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jueves, octubre 10, 2024
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Mentiraz

Confieso que las primeras veces que el gobernador Jaime Bonilla Valdez atacó a nuestro querido Semanario, me invadió la ira, ya que me parecía injusto que una persona intentara desprestigiar con palabras vagas y sin argumentos, los 40 años de labor profesional que se han realizado desde esta trinchera, cuyo único objetivo siempre ha sido aportar un granito de arena a la democracia del Estado a través del periodismo crítico, contestatario y al servicio de la gente que tiene algo que decir, no del poder o del dinero.

La actitud altanera del mandatario y los constantes ataques en contra de estas páginas durante los últimos meses, nos ha generado ya una piel muy dura para enfrentar con cabeza fría el hostigamiento y acoso de un gobernante atrabancado que agrede como si se tratase de un sabueso acorralado.

El martes 14 de julio, en una de sus “transmisiones animadas de ayer y hoy” por Facebook, Jaime Bonilla hizo uno de sus infortunados comentarios que parecieran travesuras de escolapio, asegurando que en los periódicos solo se leen “`Mentiraz’ con ZETA”, haciendo una evidente referencia a esta casa editorial.

Tal parece que Bonilla Valdez está muy enterado de lo que publicamos, no como hace unos meses, cuando preguntó si “todavía sale” la edición semanal de ZETA. Nos quedamos con el hecho de que nos acusa de mentirosos, pero hasta el momento no ha desmentido un solo texto de este medio de comunicación.

Fuimos los primeros en escribir que era inconstitucional la gubernatura por cinco años y la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo confirmó el 11 de mayo. Fuimos los primeros en exhibir el imperio notarial que Bonilla le regalaba a su padrino político, el ex gobernador Xicoténcatl Leyva Mortera. Fuimos los primeros en denunciar que su primer impuesto a las gasolinas era ilegal y hasta Petróleos Mexicanos terminó amparándose contra este.

Fuimos los primeros que no publicaron chismes, sino señalamientos firmes sobre las acusaciones de moches contra tres funcionarios de la administración bonillista, de los cuales uno -el más cercano al mandatario- no fue despedido. También fuimos los primeros en publicar sobre las irregularidades que hubo en el esquema de desayunos escolares -el proyecto más “noble” de Bonilla- tanto por el sospechoso tráfico de influencias, como por el inexistente proceso de licitación.

No se diga en el tema de la enfermedad COVID-19, en reiteradas ocasiones hemos señalado las carencias y deficiencias que primero niegan, pero después reconocen. Ninguno de estos textos ha sido desmentido por el mandatario, pero aun así, nos acusa de mentirosos.

 

ADUANA DE COLADERA

Todos nos hemos reído y hasta criticado el problema en el que se metió la alcaldesa Marina del Pilar Ávila Olmeda, cuando tomó la decisión de instalar filtros sanitarios que resultaron ser retenes “anti cerveza”.

De manera formal, el Ayuntamiento de Mexicali reconoció haber “frenado” el ingreso hasta de 2 mil latas en un solo fin de semana, lo que causó gran inconformidad en un sector de la ciudadanía. Lo que nunca se imaginaron es que indirectamente exhibirían la corrupción que existe en la Aduana de Mexicali, que resultó ser una verdadera coladera.

Y es que varias de las personas que eran intervenidas, comentaron a policías que para poder cruzar más de doce cervezas en aduanas, pagaban una suma de dinero al trabajador federal. Algunos referían que hasta 20 dólares por voltear para otro lado.

Los retenes de la Policía Municipal instalados a metros de la garita solo nos demostraron que las aduanas no son confiables, y cualquiera con suficiente dinero puede ingresar lo que desee por Mexicali. Este es el motivo por el que desde el Servicio de Administración Tributaria presionaron al gobierno municipal para que redujera su intervención en estos filtros, puesto que además de ser un delito, la Aduana quedó exhibida como corrupta, o en el mejor de los casos, ineficiente.

Sí permiten pasar cerveza por esas cantidades, ¿qué los detendrá para hacer lo mismo con las armas, el dinero, el contrabando de ropa, vehículos y todo tipo de productos que -por lo menos- deben pagar una importación?

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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