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jueves, febrero 22, 2024
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Persiste desabasto de medicamentos e insumos en Hospital General

Se informó que entre el 27 de julio y el 4 de agosto no se habían abastecido medicamentos como Profopol, Vecuronio, Norepinefrina, Cisatracurio y Dobutamina.  Además, el tomógrafo no funciona porque se adquirió una computadora cuando el problema radica en la fibra óptica, por lo cual no es posible obtener tomografías de los pacientes COVID. Aun con testimonio de médicos, el doctor y secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, niega el desabasto ante el gobernador


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 Cuando médicos del Hospital General de Tijuana denunciaron por segunda ocasión el desabasto de medicamentos para sedación de pacientes intubados, el secretario estatal de Salud, Alonso Pérez Rico, le dijo al gobernador Jaime Bonilla Valdez que esas eran “puras mentiras del ZETA”.

El martes 4 de agosto, después de la denuncia de los médicos, le aseguró que la lista publicada por este Semanario, en la que se anotaban los medicamentos que estaban en cero su inventario, “la gráfica es solo de la farmacia, no de existencia en el hospital. No contabilizan lo de almacén y lo que se tiene en cada servicio. El Profopol lo sustituimos por Midazolam desde hace dos meses. Hoy vi precisamente todo el día el desabasto en el Hospital General de Tijuana”.

Prosiguió: “Nos falta Linezolid, pero ese lo compramos por paciente cuando se ocupa. Sale carísimo y todos lo quieren usar, pero ya delimitamos su uso a pacientes que se realiza cultivo con antibiograma. Para poder tratar a pacientes COVID estamos cubiertos por lo menos todo el mes de agosto. Para mantener intubado a un paciente tenemos que tener tres clases de medicamentos: Fentanilo, lo tenemos; Profopol o Midazolam, relajante muscular; Rocuronio o Vecuronio, o Cisatrucurio o Dexmetomindina. En el Hospital General de Tijuana tenemos Rocuronio, 3 mil 500 ampolletas al día de hoy.


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“Enoxaparina tenemos para todo agosto, antibióticos para 30 días, Noreprinefrina tienen 500 ámpulas, circuitos de ventilación de alto flujo, cien equipos”, y reconoció solamente 29 pacientes intubados respecto los 40 que a ese día, dijeron los médicos estaban internados en el Hospital General de Tijuana.

Horas más tarde, los doctores confiaron una imagen a ZETA: un paciente masculino intubado. Con los ojos abiertos, doliéndose de la intervención que debe soportar sin estar sedado, porque -esa era la prueba- no hay sedante de calidad ni suficiente para evitar el dolor a los pacientes conectados a un respirador artificial.

“El Midazolam es un medicamento que debemos dar altas dosis al paciente para que quede sedado, y aun así a veces eso no se logra”, externó  uno de los médicos contactados por este Semanario, al tiempo que negó la existencia, en la realidad, de todos los medicamentos que Pérez Rico informó al gobernador Bonilla de su abastecimiento.

Además, el tomógrafo con el que cuenta el hospital sigue sin funcionar porque se adquirió una computadora cuando el problema está en la fibra óptica, por lo que no es posible obtener tomografías de los pacientes COVID que ingresan al nosocomio, que hasta el miércoles 5 de agosto tenía 86 camas ocupadas y 29 pacientes conectados a un ventilador, con un promedio de dos a tres pacientes nuevos.

 

HOSPITAL GENERAL  DE TIJUANA, SIN MEDICAMENTOS DESDE JULIO

Aun cuando para los trabajadores del Hospital General de Tijuana la falta de medicamentos es una constante desde antes que iniciara la pandemia, el hecho de ver cómo se agrava la vida de los pacientes y cómo algunos familiares no tienen los recursos suficientes para cubrir el costo de una receta, les llevó a extender un llamado a la sociedad el 27 de julio a través de un escrito para denunciar la falta de medicamentos e insumos vitales para el trato de pacientes COVID.

