– Me quiere, no me quiere… Me quiere, no me quiere…
“¿Estás deshojando una margarita?”.
– No, ¡estoy borrando contactos de mi celular!
Autor: Un millennial.
La esposa del gerente
– Me acabo de enterar que tienes nueva secretaria.
“Sí, empezó la semana pasada”.
– Y ¿son bonitas las piernas de tu nueva secretaria?
“La verdad ni me he fijado”.
– No me mientas, ¿de qué color son sus ojos?
“Mujer, ni he tenido tiempo de verlos, ¡estoy trabajando!”.
– ¿Cómo se viste?
“Se viste bien rápido”.
Autor: Ex marido.
Otra secretaria
El gerente general de una empresa decide quedarse a trabajar hasta tarde para estar con su joven secretaria, por lo que llama a su esposa e inventa una excusa.
Después del trabajo, la invita a cenar, por lo que regresan a su apartamento y tienen relaciones s3xval3s durante dos horas.
Luego, el hombre va al baño para arreglarse y volver a casa, entonces nota una enorme marca en el cuello y se asusta, preguntándose qué le iba a decir a su esposa.
El hombre llega a su casa con un plan, abre la puerta principal, su perro se acerca a saludarlo y rápidamente cae a la alfombra, fingiendo luchar contra el cariñoso animal.
Sosteniendo su cuello con una mano, dice a su mujer:
“Amor, ¡mira lo que el perro hizo a mi cuello!”.
Abriendo su blusa, ella responde:
“Eso no es nada, ¡mira lo que me hizo a mí!”.
Autor: Ex marida.
Mendigo pide para cenar
Al salir de su trabajo, un hombre camina por la avenida camino a su casa. De repente es abordado por un vagabundo sucio y maloliente que le pide dinero para cenar. El hombre saca su cartera, toma un puñado de dólares y dice al necesitado:
– Si te doy este dinero, ¿comprarás licor?
“No, señor, dejé de beber hace muchos años”.
– ¿Lo usarás para el juego y las apuestas?
“No juego. Dejé de jugar y apostar hace mucho tiempo”.
– Entonces, ¿gastarás el dinero en tabaco?
“¡No he fumado desde hace 19 años!”.
– Bueno, no voy a darte nada de dinero entonces. Mejor, te llevaré a mi casa para disfrutar de una deliciosa comida casera cocinada por mi esposa.
“¿No se pondrá furiosa su esposa por hacer eso? Estoy sucio, no me he bañado en varios días y huelo bastante mal”.
– No pasará nada, amigo, solo quiero que ella vea lo que pasa con un hombre que ha dejado de beber, de apostar y de fumar.
Autor: Parrandero reprimido.
La escopeta y el gorila
Una mañana, el señor Morales despertó y vio que en el árbol de su casa estaba trepado un gorila. Asustado, buscó ayuda en las páginas amarillas y encontró un servicio de manejo de animales peligrosos, así que marcó a ese número.
– ¿Es un gorila macho o hembra?
“Macho”.
Una hora después, apareció una camioneta de la cual bajó un tipo flaco, cargando un palo largo, un perro Chihuahua muy bravo, una escopeta y unas esposas.
– Señor Morales, voy a subir al árbol y a empujar al gorila con el palo, en cuanto el gorila caiga del árbol, el Chihuahua se abalanzará y le morderá la entrepierna. Cuando el gorila trate de protegerse y cruce las manos, usted le pone las esposas y listo. ¿Entendió?
“Muy bien, pero… ¿Para qué me da la escopeta?”.
– Si yo caigo del árbol antes que el gorila, ¡dispárale al Chihuahua!”.
Autor: Precavido.