Vendedores de drogas y homicidas de Los Venados y “El Pantera”, encargados del trasiego de enervantes para el Cártel de Sinaloa en la mafia de René Arzate García, asesinaron al agente de Narcomenudeo en Ensenada, Manuel Avendaño Rojas. Los mismos que en abril le quitaron la vida al ministerio público Hiram Riveras, y el 15 de mayo intentaron ejecutar al coordinador de MP en el puerto. Investigadores de la FGE aseguran que los jefes sabían que Avendaño estaba amenazado y no lo protegieron
El 28 de abril asesinaron al ministerio público Hiram Rivera Lizárraga, el 15 de mayo siguieron al coordinador de Ministerios Públicos, Vicente Huerta, para matarlo, pero fueron descubiertos. Y una semana después, 22 de mayo, le quitaron la vida a Manuel Avendaño Rojas, agente estatal de Investigación de Ensenada, asignado a la Unidad contra Narcomenudeo.
Las autoridades lo tienen claro: Jesús Salvador Villavicencio Meza “El Venado” y/o “El Rayder”, sus hermanos Germán y César Ulises y Leopoldo Lizárraga Ochoa “El Polo” o “El Pantera”, todos operadores criminales del Cártel de Sinaloa en la célula de René Arzate García, están detrás de los asesinatos y atentados en contra de elementos de la Unidad de Narcomenudeo de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGE) en Ensenada.
Con las carpetas avanzadas en la investigación, la FGE sigue el rastro a los autores materiales, con la misión de también apresar a los autores intelectuales por sus niveles de violencia y los ataques a la autoridad. Los Villavicencio y Lizárraga se han convertido en objetivos prioritarios de las Mesas de Coordinación por la Paz y la Seguridad.
Las amenazas de muerte fueron hechas por Los Venados y empezaron a partir del 15 de febrero en Isla de Cedros, cuando, como parte de los preparativos para las Jornadas de la Paz del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, algunos miembros de Narcomenudeo fueron enviado para realizar algunos aseguramientos para que el mandatario pudiera mostrar resultados en materia de seguridad. El personal solicitó y ejecutó órdenes de cateo en las tienditas de droga de los hermanos Villavicencio Meza, pero a los homicidas y traficantes no les pareció que la autoridad se ejerciera en su contra; avisaron que matarían y quemarían a los agentes, sus familias y sus pertenencias. Empezaron por advertir al Ministerio Público.
Los agentes amenazados fueron extraídos, les dieron vacaciones pero regresaron a laborar, en el inter los cateos y aseguramientos continuaron en narcotienditas en diversas zonas de Ensenada, incluso después del asesinato de Hiram Rivera el 28 de abril. Los que incomodaron a los del Cártel de Sinaloa, fueron las acciones judiciales ejecutadas en Isla de Cedros, Villas del Real, Punta Banda y Acapulco.
A partir de entonces las amenazas de muerte se han recibido en los teléfonos particulares de algunos agentes de la FGE y al Centro de Comando, Control, Comunicación y Computo (C4), informó personal de la Fiscalía.
De hecho, investigadores estatales de Ensenada, aseguraron que aproximadamente una semana antes de ser asesinado el agente Manuel Avendaño, el C4 recibió una amenaza de muerte en su contra, la cual fue remitida a los jefes de este, pero no hicieron nada al respecto. “El coordinador de Homicidios y el de Narcomenudeo en el Estado, un tal Pelayo, se quedaron con la información por alguna razón y no la bajaron”, expusieron.
Avendaño estaba asignado a Narcomenudeo, pero desde 2017 había dejado de ser agente activo en investigaciones, los últimos tres años había estado comisionado a la barandilla en el área de celda, donde recibía y procesada las capturas realizadas por sus compañeros.
El agente había pedido su salida de este grupo desde 2016, sin éxito. Ese año, recién llegado de Mexicali lo designaron jefe de Narcomenudeo cuando la unidad empezó a trabajar investigaciones en Ensenada, en un corto tiempo realizó varios decomisos y detuvo en tres ocasiones a un narcomenudista y presunto homicida de Los Venados: Arley Aguilar Salgado.
Inconforme por las capturas y decomisos, Aguilar Salgado denunció a Avendaño ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y Asuntos internos, pero no le sirvió porque igual fue procesado. Entonces, él y sus cómplices lo amenazaron: “Te va a cargar la chingada”, todo quedó consignado en una carpeta de investigación hace tres años.
Entonces Avendaño pidió por primera vez su reubicación y lo enviaron a barandilla. “No quería más problemas administrativos ni con narcos, era un agente de perfil bajo, tranquilo. No había versiones ni dentro ni fuera que anduviera de baquetón, a pesar de estar en Narcomenudeo, al contrario, le sacaba la vuelta porque tenía dos hijos menores”, confió a ZETA uno de sus compañeros.
Hace seis o siete meses, el agente solicitó una nueva asignación, quería volver a investigar pero no indagando la venta de droga; había pedido su cambio al Centro de Atención a Personas Extraviadas o Ausentes.
LO ACRIBILLAN FRENTE A LA CASA FAMILIAR
Las advertencias y atentados en contra de los integrantes del grupo de Narcomenudeo llegaron antes que la nueva asignación.
Con una amenaza pesando sobre su cabeza, de acuerdo a lo expuesto por sus compañeros, la mañana del 22 de mayo, Avendaño terminaba su turno de 48x 24 y salió rumbo a la casa de su madre, donde se estaba quedando en fechas recientes. Los hechos indican que los asesinos lo siguieron para cazarlo, llegó a la calle Riverol y Trece de la Zona Centro de Ensenada y descendió del auto, ahí le dispararon.
