El que se va quedando sin aliados en Ciudad de México es el gobernador Jaime Bonilla Valdez, no solo ya no está en el círculo cercano al Presidente dela República, Andrés Manuel López Obrador, quien lo ha alejado de su entorno no solo por tanta controversia constitucional para estar recuperando o impidiendo que el Gobierno de Baja California se abrogue facultades que solo competen al Gobierno Federal, sino porque su nombre ha sido utilizado para amedrentar a otros. Primero en el tema de la ampliación de mandato a cinco años que Bonilla quería para sí y que le tumbó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y después con la pretensión de reducir a tres años el periodo de la siguiente administración estatal, caso que también caerá en la Corte. Aunado al desdén del Presidente hacia el gobernador, en el círculo principal de AMLO, Bonilla se ha convertido en persona non grata. Lo último: durante la semana y en concordancia con el plan de austeridad del Ejecutivo federal, se ordenó la eliminación de posiciones en las secretarías de Estado, recorte que incluyó la Subsecretaría de Gobernación que encabezaba Ricardo Peralta Saucedo, uno de los principales aliados de Bonilla en el Gobierno de México y quien no solo cabildeó por la ampliación de mandato, sino que hace unos días citó en la Capital al alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz (no es el delfín de Bonilla), para amenazarlo con que en caso de persistir en su afán de ser candidato a gobernador por Morena en 2021, podría salir a la luz una investigación que tenía sobre cómo el secretario de Seguridad de Tijuana se quedó -o sea, hurtó- un decomiso cuyo dinero sería destinado a la campaña de González. El caso no pasó de ahí, el que salió de Gobernación y por el momento del Gobierno de México, fue Peralta, quien tuvo un negro paso por la Administración General de Aduanas. Ahora sí que el mandatario de BC se está quedando solo y al margen del círculo presidencial.