amigos, costó más de 300 mil pesos entre mobiliario, pirotecnia, adornos y demás.


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Por ejemplo, la renta de servicio de equipo audiovisual -la cual vilmente sirvió para transmitir el Grito de Independencia para sus funcionarios e invitados especiales, que no rebasaban los 100 asistentes- tuvo un costo de 160 mil 920 pesos.

El documento no establece cuántas pantallas se arrendaron, ni precios específicos; se limita a justificar que es con motivo del festejo del 15 de septiembre y que el proveedor es Carlos Manuel García Rangel, el cual ya ha brindado otro tipo de servicios al Poder Ejecutivo del Estado.

Otro de los recibos de pago proporcionados a través de una solicitud de transparencia, establece que el Gobierno del Estado también arrendó equipo para instalar y desinstalar todo el equipo relativo al festejo del 15 de septiembre, concepto por lo que erogó 39 mil 080.86 pesos en favor del proveedor Mario Ortega Martín del Campo, encargado de la empresa Impacto, según un padrón de proveedores hecho público en 2019 por el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública (ITAIP).

Al mismo proveedor le pagó 29 mil 011 pesos por impresiones relativas a los festejos del mes patrio, así como los natalicios y aniversarios luctuosos de los héroes de la Independencia.

Otro de los montos fue por 2 mil 204 pesos para la renta de una planta generadora de energía eléctrica que se encargaría de dotar de “luz” a todo el equipo utilizado ese día.

Referente a los fuegos pirotécnicos de la empresa Cohetería Cachanilla, Bonilla adelantó que su costo fue inferior al de años anteriores. Lo que no mencionó es que en los últimos dos años de administración de Francisco Vega de Lamadrid, la pirotécnica fue cambiada por un espectáculo de luces, toda vez que ya tenían plenamente identificado el severo problema de contaminación que registra la Capital del Estado, reconocido como uno de los municipios con los peores niveles de polución en todo Latinoamérica.

El costo para “iluminar” las “Fiestas Patrias de Bonilla” fue de 58 mil pesos, según lo expresado por la dependencia en el recibo oficial. A esto se suma la renta del mobiliario requerido para el jolgorio, cuyo monto asciende a 17 mil 636.40 pesos, teniendo como proveedor a Iván Pérez Ramírez.

Pese a que nos quedó claro que la fiesta era exclusiva, el gobernador bajacaliforniano ordenó rentar baños portátiles, suponemos para que sus funcionarios no ingresaran al edificio del Poder Ejecutivo a realizar sus necesidades. Esta consideración costó mil 620 pesos.

En total, por una noche de fiesta entre amigos, Jaime Bonilla desembolsó un monto total de 313 mil 504.96 pesos, del erario, lo que sin duda pudo gastarse en temas mucho más importantes, o bien, en otro tipo de festejo que no excluyera a la sociedad en general.

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Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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