Desde que entras a México vía Tapachula, Chiapas (por Guatemala), y a Tijuana (de San Ysidro, California), lo que es el común denominador en suciedad y vulgar educación de algunos habitantes de México, tirar basura y no respetar el medio ambiente. Y si no hay mercado para aprovechar y reutilizar esos deshechos que antes fueron útiles, seguirá el suelo azteca cubierto de llantas.
Aquí en Tijuana, los neumáticos se utilizaron mucho para hacer muros y bases de contención de tierra, allá por los 50’s, pero no eran muy seguido. Hoy ya no se reutilizan para ello. Por eso en Tijuana vemos llantas viejas regadas por todo rumbo, tiradas cruelmente por sus expropietarios criminales, y sin cariño al medio ambiente. Igual el hule PET; se ve por los cuatro signos cardinales y toda superficie de Tijuana hasta Tapachula, Chiapas.
Cruelmente se los lleva la naturaleza al mar, pero la culpa es del humano.
Así como está La Rumorosa, al terminar el descenso, con cerros de neumáticos, canales en muchas colonias están tapizados de hule PET y llantas. El Gobierno Federal y los tres órdenes deberían someter a los llanteros, de hacer centro de acopio de llantas, para convertirlas en material útil. Instalar un centro de acopio, con apoyo del gobierno, o que las comprara por pieza -como las recicladoras- y veríamos que se acaba esa causa de contaminación.
Sobre el hule PET, también deberían exigir al gobierno instalar un lugar de acopio y que, con ganancia monetaria a quien lleve tales plásticos, con soporte gubernamental y beneficio para el productor de deshechos plásticos; para motivar y así mantener orden ambiental y tener otro aspecto.
En Estados Unidos todo compran, por ello no hay contaminación tirada. Así como vamos, sin responsabilidad de orden y limpieza, estamos destinados a destruir más los ecosistemas y aumentar un ambiente hostil, horroroso, vergonzante, penoso y triste, por no actuar gobierno, pueblo, negocios, consumidores y productores de basura, con las 3R: reducir, reutilizar y reciclar.
A ver cuándo, pueblo adormecido y gobierno irresponsable.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.