Acción que provocó la visita del secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, al hospital, donde se reunió con personal médico y reconoció el desabasto, comprometiéndose  a surtir los medicamentos; posteriormente grabó una serie de videos asegurando que el medicamento estaba ahí mismo en el hospital, echando por tierra la versión del personal que labora en dicha institución, lo que motivó que los propios trabajadores volvieran a publicar un escrito: “El mensaje del Dr. Pérez Rico no refleja la realidad de los insumos con los que debemos contar de manera constante y en cantidad suficiente”.

El funcionario de Salud sostuvo ante el gobernador Jaime Bonilla Valdez que se había hecho la compra de insumos necesarios, así como de la computadora que necesitaban para que el tomógrafo funcionara; sin embargo, una semana después de dichas declaraciones, personal médico confirmó que seguían faltando ciertos medicamentos y que el tomógrafo continuaba sin funcionar.

Los médicos entrevistados, quienes prefieren mantener su identidad anónima para evitar represalias, indicaron que sí se hizo la compra de dicha computadora, pero el problema radica en la fibra óptica, la cual llegó apenas el miércoles 5 de agosto y todavía no se había instalado, por lo que en los casos en los que se requería, se trasladaba a los paciente a un establecimiento del sector privado para realizar las tomografías.

Asimismo, se informó que entre el 27 de julio y el 4 de agosto no se habían abastecido medicamentos como Propofol, Vecuronio, Norepinefrina, Cisatracurio y Dobutamina. En el caso del Propofol, un anestésico intravenoso, es poco probable que se compre porque no hay a nivel nacional, lo que traería como consecuencia que a los pacientes se les tengan que aplicar más medicamentos relajantes.

HOSPITAL GENERAL  DE TIJUANA, SIN MEDICAMENTOS DESDE JULIO

Aun cuando para los trabajadores del Hospital General de Tijuana la falta de medicamentos es una constante desde antes que iniciara la pandemia, el hecho de ver cómo se agrava la vida de los pacientes y cómo algunos familiares no tienen los recursos suficientes para cubrir el costo de una receta, les llevó a extender un llamado a la sociedad el 27 de julio a través de un escrito para denunciar la falta de medicamentos e insumos vitales para el trato de pacientes COVID.

Acción que provocó la visita del secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, al hospital, donde se reunió con personal médico y reconoció el desabasto, comprometiéndose  a surtir los medicamentos; posteriormente grabó una serie de videos asegurando que el medicamento estaba ahí mismo en el hospital, echando por tierra la versión del personal que labora en dicha institución, lo que motivó que los propios trabajadores volvieran a publicar un escrito: “El mensaje del Dr. Pérez Rico no refleja la realidad de los insumos con los que debemos contar de manera constante y en cantidad suficiente”.

El funcionario de Salud sostuvo ante el gobernador Jaime Bonilla Valdez que se había hecho la compra de insumos necesarios, así como de la computadora que necesitaban para que el tomógrafo funcionara; sin embargo, una semana después de dichas declaraciones, personal médico confirmó que seguían faltando ciertos

Abarrotan Playas de Tijuana pese a restricciones de autoridades

Foto: Ramón T. Blanco V.

A nivel nacional, Tijuana se encuentra en el décimo lugar de los municipios con mayor cantidad de contagios por COVID-19, situación que parece no importar a la comunidad, pues a pesar de las restricciones, la gente abarrotó la Avenida del Pacífico de Playas de Tijuana.

Aunque las autoridades federales colocan a Baja California con el semáforo epidemiológico en Naranja, Alonso Pérez Rico, secretario de Salud en la entidad, lo mantiene en Rojo para prevenir un “rebrote” (realmente el Estado nunca ha estado en ceros), lo cual implica que áreas públicas que reúnan gran cantidad de gente se mantengan cerradas, como las playas de la ciudad.

Sin embargo, en un recorrido realizado por ZETA el domingo 2 de agosto, se pudo observar la presencia de alrededor de mil personas en Avenida del Pacífico, sobre todo a la altura de los arcos en el Malecón de Playas.

Familias completas, con adultos mayores y niños, algunos con cubre bocas y otros no, disfrutaron de una caminata por el andador turístico, así como de los alimentos y bebidas que los comerciantes ofertaban.

