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martes, febrero 20, 2024
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Médicos denuncian desabasto; familias lo padecen, gobierno lo niega

Médicos del Hospital General de Tijuana firmaron una carta para dar a conocer a la opinión pública lo que sucede al interior del nosocomio: desabasto de medicamentos, de insumos, saturación de camas, desatención oficial. Gobernador y secretario de Salud lo niegan y atacan al medio que dio a conocer el posicionamiento de los doctores. Dicen que sí hay medicinas, pero falta comunicación. Alonso Pérez Rico presume “transparencia” y justifica: “No me habían comentado ese escenario”. Médicos insisten: el desabasto continúa

 


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Médicos del Hospital General de Tijuana fueron contundentes:


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“Lo que hemos estado viviendo en las últimas tres semanas en el hospital ha rebasado la línea de lo habitual y nos ha puesto en una situación francamente desesperada. La falta de insumos involucra en la actualidad medicamentos cuya aplicación continua al enfermo grave, es absolutamente necesaria. Entre ellos, los medicamentos que deben administrarse en un goteo continuo al enfermo, para mantenerlo dormido y sin dolor durante la respiración mecánica, son imprescindibles y no hay forma de sustituirlos. El no contar con ellos, implica que el enfermo está despierto durante la ventilación mecánica,  tiene sufrimiento y dolor”.

Aparte, los médicos, quienes prefirieron omitir su nombre por temor a represalias, pero que entregaron una carta posicionamiento a ZETA para hacerla del conocimiento público, enumeraron en siete sus necesidades más apremiantes:

“1. Medicamentos para sedación y relajación de pacientes

  1. Propofol, Fentanilo, Morfina,  Vecuronio, Cisatracurio, Rocuronio.

“2. Medicamentos para la prevención de formación de coágulos.

  1. Enoxaparina, Fraxiparina, Dalteparina

“3. Antibióticos

  1. Linezolid, Vancomicina, Imipenem-Cilastatina,

“4. Sistemas para aspiración cerrada de paciente con ventilación mecánica.

“5. Circuitos para sistema de administración de oxígeno por alto flujo.

“6. Parches coloides.

“7. Tomografía computada.

“8. Videolaringoscopio funcional”.

La noche del martes 28 de julio, la información fue liberada por este Semanario junto con un gráfico en el cual se solicitaban donativos.

Para el miércoles por la mañana, en la presentación en redes del gobernador Jaime Bonilla Valdez y aprovechando la presencia del secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, “un usuario preguntó” sobre el desabasto de medicamentos en el Hospital General y la saturación de camas en el General, luego que los médicos también denunciaron estar casi al tope de su capacidad. Pérez Rico aprovechó para ironizar sobre lo publicado en este Semanario a petición de los médicos y justificar que no hay desabasto:

“En el Rocuronio, Vecuronio y Cisatracurio, que son los relajantes musculares que nos está sucediendo a todos, lo hemos sustituido y ya lo compramos, este no es un tema, todo el resto de los medicamentos que están citando en ese chat, precisamente voy a ir al Hospital General para decirles por qué no lo piden al almacén, por qué no llegan los oficios de requerimientos, porque lo tenemos, y ahorita vamos a aclarar ese punto y tranquilizar a la gente así como hicimos en Mexicali cuando dijeron que no había ventiladores. Es mi obligación ir y hacer un video ahí, presenciando que hay ventiladores, lo mismo vamos a hacer ahorita”.

Efectivamente Pérez Rico acudió al Hospital General, donde en privado, dijo a los médicos que “los medios de comunicación no son sus amigos, no se metan en camisa de once varas”, en una clara intentona por censurar la denuncia que provino del propio nosocomio.

Respecto de la ocupación hospitalaria, los médicos confiaron a ZETA que únicamente cuentan con 90 camas para la atención de pacientes COVID y estaban prácticamente al tope más del 90% de esos espacios ocupados. Informaron que las camas están distribuidas de la siguiente forma: 14 en la Unidad de Cuidados Intensivos, 28 en el primer piso, 24 en el segundo piso y 24 en el cuarto nivel. Además, que el resto de los pisos (3, 5, 6, 7 y 8) están vacíos.

Acorde con los doctores, la forma de manipular esa información para Pérez Rico, es hablar de la totalidad de espacios en el Hospital General, “refiere que solo está ocupado el 53% del hospital porque cuenta todo el hospital, no únicamente lo habilitado para los pacientes COVID, como debería ser el caso”.

