Menores de edad que aún no han culminado su crecimiento, pueden verse afectados a causa del confinamiento provocado por el virus SARS-CoV-2, ya que dejan de hacer actividades que alientan el crecimiento.
En entrevista con ZETA, la endocrinóloga pediatra Zenia Santana advirtió que podría registrarse un alto en el crecimiento de niños, ya que a causa de la pandemia, se han dejado de hacer actividades al aire libre, así como dormir bien y tener una buena alimentación.
Estos tres factores son los principales para que un menor crezca de manera habitual, sobre todo porque el crecimiento se da durante el sueño de movimientos oculares rápido (REM por sus siglas en inglés), explicó la especialista.
El menor debe comer adecuadamente y realizar actividades físicas que estimulen el desarrollo de huesos, músculos y cartílagos, mientras que durante el sueño debe iniciarse desde las ocho o nueve de la noche, porque en las primeras horas de la madrugada inicia el proceso de crecimiento.
“Si un niño se duerme tarde, tal vez sí duerma durante ocho horas y tenga un sueño reparador, pero no va a crecer”, dijo Santana.
Mencionó que en las últimas semanas ha notado que un tercio de sus pacientes han registrado una afectación a su crecimiento, y al cuestionar a los padres, coinciden en que los niños duermen tarde desde que inició el confinamiento; y aunque comen mejor, también consumen más y snacks poco sanos.
Asimismo, este fenómeno se ha presentado en Jalisco y Nuevo León, de acuerdo con médicos especialistas que han comenzado a registrar estos casos, en espera de que sea transitorio.
En cuanto al ejercicio físico, lo han cambiado por la televisión, videojuegos o el uso de dispositivos que inhibe por completo la actividad física, precisó la endocrinóloga pediatra, por lo que recomendó descargar aplicaciones que promuevan el movimiento, hasta que reanuden sus actividades normales.
“Cuando la falta de crecimiento se da por este tipo de situaciones, lo ideal es volver a la rutina que se tenía. Ahora con el inicio de clases virtual, al menos ya vuelven a dormir temprano otra vez, pero cuando todo se regularice, en cuatro meses debería de haber una diferencia”, comentó Santana.
Si el niño ya volvió a sus actividades regulares y continúa sin crecer, entonces se procede a hacer una serie de estudios para determinar si hay un problema hormonal o de alguna enfermedad, de lo contrario, solo se monitorea su crecimiento.
En cuanto al sector público, se precisó a ZETA que no se tienen estudios o registros de una afectación al crecimiento en menores, ya que a causa de la pandemia, los padres dejaron de llevar a sus hijos a consulta, por lo que apenas se están reanudando las citas.