De acuerdo con una “tarjeta informativa” remitida a este semanario el día de hoy, viernes 30 de octubre, Luis Alberto Hernández Morales, quien rindió protesta como presidente del Instituto Estatal Electoral de Baja California a inicios de mes, faltó a su responsabilidad al frente de la institución “durante sus primeros 28 días” en el cargo, además de desatender a los representes de los partidos políticos y al resto de los integrantes del Consejo General, entre otras presuntas irregularidades.
Conforme al documento remitido, Hernández Morales abandonó sus funciones la segunda semana de su gestión, toda vez que “entre los días 14 y 19”, se ausentó para acudir a los comicios de Hidalgo, celebrados el 18 de octubre, “dejando paralizado al Consejo General” y desatendiendo a “distintas comisiones para la preparación del proceso electoral local concurrente 2020-2021″.
A propósito, el aludido reveló en su momento a este semanario (en una entrevista presencial) que había acudido a aquella entidad por invitación expresa de la presidenta del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, Guillermina Vázquez Benítez, para presenciar el desarrollo de la votación.
Además, en lista de reclamos, se le señala que para atender a los representantes de los partidos Acción Nacional, Movimiento Ciudadano, de Baja California, Encuentro Social y Verde Ecologista, ellos tuvieron que enviarle un oficio el 15 de octubre, apelando a su derecho de petición, para solicitarle formalmente que les diera un espacio en su agenda. Supuestamente los atendió hasta el martes 20 en un encuentro que duró una hora y en el que a los participantes sólo se les concedió cinco minutos a cada uno para intervenir en términos de discutir asuntos, “siendo prácticamente imposible tratar temas de relevancia” y convirtiéndose la reunión en una mera sesión para que los interesados se presentaran ante el consejero presidente.
Otro reclamo tiene que ver con que desde el primer día de su gestión, Hernández Morales contrató a Gonzalo Manrique como asesor, siendo que éste fue señalado en 2016 de haber quebrantado la normatividad electoral, con la apertura de una bodega en el distrito 16, en la cual se resguardaban las boletas de la votación local que se había efectuado ese año, “sin respetar el procedimiento legal”.
También se le acusó de no haberse presentado con el total de los miembros del Consejo General, una vez que asumió la presidencia del Instituto. “Varios consejeros manifestaron la falta de acercamiento del presidente del IEEBC al no haber sido convocados a una reunión general”, se establece en el documento.
Por último el informe refiere que una de las “primeras acciones” de Hernández Morales fue “provocar el temor y desestabilizar al personal que labora en el IEEBC”, en vista de que presuntamente anunció ser preciso evaluar “ciertas áreas (del organismo), entre ellas la secretaría ejecutiva y las coordinaciones jurídica y de procesos electorales, a cargo de Raúl Guzmán, Javier Bielma y Luis Treviño respectivamente, “sin conocer al personal y a tan sólo un mes del inicio del proceso electoral local 2020-2021″.
Una fuente allegada al Instituto, a la que ZETA recurrió para indagar sobre los cuestionamientos, indicó que en primer término, Hernández Morales no paralizó las actividades del Consejo General, toda vez que no pocos consejeros electorales acudieron junto con él a los comicios de Hidalgo, entre ellos Olga Viridiana Maciel Sánchez.
En cuanto a la supuesta desatención a los representantes partidistas, observó durante sus primeras dos semanas al frente del organismo, sí se le vio concentrado en su oficina, aunque al parecer poniéndose al tanto de los asuntos del Instituto, con la lectura de documentación diversa, aunque a partir de la semana que concluye, se alcanzó a reunir con integrantes de Acción Nacional, entre estos el dirigente Enrique Méndez Juárez, y que programó más reuniones con representantes de otros partidos.
Sobre la contratación de Gonzalo Manrique, la fuente consultada confirmó haberse llevado a cabo ese trámite.
Igualmente afirmó que Herández Morales ha atendido al resto de los consejeros y que incluso previo a que rindiera protesta sostuvo un encuentro con ellos.
Por lo que respecta al presunto ambiente de “temor” y desestabilización en el Instituto, por las supuestas pretensiones de revisar algunas áreas de trabajo, la persona contactada aseguró que no se percibe esa atmósfera y que el señalamiento está “fuera de lugar”. Comentó que incluso una de las áreas en cuestión, “el departamento de Procesos Electorales, Educación Cívica y Participación Ciudadana”, actualmente opera con un encargado de despacho, por lo que es de asumirse que la respectiva vacante habrá de cubrirse oportunamente.
El procedimiento mediante el cual el Instituto Nacional Electoral eligió a Hernández Morales fue revocado por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a raíz de una impugnación interpuesta por Sergio Iván de la Selva Rubio, quien en su momento figuró como aspirante al cargo de consejero presidente para el actual periodo.
Sobre la interposición del recurso y de acuerdo con el expediente SUP-JDC-9930/2020, el inconforme arguyó: no se remitió “una lista de cinco candidaturas”, sino “una propuesta única”; no se publicaron los resultados de todas las etapas del proceso; “la propuesta sometida a consideración del Consejo General (del INE) se aprobó sin tener a la vista los exámenes de idoneidad de las candidaturas”; nunca se dieron a conocer los criterios de evaluación en materia de entrevistas.
Según cita el expediente, de la Selva Rubio además denunció que Herández Morlaes “no debió ser elegido ya que no fue el que mejores calificaciones tuvo” en el marco de las evaluaciones, situación que contravino al artículo 27 del Reglamento.
Finalmente, información proporcionada a este medio establece que Hernández Morales no ha sido notificado sobre la resolución del Trife y que mientras no se realice ese procedimiento, conserva su nombramiento.