Decenas de tijuanenses ingresaron el sábado 27 de junio al mar de Playas de Tijuana, pese a que esta se mantiene cerrada, con supuesta vigilancia permanente por la Policía Municipal; la presencia de la ciudadanía también se apreció en centros comerciales, restaurantes y el único casino que se encuentra abierto hasta el momento en la ciudad. Todo mientras la ciudad se encuentra en semáforo rojo y con aumento de casos activos de COVID-19.
El tráfico en las principales vialidades es similar al que existía antes de finales de marzo cuando se implementó la Jornada Nacional de Sana Distancia. En Tijuana se creyeron lo dicho semanas atrás por Pérez Rico, que “Tijuana le rompió la espalda al COVID”. Estas palabras hicieron eco en la población que utiliza con menos frecuencia el cubre bocas.
Semanario ZETA realizó un recorrido el sábado 27 de junio por distintos puntos de la ciudad, entre ellos Playas de Tijuana, una de las zonas con más afluencia de visitantes; en los restaurantes ubicados en Paseo Playas de Tijuana la afluencia fue abundante, pero ninguno estuvo a su máxima capacidad. En la calle las familias caminaban comprando botanas y viendo el mar desde lejos, respetando las cintas amarillas con las que están cerradas los accesos al mar.
Los más audaces aprovecharon que los restaurantes ubicados en el malecón ya abrieron para bajar a la playa, fueron decenas de personas las que estuvieron por tiempo prolongado jugando en la arena, realizando caminatas o bañándose en el mar, sin que la policía realizara algún rondín de seguridad como los anunciados desde semanas atrás por el alcalde Arturo González Cruz.
Al preguntar al área de comunicación del Ayuntamiento si las playas se encontraban abiertas, informaron que todavía no, y a los minutos apareció un oficial en motocicleta invitando a la gente a salir; al cuestionarle al oficial porque no existía vigilancia policiaca, indicó que él apenas iba entrando a su turno.
Otro de los sitios con mayor afluencia de visitantes, fue la avenida Revolución en la Zona Centro, donde la mayoría de restaurantes ya abrieron al público, en ellos se detectaron varias mesas con comensales, incluso algunos comercios apostaron por las mesas sobre la acera, para evitar tener a personas en un espacio cerrado.
La Plaza Santa Cecilia se mantuvo con los kioscos abiertos como lo viene haciendo desde inicios de mes, pese a que ninguno de los locales vende artículos esenciales; a los restaurantes acudieron visitantes norteamericanos a degustar platillos mexicanos. La movilidad peatonal fue nutrida, personas de todas las edades recorrieron tanto la avenida Revolución como la Constitución, sin que hubiera distancia suficiente para evitar contagios.
En los restaurantes de la avenida Revolución hubo mayor presencia que en los que pertenecen a la Ruta Gastronómica en Zona Río, donde el movimiento de personas fue menor. Donde también hubo restaurantes abiertos fue al interior de las plazas comerciales como Plaza Río, Paseo Chapultepec y Galerías Hipódromo. Y a pesar que en los restaurantes visitados se respetaron las medidas sanitarias y la ocupación del 25 por ciento, en algunos establecimientos se detectó que la distancia entre una y otra mesa no siempre respetaba la distancia recomendada por las autoridades sanitarias.
El Parque Teniente Guerrero, el cual nunca estuvo completamente cerrado, ahora con la apertura de los parques tuvo más personas reunidas que en ocasiones pasadas. Los visitantes, entre ellos menores de edad, estuvieron sin el uso de cubre bocas.
Otro lugar donde la gente se mantiene sin usar el cubre bocas son las unidades de transporte público, pese a que se había anunciado que no se permitiría subir a personas que no lo llevaran consigo.
Por otro lado, el comercio informal sigue en las calles, desde puestos vendiendo accesorios como lentes y sombreros, hasta aquellos que venden artículos para los teléfonos celulares y electrónica. Una de las problemáticas que presenta este tipo de comercio, es la aglomeración que provoca, ya que al invadir las aceras, es más complicado para los peatones mantener la distancia recomendada de cuatro metros en espacios públicos.
Por otra parte, se ha vuelto común la apertura de negocios no esenciales para el semáforo rojo en el que se encuentra el estado. Desde peluquerías, hasta papelerías y locales que venden equipos de computación y saldos de ropa.
Baja California tiene más de 9 mil casos confirmados y uno de los factores para no bajar el color de semáforo del rojo al naranja, es que el porcentaje de positividad no ha disminuido, manteniéndose arriba del 60 por ciento; para bajar es necesario que la población disminuya las salidas que no sean necesarias, aplique el distanciamiento de cuatro metros en espacios públicos, use el cubre bocas y lave sus manos constantemente.
Sin embargo, el escenario se complica cuando las autoridades permiten la apertura de lugares que no son esenciales según lo que indica la semaforización, como el caso del Casino Arenia, propiedad del ex alcalde, Carlos Bustamante Anchondo, donde se atestiguó que la gente hace filas para ingresar al establecimiento, en el que empleados mencionaron no existe un límite de personas permitidas dentro, dejando la responsabilidad de las medidas de prevención a los asistentes.