Mucha gente hacía filas de media hora o más para ingresar a alguno de los restaurantes con vista al mar, y mientras esperaban, la fila se alargaba y se perdía entre los peatones que solo iban de paso, manteniendo nula distancia entre todos.

Los puestos ambulantes de comida y souvenirs abarcaban media acera, mientras que las terrazas de los comercios, otro tanto y quedaba un pequeño pasillo por el cual la gente tenía que pasar de manera lenta y sin protección alguna.

Una de las bancas que está frente a un puesto de cocos, a un costado del letrero de “Tijuana”, tenía las cintas de precaución, pero aun así la gente estaba sentada, sin tomar distancia. Cuando llegó la patrulla y les pidió despejar el área, una mujer reaccionó con la frase “¡Ya valió!”.

“Si se fijan, las cintas tienen muchos nudos, porque la gente las rompe y nosotros tenemos que volver a ponerlas, y estar vigilando que no las traspasen”, dijo a ZETA un oficial de la Policía Municipal, quien interrumpió la charla para ir a sacar a una pareja que había logrado colarse.

Otro agente comentó que son cinco unidades destinadas a cuidar que la gente no pase de las cintas de prevención, incluyendo a su supervisor, misión casi imposible, al ser demasiada la gente que se reúne alrededor.

“En lo que dispersamos a la gente aquí, ya se cruzaron otros allá por los arcos, y si no, otros allá por donde están los salvavidas, entonces tenemos que recorrer a cada rato. Ahorita venimos de los arcos, porque la gente ya estaba arriba del templete y los tuvimos que quitar. La gente se enoja, pero no entienden”, lamentó otro uniformado.

Algunos cafés y restaurantes a la orilla del malecón ya abrieron, y a pesar de los protocolos de higiene implementados, la gente se amontona para alcanzar un lugar, y de no hacerlo, hace filas para esperar su pedido para llevar y aprovechar un poco más estar cerca del mar.

El Parque México, también en Playas de Tijuana, también tuvo gran afluencia de familias con niños jugando en el área infantil o en bicicleta sin uso de mascarilla. Las mesas se apreciaban llenas, algunas con más de diez personas sin medidas de higiene y sin alguien que estuviera al pendiente de recordárselos. Ángela Torres Lozano

medicamentos y que el tomógrafo continuaba sin funcionar.

Los médicos entrevistados, quienes prefieren mantener su identidad anónima para evitar represalias, indicaron que sí se hizo la compra de dicha computadora, pero el problema radica en la fibra óptica, la cual llegó apenas el miércoles 5 de agosto y todavía no se había instalado, por lo que en los casos en los que se requería, se trasladaba a los paciente a un establecimiento del sector privado para realizar las tomografías.

Asimismo, se informó que entre el 27 de julio y el 4 de agosto no se habían abastecido medicamentos como Propofol, Vecuronio, Norepinefrina, Cisatracurio y Dobutamina. En el caso del Propofol, un anestésico intravenoso, es poco probable que se compre porque no hay a nivel nacional, lo que traería como consecuencia que a los pacientes se les tengan que aplicar más medicamentos relajantes.

La situación que se vivió en el Hospital General de Tijuana llegó al punto que se pensó en esterilizar y reutilizar suministros pese a que no es lo más conveniente dado la gravedad de la pandemia. Uno de los médicos entrevistados refirió que además del medicamento, tuvieron faltantes de cánulas de aspiración cerradas con la que se retira la flema que va quedando acumulada.

“Esa cánula lo que hace, es que va sacando la flema, y a veces hay pacientes que pueden toser a través de la intubación y arrojar flema, pero se queda en el tubo, por lo que se tiene que estar retirando y se necesitan este tipo de cánulas de aspiración cerrada para que el médico no se contagie”, detallaron.

Este tipo de equipos deben durar en un paciente un promedio de tres días, pero ante la falta de insumos, llegaron a extender el periodo hasta un máximo de cinco días.

