El pastor Alberto Rivera, director del albergue para migrantes Agape, interpuso una denuncia ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por la falta de atención por parte del Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo (C4), y de la Policía Municipal de Tijuana.
En entrevista con ZETA, el pastor explicó que el sábado 25 de julio un grupo de siete personas que viven cerca del albergue, en la colonia Loma Bonita, ingresaron a la fuerza al lugar, empujando puertas y llamando la atención.
Mencionó que con actitud retadora, le dijeron “pues si quiere sáqueme de aquí a la fuerza, y si quiere nos agarramos a golpes”, por lo que el pastor llamó al 911 en repetidas ocasiones, buscando la ayuda de la Policía Municipal.
“Como a las 4 y media de la tarde nos dijeron que iban a mandar una unidad y nunca la mandaron. Como a los 40 minutos volví a llamar y una mujer oficial me dijo que como en cinco minutos debían de llegar, si no, debía llamar otra vez, y cuando lo hice, me apareció una grabación, me quedé en la línea pero ya no contestaron”, dijo a ZETA.
Los agresores se quedaron ahí alrededor de cuatro horas, afirmó Rivera, tiempo en el que los migrantes y el pastor optaron por no contestar las agresiones, para no empeorar la situación, y que fuera contraproducente para ellos.
A primera hora de este lunes, se interpuso la denuncia ante la CEDH, a la cual se le dará seguimiento, mientras tanto, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, informó a ZETA que fueron dos llamadas las que se hicieron, y ya se pusieron en contacto con el director del albergue, para coordinar trabajos y ver de qué manera pueden brindarle la atención.
En cuanto a lo sucedido el sábado pasado, comentaron que agentes intentaron contactar a Alberto Rivera, a través de una llamada telefónica y nunca respondió, por lo que fue un problema de comunicación.