 

 

Al respecto, Pérez Rico declaró a un lado del gobernador:

“El ambiente de un hospital se siente y se mide con relación a su ocupación, el Hospital General de Tijuana, ahorita precisamente estamos sacando de vacaciones a los médicos y enfermeras porque está relativamente tranquilo, si ustedes ven la ocupación que tiene la Unidad Hospitalaria Zonkeys, es menos del 10%, entonces, ya no tenemos pacientes para mandar para allá. Se cuenta solo los pisos que están abiertos, todos los pisos están habilitados como pisos COVID; el tercer piso está vacío, y estamos hablando de que hay treinta camas aquí”.

Postura contraria a la planteada por médicos del Hospital General de Tijuana que día a día libran la batalla frente al nuevo coronavirus, y en muchos casos, invirtiendo dinero de su bolsillo para apoyarse entre ellos, sea con protección personal o a los pacientes.

El gobernador Jaime Bonilla intentó desacreditar a ZETA, que dio voz y espacio a la denuncia de los médicos:

“La gente sabe, considerar la fuente es lo más importante. Esto -en referencia a la nota de ZETA– es un deservicio, engañar no tiene caso, hay que esclarecer, antes han cambiado mucho las cosas, doctor, ahorita podemos desmentir una nota inmediatamente y señalar quién la dijo, antes no, te tenías que esperar y a ver si el medio te daba derecho de réplica. Ahora ya no, miren, tengo un millón 700 mil seguidores y los presumo, certificado. Nosotros sí le podemos hacer llegar la verdad a la gente, rápido, esto -en alusión a la nota- es importante porque no puedes engañar a la gente con reportajes de este tipo, y acuérdense de una cosa: la mentira no tiene género, no es cuestión de si eres hombre o mujer, si tienes derecho a decir una cosa. La mentira no tiene género, todos tenemos derechos humanos, todos tenemos derecho de réplica”.

Sin embargo, más allá de la versión oficial del mandatario y su secretario de Salud, los médicos denunciaron en su carta:

“Los que suscribimos esta comunicación somos médicos y enfermeras que trabajamos en el Hospital General de Tijuana y que desde el 13 de abril hemos dedicado nuestro trabajo a la atención del pacientes con COVID-19. Deseamos hacer llegar información muy importante a los habitantes de Tijuana y las ciudades colindantes con respecto a la situación que se vive en el ÚNICO hospital público, fuera del IMSS, que atiende paciente con COVID en la región Tijuana-Tecate-Rosario y no ha dejado de recibirles desde el inicio de la epidemia.

“La falta de insumos es un tema añejo en este nosocomio. Con frecuencia es necesario hacer ajustes en la atención de pacientes debido a la falta de medicamentos, falta de reactivos de laboratorio o bien por la falta de insumos para algún procedimiento que el paciente necesita. Los médicos, enfermeras, químicos de laboratorio, terapistas respiratorios, personal de limpieza incluso personal administrativo, todos, estamos muy acostumbrados a hacer ajustes o cambios que se hacen necesarios por la falta de algún recurso que aunque debería de existir, no existe.  

“Con frecuencia, debemos recurrir a los familiares de nuestros enfermos para pedirles que de alguna forma nos hagan llegar algún recurso faltante. Estamos muy conscientes de que esto implica un esfuerzo económico muy grande para ellos, y por ello, tratamos de agotar otras opciones antes de acudir a esta opción”.

Familiares de pacientes COVID19 en el Hospital General

 

FAMILIARES PAGARON HASTA 20 MIL PESOS POR MEDICAMENTOS

El mismo miércoles 29 de julio, ZETA entrevistó a las afueras del hospital a dos familias que recién habían recibido la noticia de que sus consanguíneos habían fallecido y en su momento gastaron hasta 20 mil pesos en medicamentos con los cuales el Hospital General de Tijuana no contaba, pero eran necesarios para el tratamiento.

Una de ellas, Ileana Osuna, informó en medio de su dolor:

“Había un medicamento que necesitaba ocho pastillas y traía diez. Tuvimos que comprar mangueras de succión, pastillas, medicamentos que estuvieron en altos precios y tuvimos que buscar los mejores precios durante estos catorce días. Mi papá estuvo intubado ocho días, da coraje y rabia porque traes lo necesario para que tu familiar salga.

