El líder de la corriente perredista Nueva Izquierda, Jesús Zambrano Grijalva, retomó las riendas del Partido de la Revolución Democrática, en el que ya se había desempeñado como dirigente nacional de 2011 a 2014.
El sábado 29 de agosto, fue elegido de nueva cuenta en sesión virtual del Consejo Nacional del PRD. En esta ocasión, de un total de 290 consejeros, 282 votaron a favor de que repitiera en el cargo. En conjunto con Adriana Díaz, quien asumió como secretaria general, se desempeñará durante el periodo 2020-2023.
Zambrano Grijalva ha sido dos veces diputado federal y presidente de la Cámara de Diputados. Además, ha venido liderando, en conjunto con Jesús Martínez Ortega, una de las corrientes de predominantes en el perredismo, también conocida como “Los Chuchos”.
En 2018, las corrientes del PRD supuestamente se habían diluido con la instauración de la Dirigencia Nacional Extraordinaria, que se distinguió como una directiva colegiada, la cual finalmente quedó atrás con el nuevo nombramiento de Zambrano.
El ex integrante de la DNA, Ángel Ávila Romero, refirió a ZETA que el hecho de que Zambrano Grijalva provenga de Nueva Izquierda no significa que esa expresión partidista vuelva a imponerse en la toma de decisiones del partido, tomando en cuenta que en su momento ocupó la mayor parte de los espacios partidistas.
“Creo que (el nombramiento) va blindado de una gran legitimidad, de un gran consenso, y en el sentido de entender esta nueva etapa de que si el PRD no va unido para enfrentar los próximos retos, no importa quién esté al frente realmente; creo que rescatamos el valor de la unidad en esta elección y esta unidad nos llevará a la toma de decisiones no de manera sectaria sino de manera unitaria que permita reposicionar al PRD”.
Destacó de Zambrano Grijalva “que tiene interlocución con otros partidos, con los sectores sociales, con los grupos empresariales”. De ahí que, a decir de Ávila Romero, los perredistas crean que “ese acumulado de experiencia puede generar la construcción de alianzas políticas importantes para construir al PRD como una alternativa (electoral) en contra de la alianza de Morena”.
De cara a los procesos electorales 2020-2021, el entrevistado opinó que Jesús Zambrano “es un personaje que le puede dar estabilidad y rumbo (al partido del Sol Azteca), en una elección complicada para el PRD y en general para todos los partidos”.
En el segundo periodo de Jesús Zambrano al frente del Sol Azteca, el perredismo ya dio muestras de su apertura a aliarse con otros institutos. En este caso con el Partido Revolucionario Institucional, cuyo dirigente, Alejandro Moreno Cárdenas, sostuvo en un pronunciamiento emitido el 2 de julio, que entre ambos frentes había “coincidencia”.
En la pugna por la presidencia de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados, cuatro legisladores perredistas se sumaron de manera provisional a la bancada del PRI, en un afán de que éste contara con 50 diputados para imponerse como tercera fuerza a los 46 del Partido del Trabajo, y de esa manera tomar el control en San Lázaro en el tercer año de sesiones, luego de que la segunda y tercera fuerzas (PAN y Morena) ya presidieron.
Se trató de Antonio Ortega, Abril Alcalá, Guadalupe Almaguer y Jesús Pool, a quienes se les identifica con la corriente de Los Chuchos, siendo el primero es hermano de Jesús Ortega.
Cabe mencionar que el PT había venido incorporando legisladores de Morena para disputarse la Mesa Directiva con el PRI.
A propósito, el nuevo líder partidista argumentó que no se trató de “traición” como tampoco de “soborno”. Aseguró que las disposiciones del partido no se quebrantaron.
“…es una decisión en defensa de la legalidad y evitó que se consumara un atraco a la institucionalidad”, remató Zambrano Grijalva.