SECRETARÍA DE SALUD CENTRALIZARÁ MEDICAMENTOS

A raíz de este desabasto, Alonso Pérez Rico informó:

“El compromiso ahorita, con todos esos medicamentos que se ocupan para sedar a los pacientes, ya van a ser centralizados. La oficina de la Secretaría de Salud va a garantizar esos insumos, ya no van a depender directamente de las direcciones de los hospitales, ya lo vamos a hacer nosotros con lineamientos muy específicos con relación a los procesos de surtimiento, para dar tranquilidad al personal; al día de hoy tenemos garantizados 30 días de insumo”.

Sobre este anuncio, personal médico del Hospital General duda que sea una real solución al problema de abastecimiento, porque todos los días están informando acerca de los medicamentos y equipo que necesitan, así como del número de pacientes que han ingresado diariamente.

“Si ellos quieren hacer un protocolo del manejo del paciente porque en Mexicali también tienen el mismo problema, en Rosarito y en Ensenada también, entonces lo que ellos pretenden hacer un estudio o un protocolo y manejarlo con todos los pacientes de la misma manera, pero eso no va a ser posible porque cada paciente tiene necesidades, peso y complicaciones diferentes”, argumentó uno de los médicos entrevistados.

 

SIN INFORMACIÓN DE COMPRA DE MEDICAMENTOS EN LA ÚLTIMA SEMANA 

Posterior al anuncio del titular de la Secretaría de Salud acerca de que no faltarían medicamentos e insumos, en el transcurso de la última semana se le planteó el detalle de la compra que requería el Hospital General de Tijuana, cuánto gastó y cuánto material y medicinas se habían adquirido, pero no pudo dar respuesta.

Abierto a las preguntas, pero redundante al responder, hasta el cierre de esta edición, Pérez Rico no otorgó información acerca de la compra realizada después de la denuncia de falta de medicamentos por parte del personal del Hospital General de Tijuana, únicamente dio información sobre el gasto total que han hecho de marzo a julio: “139 millones al 30 de julio de lo que va de la pandemia en compra de medicamentos y material de curación, poquito antes de marzo hicimos compras, inició el 8 de marzo la pandemia, pero antes de eso ya habíamos comprados suministros.

“Esta última semana saco ese dato, pero cuando el comunicado del Hospital General, los puntos que marca no son insumos que puedas comprar de una o dos semanas de anticipación, son insumos que tienes que programar, y ahorita la proveeduría está siendo muy inoportuna en sus entregas”, aclaró.

SECRETARÍA DE HONESTIDAD Y FUNCIÓN PÚBLICA, CON 13 CARPETAS DE INVESTIGACIÓN

Entrevistada sobre el tema, la titular de la Secretaría de Honestidad y la Función Pública, Vicenta Espinoza Martínez, informó que la situación que se vive actualmente en el Hospital General de Tijuana se incorpora a las carpetas de investigación que se están llevando desde noviembre de 2019.

“Tenemos 13 investigaciones distintas, y de esas las iniciamos desde noviembre, comenzamos a revisar y tenemos unas de 2019 que arrojan exceso de pago indebido por parte de Isesalud por 21 mil pesos, otras de 5 millones, y hablamos de excesos de pago porque no tenemos prueba de que se hayan recibido el material o los medicamentos”, expuso.

Durante una auditoria de este año, además de la falta de medicamentos, detectaron medicamentos caducos en un almacén de Mexicali por un monto de 10 millones 502 mil pesos, por lo que se estará iniciando una denuncia penal en breve. También encontraron un exceso de medicamentos almacenados en un Centro de Salud de Tijuana y la firma de un acuerdo para dar de baja y destruir vacunas por 5 millones 997 mil pesos que corresponden a la pasada administración de Francisco Vega de Lamadrid.

Respecto a la situación que se vive en el Hospital General, explicó que ya había una denuncia desde marzo sobre la falta de medicamentos porque los médicos seguían emitiendo recetas cuando en almacén no existían algunos insumos, por ello estarán revisando los presupuestos con los que se han solicitado las compras relacionadas con la pandemia, así como a las personas  a cargo de recibir y brindar medicamento, y la manera en que se han solicitado dichas compras que podrían ser catalogadas como de emergencia.

