Un señor de mediana edad lleva una hora sentado en un bar, mirando su copa sin beber de esta, cuando llega un camionero alto y gordo, y bebe de esa copa de un solo trago. El pobre hombre se echa a llorar y el camionero le dice:
“¡Vamos, buen hombre, era solo una broma! Ahorita le pido otra copa”.
El señor le contesta:
“No, no es eso, es que hoy ha sido el peor día de mi vida. Primero, llego tarde al trabajo y me despiden. Luego, al llegar donde había dejado mi coche, veo que se lo habían robado. Camino a mi casa y veo a mi mujer con otro hombre, vengo para acá, y, cuando por fin iba a terminar con todo esto, ¡llega usted y se toma mi veneno!”.
***
Un tipo va adonde el rabino:
– Fíjese que llevo 30 años de casado y mi esposa me quiere envenenar.
“No te preocupes, yo hablaré con ella”.
El rabino regresa con el hombre y le dice:
“Hablé con tu esposa durante tres horas, ¿y sabes qué? ¡Tómate el veneno!”.
Autor: Un químico en home office.
Lobo feroz
Una madre lee el cuento de “Caperucita” a su hija:
– Y entonces el Lobo Feroz se vistió con la ropa de la abuelita…
“No la amueles, mami, ¿el Lobo Feroz era travesti?”.
Autor: Cuenta-cuentos frustrado.
Ve por los pañales
– Mi amor, vamos a tener un miembro más en la familia.
“¿Sí?”.
– Así es, no seas malito y ve de una vez a la tienda a comprar pañales.
“¡¿Vamos a tener un bebé?!”.
– Nada de eso, ¡el abuelo se viene a vivir con nosotros!
Autor: Abuelo feliz, feliz…
Delgada
– Qué delgada estás, amiga. ¿Cómo se llama el gimnasio al que estás yendo?
“Crisis”.
Autor: Una flaca… ajá.
Nombres
En un retén:
– Señores, ¡sus nombres, por favor!
“No le podemos decir nada, oficial”.
– ¿Por qué no?
“¡Somos alcohólicos anónimos!”.
Autor: Anónimo.
Codicioso
Un codicioso platica con Dios y le pregunta:
– Dios, ¿cuánto es para ti mil años?
“Un segundo”.
– ¿Y un millón de pesos?
“Un centavo”.
– ¿Me das un centavo?
“Espera un segundo”.
Autor: Un convertido.
Piropos
– ¿Viste eso, amor? ¡El tipo que está en la esquina me está lanzando tremendos piropos!
“Ajá, ¿y?”.
– ¡Pues dile algo!
“Aquí está mi tarjeta de presentación, soy oftalmólogo”.
Autor: Un oftalmólogo, quién más…
Diferencias
– Papá, ¿Qué diferencia hay entre una novia, una amante y una esposa?
“Fácil respuesta, hijo. La novia dice ‘Ay, ¡qué dulce!, la amante ‘Ay, ¡qué vigor!’ y la esposa ‘Hay que pagar la luz, hay que pagar el teléfono, hay que pagar el gas…’”.
Autor: Padre divorciado.
Inevitable
* Cuando necesites abrir una puerta con la única mano libre, la llave estará en el bolsillo opuesto.
* La única vez que la puerta se cierra sola, es cuando dejas las llaves dentro.
* Cuando tengas las manos llenas de grasa, te comenzará a picar la nariz.
* Cuando las cosas parecen ir mejor, es porque pasaste algo por alto.
* Si mantienes la calma cuando todos pierden la cabeza, sin duda no has captado la gravedad del problema.
* Los problemas ni se crean, ni se resuelven, solo se transforman.
* Llegarás corriendo al teléfono justo a tiempo para oír cómo cuelgan.
* Si solo hay dos programas en televisión que valga la pena ver, son a la misma hora.
* La probabilidad de que te manches comiendo es directamente proporcional a la necesidad que tengas de estar limpio.
* Todo cuerpo sumergido en la bañera, hará sonar el teléfono.
* Todo cuerpo sentado en el inodoro, hará sonar el timbre de la puerta.
* La velocidad del viento aumenta proporcionalmente al precio del peinado.
* Cuando tras años de haber guardado una cosa sin usarla, decides tirarla, no pasará más de una semana que la necesites de verdad.
* Siempre que llegues puntual a una cita no habrá nadie allí para comprobarlo, y si por el contrario llegas tarde, todo el mundo habrá llegado antes que tú.
Autor: Un optimista pesimista, algo así como un falso positivo.