En mayo, la deuda total superó los 12.7 billones de pesos, debido principalmente a que la deuda externa aumentó 1 billón de pesos por préstamos y depreciación del peso. Economistas consideran que debe invertirse en programas de infraestructura y apoyar a las pequeñas y medianas empresas que no han podido operar por la pandemia
Al cierre de 2020 se prevé que la deuda de México aumente 9.1% respecto al año pasado, convirtiendo a nuestro país en la tercera nación de América Latina con el mayor incremento, advierte Ismael Plascencia López, presidente del Colegio de Economistas de Baja California.
Antes de la pandemia del virus SARS CoV-2 (COVID-19) la deuda de México representaba 44.9% de su Producto Interno Bruto (PIB). Ahora se espera que ascienda a 54% como consecuencia de la enfermedad respiratoria.
Recientemente, el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, estimó que la deuda con respecto al PIB aumentará este año hasta 60% ante la estrepitosa caída de la economía mexicana, la cual podría contraerse un 10%.
Acorde con el especialista, el incremento de la deuda no implica que la administración presidencial de Andrés Manuel López Obrador esté pidiendo recursos sobre el límite general autorizado por el Congreso de la Unión en el Presupuesto de Egresos de 2020, como tampoco significa que no se está endeudando o que el país se está beneficiando de recursos que ayuden a reactivar la economía, deteriorada desde un año atrás.
El académico consideró que la deuda no radica tanto en cuánto se incremente, dado que el gobierno tiene margen para llevarla hasta el 64% del PIB, sino en “cuidar que se invierta y se gaste de manera transparente” en infraestructura y programas que disminuyan los efectos de la crisis generada por el coronavirus.
En su opinión, no es deseable endeudarse, pero en crisis la deuda es necesaria para que el gobierno invierta en infraestructura y de ese modo contribuya a la recuperación económica, de lo contrario, los más perjudicados son los pobres. “Es como si tu hijo se enferma y no tienes dinero, vas a pedirle prestado al vecino porque quieres salvarle la vida”, ejemplificó Plascencia López. Lo cual no está ocurriendo con la economía mexicana, dado que los recursos se están enfocando en proyectos de infraestructura de esta administración sexenal que pueden ser importantes, pero no prioritarios.
“AMLO criticaba los proyectos que llamaba faraónicos de Peña Nieto; sin embargo, él está haciendo lo mismo. Con el gobierno de Enrique Peña Nieto, sin crisis, nuestro nivel de endeudamiento aumentó 10 puntos porcentuales” recordó el experto, quien interrogó: “¿Qué se hizo con ese dinero?”.
Para el entrevistado, existe el riesgo de que en 2021 la deuda incremente más debido a la caída de hasta 20% de los ingresos del país, con lo que “no quedaría de otra que buscar el endeudamiento para tratar de mitigar los efectos” o caer en la tentación de hacer dinero y afectar negativamente a la inflación. Ello, pese al discurso oficial ha negado que el gobierno lopezobradorista incurrirá en alguna de esas opciones.
El incremento de la deuda -agregó- podría darse también si las agencias internacionales bajan la calificación crediticia de México, situación que podría ocurrir en un futuro no muy lejano.
Abundó que el país de Latinoamérica con mayor crecimiento de deuda será Brasil, con 10.1 puntos porcentuales, para ubicar esta en 85.9% de su PIB; seguido de Ecuador, cuyo endeudamiento pasará del 50.2 al 60.2% de su PIB.
EN MAYO, DEUDA SUPERA LOS 12.7 BILLONES DE PESOS
Según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), al 30 de mayo de 2020, la deuda pública ascendió a 12 billones 738 mil 971.0 millones de pesos, un crecimiento anual de 7.8%
Si bien, durante el quinto mes la deuda total disminuyó con respecto a abril de 2020, en que alcanzó 13 billones 038 mil 761.9 millones de pesos, los datos de mayo son mayores a la deuda registrada en diciembre de 2019, cuando sumó 11.4 billones de pesos.
Roberto Fuentes Contreras, investigador de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), explicó que el incremento de la deuda se debió principalmente al aumento de la deuda externa, que pasó de 3.8 billones a 4.9 billones de pesos, como resultado de la depreciación del peso frente al dólar estadounidense.
Un estudio del CEFP indica que en abril la deuda externa aumentó un billón 265 mil 773.4 millones de pesos respecto al saldo de la deuda externa neta registrada un año antes, lo cual “significó un crecimiento a valor real de 29.1%”, que corresponde a una depreciación del 28.8% de la moneda mexicana.
En marzo del año en curso, el organismo perteneciente a la Cámara de Diputados advertía que “pese a los esfuerzos” del Gobierno de México, la deuda externa en moneda nacional tenía un crecimiento real de 15.4% con relación al saldo de marzo del año previo.
Fuentes Contreras abundó que el incremento de la deuda externa también se debe a que hace unos meses el gobierno mexicano emitió deuda por 6 mil millones de dólares. Entonces, la Secretaría de Hacienda destacó que recibió ofertas por 30 mil millones de dólares.
Con esta acción, “Hacienda pareció mandar el mensaje de que independientemente de lo que digan las calificaciones crediticias y la narrativa interna del país, México aún es atractivo para los inversionistas, pero eso ha hecho que se incremente significativamente la deuda externa”, consideró el académico, lo cual resultaría riesgoso en la medida que puede haber depreciaciones profundas en un contexto de incertidumbre global.
