Manos finas en garrafas de madera
a la vuelta y vuelta soltando los olores,
nieves de ricas frutas regionales,
guayaba, limón, ciruela y mil sabores.
Era una tradición llegar a ese lugar,
saludar a Don Trini y probar su rica nieve,
instalado en el crucero de Mexcaltitán
con su risa y corazón que me conmueve.
A pesar de la distancia en que resido,
en cada oportunidad lo visitaba
a saborear sus ricas nieves de garrafa,
era un gozo que mucho disfrutaba.
Hoy en el cielo tienen un nevero,
se nos fue Don Trini y sus sabores,
en toda la región lo extrañaremos
preparando sus frutas de colores.
Recordaré a Don Trini viendo el cielo
entre las nubes, en buena platicada,
atendiendo a sus clientes cual amigos
de Tuxpan, las Peñas y Rosamorada.
Eduardo Enrique Parra Romero.
Tijuana, B.C.