Los turistas provenientes de Estados Unidos no se concentraron en Tijuana durante el fin de semana del 4 de julio, en el que se esperaba una importante afluencia de visitantes en la ciudad, pero fue mínima la presencia de la comunidad norteamericana en puntos como la Zona Centro y Playas de Tijuana. Sin embargo, quienes no dejaron pasar la oportunidad de visitar los restaurantes y comercios abiertos fueron los propios tijuanenses.
La movilidad peatonal y vehicular continuó con la misma frecuencia que se ha visto desde hace varias semanas, en principales vialidades como el bulevar Díaz Ordaz, donde es común ver más vehículos con familias enteras abordo, los taxis rojos y camiones de diferentes rutas con pasajeros que prefieren viajar sin el uso del cubrebocas.
En las calles, la gente camina sin respetar el distanciamiento social, ya no sale una persona por familia, ya se ven niños y adultos mayores caminando entre las plazas comerciales, que poco a poco van reabriendo sus locales, como se observó en Plaza Carrusel y Las Brisas. En estos espacios, familias, grupos de amigos y parejas caminan, visitan algún local de comida o realizan las compras de la semana.
En la Zona Centro, cada vez hay más personas, que acuden a los restaurantes que desde hace un par de semanas han abierto paulatinamente. En algunos, ni si quiera venden comida, sólo se ve a personas consumiendo bebidas alcohólicas como el caso del Revolution Bar y el Copeo, a pesar que había un compromiso por parte del Ayuntamiento de Tijuana y el Estado para regular estos establecimientos.
Otros espacios, como el café Baristi, ubicado en la calle Cuarta y avenida Revolución permite un ingreso mayor al 30 por ciento de aforo que se tenía establecido, además, que no hay una distancia de al menos dos metros entre una mesa y la otra, aun cuando están al aire libre.
Asimismo, en los casinos que se encuentran sobre la avenida Revolución, el ingreso ocurrió de forma indiscriminada, como si dentro del establecimiento hubiera certeza que las personas estarán a salvo de no contagiarse por el patógeno del SARS-CoV-2.
Quienes no tuvieron mayor suerte, fueron los vendedores de curiosidades y recuerdos, que en días festivos como el de este fin de semana, aprovechan para vender su mercancía a los turistas que acuden a la ciudad, pero esta vez no fue así.
En la ciudad fueron pocos los extranjeros recorriendo una de las zonas más emblemáticas de Tijuana, incluso en la Plaza Santa Cecilia, que semanas atrás había registrado una importante afluencia de visitantes que llegaban a comer en los restaurantes ubicados en esta plaza y a comprar los recuerdos y ropa que venden en los kioscos.
Las filas fueron visibles en distintos establecimientos que no son esenciales pero ya volvieron a abrir sus puertas al público, como el caso de las zapaterías, que se suman a otros comercios no esenciales como joyerías, tiendas que venden ropa, accesorios y electrodomésticos.
Se atestiguó la presencia de los negocios irregulares en la calle Segunda a la altura de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, los que ocupan la mitad de la banqueta, siendo un obstáculo para que los peatones caminen con un sano distanciamiento. Aunque venden artículos no esenciales, desde que inició la Jornada de Sana Distancia y el Sistema de Semaforización, no se han detectado acciones contundentes por parte de la Dirección de Inspección y Verificación del Ayuntamiento de Tijuana.
Otra de las zonas donde los tijuanenses y uno que otro mexicoamericano estuvo presente fue Playas de Tijuana, si bien en esta ocasión sí hubo presencia de policías municipales vigilando el acceso a la playa, en algunos restaurantes ubicados en la avenida del Pacífico tampoco se respetó el ingreso de sólo el 30 por ciento de cupo, teniendo todas las mesas con comensales, sin el distanciamiento adecuado.
No fue el caso de todos los establecimientos, hubo locales donde personas esperaron a que salieron clientes para poder ingresar y no rebasar el número de clientes permitido. Otros aprovecharon y recorrieron la avenida desde el Faro hasta los Arcos, consumiendo las brochetas de camarón que los vendedores ambulantes venden al ras de la banqueta.
Las familias también aprovecharon que los parques están abiertos, como se vio en el Parque México, donde familias acompañadas de menores de edad y adultos de la tercera edad se reunieron, pero sin que hubiera la distancia suficiente para evitar contagios, y en algunos casos se olvidaron del uso del cubrebocas.
Baja California lleva un mes en semáforo rojo, y la segunda semana de julio se tiene previsto que continúe así; en teoría, ningún espacio abierto o cerrado tendría permiso para que la ciudadanía se reuniera. El Sistema de Semaforización dicta que al estar en color rojo, sólo podían realizarse actividades esenciales, pero, en Baja California eso pasó a segundo Plano.
A nivel estatal van 10 mil 340 personas con resultado positivo a la COVID-19 y en todos los municipios se ha dado un aumento en los casos activos.