EN MAYO, BM OTORGA CRÉDITO POR MIL MDD
El 31 mayo, el Banco Mundial (BM) aprobó a México un crédito de mil millones de dólares con una comisión de 0.25%. Empréstito que, a decir del subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, no sobrepasa el techo de endeudamiento otorgado por el Congreso.
Empero el reporte del CEFP señala que el monto aprobado por el Congreso federal para la deuda externa ya rebasó lo aprobado y al cierre de mayo registró un avance de 222.7% con 15 mil 719.2 millones, pese a que lo aprobado para 2020 por el Congreso era de 7 mil 058.0 millones.
El 7 de junio, el funcionario federal rechazó que el préstamo del BM fuera a destinarse a un programa de respuesta económica ante la crisis derivada de la enfermedad COVID-19, y aseguró que el recurso no tiene destino específico. Ello, en contraste con lo que indicaba el portal del organismo multilateral, al sostener que el BM había autorizado el empréstito para “contribuir a los esfuerzos del gobierno mexicano en apoyar la liquidez y mejorar el acceso financiero, en el marco de la pandemia de COVID-19”.
Horas después, el propio Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó el préstamo como “una operación de rutina” y refirió que fue solicitado en 2019. Ante ello, la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados solicitó la comparecencia del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, para que explique en qué se utilizará el recurso.
Según la ex presidenta de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, Soraya Pérez, este no es el primer préstamo que el gobierno de la Cuarta Transformación ha solicitado, puesto que en los últimos 18 meses el gobierno mexicano recibió cinco créditos por un monto total de 2 mil 130 millones de dólares. Cantidad apenas inferior en 200 millones de dólares a lo solicitado durante la administración de Enrique Peña Nieto.
En cuanto a la deuda interna, el catedrático Roberto Fuentes Contreras expuso que también aumentó, aunque en menor grado, al pasar de 7.5 billones de pesos en diciembre de 2019 a 7.8 billones en mayo de 2020.
En entrevista con ZETA explicó que, aunado al tipo de cambio, otro factor importante es el crecimiento económico, de modo que conforme este va disminuyendo, la deuda respecto al PIB crece. Situación que ocurrirá en todas las economías del mundo.
URGE APOYO A MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS
Los economistas consultados por este Semanario resaltaron la importancia de que el país se endeude para actuar en situaciones de crisis con programas anticíclicos, que hagan más rápida la recuperación.
En ese sentido, Ismael Plascencia López consideró que la deuda debe usarse para ayudar a las micro y pequeñas empresas que necesitan operar para pagar sus nóminas, sin embargo, el gobierno no las está apoyando.
Explicó que para que la economía crezca, hay cuatro componentes que sirven como su motor. El primero es el consumo de los mexicanos, sin embargo, a raíz de la pandemia y sus efectos “se encuentra colapsado”.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que en abril, el consumo privado en el mercado interior tuvo una caída mensual real de 19.7%, marcando la contracción más importante de la historia.
El segundo componente es la inversión privada de las empresas, que ya registraba un deterioro desde antes de que empezara la pandemia, ya que “las empresas mexicanas no están invirtiendo porque no tienen claridad en las reglas del juego” y ello repercutió en el decrecimiento de 0.1% que tuvo la economía en 2019. A dicha incertidumbre se ha sumado la generada por la epidemia de coronavirus, que afecta a nivel global.
Asimismo, los datos del Inegi publicados el 6 de julio muestran que durante el cuarto mes de 2020 la Inversión Fija Bruta se desplomó 28.9% respecto al mes anterior. El peor dato desde 1995.
El tercer componente para que la economía crezca es el gasto público por parte del gobierno, pero se está observando una contracción en el gasto, de modo que tampoco se estaría impulsando el crecimiento económico por esta vía.
El cuarto componente es hacer crecer el PIB mediante las exportaciones, pero estas también reportaron un decrecimiento de 56.7% en mayo.
De modo que, dijo Plascencia, de todos los componentes el que más fácil puede intervenir el gobierno es el gasto público mediante la deuda, la cual tendría que destinarse a inversión en infraestructura (carreteras, escuelas, hospitales y en tecnología digital) para mover la economía y disminuir la desigualdad económica y pobreza que la pandemia ha hecho más evidentes.
En opinión del también director de la Facultad de Contaduría y Administración de la UABC, México no debería destinar recursos a programas clientelares que han demostrado que no funcionan para disminuir la pobreza.
“Te lo digo con conocimiento de causa: jóvenes que se salen de la universidad para ser apoyados por una beca de Jóvenes Construyendo el Futuro dicen ‘para qué estudio si estoy recibiendo 3 mil pesos y estoy viviendo con mis papás’. Se están sacrificando generaciones futuras que deberían de estar preparándose, la pregunta que nos tenemos que hacer en México es: ¿Por qué cada año destinamos más recursos a la pobreza, y en lugar de disminuir aumenta?”, reflexionó.
Finalmente, consideró: “Este Presidente está saliendo más neoliberal que los neoliberales, no se quiere endeudar en una época de crisis, y entonces los que van a sufrir son los más pobres del país y las micro y pequeñas empresas del país, que son las que generan más empleo y las que están cerrando sus puertas”.