 

BC, CON 13 MIL 908 PACIENTES Y 2 MIL 720 MUERTOS

Aun cuando en el primer fin de semana de agosto se permitió la apertura de iglesias, swap meets y centros acuáticos, el gobernador Jaime Bonilla Valdez, insiste en que la entidad  continúa en semáforo en Rojo porque le interesa la salud de los bajacalifornianos, sin embargo, entre el 30 de julio y el 5 de agosto hubo un incremento de 690 casos confirmados a COVID-19 y 122 muertes en todo el territorio bajacaliforniano.

Mexicali se mantiene como epicentro de la pandemia con 7 mil 147 confirmados acumulados; seguido de Tijuana con 4 mil 110, Ensenada con mil 593 y Tecate con 330 pacientes COVID. Playas de Rosarito registra 179, San Quintín 326  y el poblado de San Felipe suma 223 contagios del letal virus.

Bares con esperanza de apertura; Coepris dice “no”

 Dueños de bares de Plaza Fiesta tienen la esperanza de reabrir sus negocios luego de un acercamiento con autoridades municipales; sin embargo, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) advierte que no se darán permisos hasta que el semáforo de riesgo epidemiológico esté en Verde.

En entrevista con ZETA, Melisa Ibarra, socia del bar Montecristo, comentó que al iniciar la pandemia cerraron el local, dando sueldo íntegro a sus empleados durante tres meses, pero ahora la situación los ha rebasado, y de continuar así, no podrán sobrevivir otro mes.

“Ya diez bares de la plaza cerraron para siempre, vimos cómo sacaban mobiliario y quedamos muy pocos, que no sabemos cómo le vamos a hacer. Somos bares pequeños que podemos seguir los protocolos que nos pongan, como ya lo hacen algunos otros, y si a pesar de eso ya no nos recuperamos, pues al menos nos habrán dado la oportunidad”, dijo Ibarra.

Y mencionó que decidieron no unirse a la protesta realizada por bares de la Zona Norte: “Nuestro giro es distinto, somos bares donde la gente va a relajarse, tomarse unas cervezas sin tanto alboroto, sí hemos logrado que nos orienten y tengamos una oportunidad de abrir, no quisimos que se nos viniera abajo”.

Arturo Pérez Behr, secretario de Desarrollo Económico de la ciudad, expresó a este Semanario que establecieron ocho protocolos sanitarios, además de un formato que se puede llenar en línea, correo electrónico, o llenarlo y llevarlo personalmente. Ellos lo canalizan al Estado, el cual decide si abren o no.

Al martes 4 de agosto habían enviado 3 mil 504 protocolos al Estado, de los cuales mil 759 son de restaurante bar, pero ninguno en específico de bares.

Por su parte, David Gutiérrez Inzunza, titular de Coepris Baja California, aclaró que hasta el momento han recibido 82 solicitudes por parte de bares, pero ninguna será autorizada hasta que el semáforo esté en Verde, “no se han abierto los bares porque no hay sana distancia, cuando uno está en estado etílico no razona, no piensa, así que hay que tener mucho cuidado con todo esto, en abrir, cuando aún no estamos en condiciones para hacerlo”.

Y reiteró: “Estamos luchando contra la COVID, la ignorancia y la irresponsabilidad de la gente”.

A través de un comunicado, el Gobierno del Estado de Baja California informó el 3 de agosto que la apertura de ese tipo de actividades sería de manera paulatina, en zonas específicas y garantizando el cumplimiento de los protocolos de seguridad.

En bares no es posible mantener una sana distancia por el ruido de la música y ambientación, que obliga a un mayor contacto entre las personas.

Mientras tanto, lugares como El Copeo, La Cerve y La Barrilera ya se encuentran operando por estar considerados como restaurante-bar, en un horario especial de 1:00 a 11:00 pm como máximo, al que los dueños de bares de Plaza Fiesta podrían adaptarse si les permitieran trabajar.

Autor(a)

Uriel Saucedo
Uriel Saucedo
Uriel Saucedo Uriel Saucedo uriel 1042 urielsauce@gmail.com
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