“Vinimos de Tecate, pagamos ambulancia porque no lo querían trasladar y hay un medicamento que nos costó 8 mil pesos. El último que compré era de 3 mil 500 pesos para unas pastillas que le ayudaría en la noche. Nos acababan de hablar para traer más medicamento y al venir, nos dieron la noticia”, recordó Ileana.

Ricardo Meza fue quien pedía información.

“Yo quería que me informara quién lo estaba atendiendo, pero eran médicos generales. Algunos nos dicen que no hay medicamentos, otros que la farmacia está bien, pero al cuestionarles qué pasó, me dicen que su cuerpo no aguantó”, refirió respecto a su familiar.

Otra familia que tuvo que pagar con el tratamiento de su paciente fue la de Maira Cristina Mendoza López. Recibió la fuerte noticia de que su suegro había muerto. Fermín Hidalgo Cabrera empezó con una tos que se complicó. No saben cómo pudo contagiarse de COVID-19, pero lo llevaron al Hospital General de Tijuana.

“Nos pidieron medicamentos, hoy me lo volvieron a pedir y costaba 20 mil 500 pesos y solo ocupaban siete para cada paciente. Hoy cumplía quince días y nos preguntamos, si se las dieron todas, ¿por qué no habían funcionado? Hoy íbamos a comprar la otra dosis, ya veníamos de Granjas Unidas cuando nos avisaron que pasáramos directamente y no nos pudimos despedir”, denunció.

Los médicos ya lo habían externado en su carta:

“Otro faltante indispensable, son los dispositivos para hacer aspiración de los sistemas de ventilación. Estos sistemas especiales nos permiten aspirar secreciones bronquiales en los pacientes que están en ventilación mecánica. Es la única forma de retirar estas secreciones porque el paciente y el ventilador están conectados en un circuito cerrado.  Sin estos dispositivos, las secreciones se acumulan en los tubos de ventilación y en los pulmones de los enfermos con consecuencias muy graves.  Otro medicamento que falta con frecuencia es la Norepinefrina, que permite mantener la presión arterial y evitar el colapso circulatorio que muchos de nuestros pacientes presentan; también se administra en infusión continua y su efecto se pierde inmediatamente al ser retirado.

“Estos y otros muchos recursos han faltado en el hospital desde hace más de tres semanas y, a pesar de los esfuerzos que el personal del hospital hace por sustituirlos y del esfuerzo de familiares y amigos por hacernos llegar los insumos a expensas de grandes sacrificios económicos, la situación ha afectado los desenlaces de los enfermos irremediablemente”.

Alonso Pérez Rico, Secretario de Salud

“NO ME HABÍAN COMENTADO ESE ESCENARIO”: SECRETARIO DE SALUD

Un reportero preguntó al secretario de Salud del Estado, Alonso Pérez Rico:

– ¿Usted cree que los médicos están mintiendo?

“No sé, tengo que ir a preguntarles, a lo mejor ellos no se comunican con sus jefes o la dirección, el almacén, voy precisamente a despejar esas dudas. Usualmente estoy en el hospital y no me habían comentado ese escenario, la mayoría de los jefes de los servicios tienen mi número personal y nunca me han dicho ese tema”, respondería el funcionario.

Luego vendría otro cuestionamiento de la prensa:

– Además de esos tres medicamentos, ¿qué otros faltan?

“Los oncológicos pediátricos, por supuesto, todo lo que se ocupa para tratar pacientes de COVID en mantener. No es que no haya, sino que es un reto procurarlos en las cantidades que se ocupan; mantener 200 pacientes sedados es un reto por los medicamentos que conlleva, por el equipo médico que requieren, por el personal que se desgasta. En ese sentido, si es la misma lista que me mencionan; los anticoagulantes, Enoxaparina, Heparina de bajo peso molecular, nada más ocupas uno de esos para cumplir esa función. Es lo que voy a ir a preguntarles, porque tenemos Enoxaparina, entonces ¿dónde está la falla? Es más que eso, seguramente es una falta de comunicación en servicios, que ya nos había pasado, y ahora voy otra vez a decir dónde está fallando esta comunicación, donde si requieren que ese medicamento esté, ahorita ya estamos en eso. Ahorita tenemos una oferta-demanda y tenemos que cumplirla”.

 

 

 

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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