A las 8:45 am de ese viernes, hubo una denuncia al C4, “se escucharon al menos diez detonaciones de arma de fuego en la calle Riverol”, y al llegar, los policías municipales encontraron el cuerpo sobre la banqueta.
Testigos informaron que los homicidas llegaron y huyeron de la zona a bordo de una motocicleta.
Conforme a la necropsia el cuerpo del oficial, que quedó tendido en la banqueta a la vista de familiares, presentaba 27 lesiones de entrada y salida por disparo de arma de fuego. En el lugar se recogieron 23 casquillos percutidos.
De acuerdo con el resultado de la prueba de balística, el arma que usaron los agresores “estaba limpia” y no se había usado en otros crímenes o agresiones.
Bebé, víctima colateral
Una menor de un año y once meses de edad se debate entre la vida y la muerte en el ISSSTE Ensenada tras recibir disparo de arma de fuego en un enfrentamiento armado en el Ejido Díaz Ordaz, Delegación Camalú.
El diagnóstico es de traumatismo craneoencefálico severo secundario producido por proyectil de arma de fuego, además de presentar fractura fronto-parietal derecha.
La agresión sucedió a las 12:27 pm del lunes 25 de mayo, cuando se reportó a C4 que a unos 100 metros del entronque con la Sierra San Pedro Mártir, en un negocio de car wash se escucharon detonaciones.
La menor iba a bordo de un automóvil acompañada de sus padres y otro hombre, quienes tenían el objetivo de cobrar un dinero por la venta de un vehículo, pero al llegar al punto de la reunión fueron atacados a balazos.
Al padre de la niña, identificado como Esteban Pacheco Aragón, de 32 años, lo bajaron de la unidad y se lo llevaron herido en una camioneta Lincoln Navigator color plateado; hasta el momento se desconoce su paradero.
Mientras que al acompañante, identificado como Francisco Ariel Ledesma Fiero, lo trasladaron a una clínica con una lesión por disparo en la pierna derecha.
A diferencia del MP Hiram Rivera, Avendaño no fue despedido con honores. Sus compañeros fueron invitados de manera informal para acompañar a la familia a las 11:30 am del domingo 24 de mayo en la funeraria El Ángel, donde realizaron un protocolario pase de lista, lo que aunado a la falta de protección, provocó indignación: “Vale más el trabajo del canino que la de un verdadero policía, a los perros (K9) se les reconoce y los despiden con honores, pero a un policía que es abatido por hacer el trabajo lo dejan en el abandono y deja la familia en abandono sin pensión, sin servicio médico, sin nada”, reclamaron.
El pago de seguro que reciben los familiares es de apenas 80 mil pesos por el riesgo de trabajo.
EL ATENTADO CONTRA EL COORDINADOR
Antes, el 15 de mayo, el coordinador de Ministerios Públicos en Ensenada, Vicente Huerta, quien fuera jefe del MP asesinado Hiram Rivera, abandonó sus oficinas para dirigirse a comprar alimentos y trasladarse a su domicilio particular.
En el camino se da cuenta que un auto lo sigue, cambia de carril, da vuelta, frena y avanza al mismo ritmo que el agente de la FGE. Decide pedir apoyo y se lo envían, en el inter le van diciendo por dónde circule y a cuál plaza introducirse para dificultar la misión criminal de sus perseguidores y corroborar que fueran tras él.
Cuando el apoyo llega a la plaza comercial, el conductor del auto ya no estaba, pero en el interior encontraron un arma y un documento a nombre de un sujeto que autoridades de Ensenada ya tienen identificado como uno de los operadores criminales de los hermanos Villavicencio. Después llega una mujer intentando recuperar el auto, y resulta ser novia de otro narcomenudista de los mismos “Venados”.
“No cometieron el crimen pero con el arma, todo indica que lo seguían para matarlo”, comentó un investigador.
El coordinador fue removido del cargo, extraído de Ensenada y será reubicado.
Después de este atentado en ciernes y del asesinato de Avendaño, un mando operativo de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI) llegó a Ensenada y los elementos locales se quejan porque aseguraron, les advirtió que la corporación podría hacer muchos cateos, pero igual les aconsejó negociar con la mafia: “Busquen a los jefes de la plaza y díganles que no calienten la plaza para que todos trabajen tranquilos”.
LOS AUTORES INTELECTUALES
“El Venado” y “El Polo” están identificados como cabezas de las células presuntamente responsables de las amenazas y muertes de los agentes, y tienen antecedentes:
Jesús Salvador Villavicencio Meza ha sido detenido en tres ocasiones por los delitos de lesiones, homicidio en grado de tentativa, posesión de droga y corrupción. En todas las ocasiones liberado.
A Leopoldo Lizárraga Ochoa lo capturaron en Sinaloa por posesión de droga en 2009 y por robo en 2012; y en Ensenada, por robo en 2015.
Los mimos responsables y similar línea de investigación, siguen las autoridades en el caso del asesinato del fiscal del área de Narcomenudeo, Hiram Rivera Lizárraga, quien antes de su muerte ejecutó varias órdenes de cateos y decomisos en Isla de Cedros.
La ola de violencia en Ensenada ha dejado cinco agentes asesinados en 2020, entre municipales y estatales. El primer acribillado fue el municipal Juan Francisco Chávez Ibarra el 9 de marzo; seguido del bombero Héctor Murillo Dávila el 13 de abril; el comandante en el Valle de Guadalupe, Víctor Manuel Ruiz Ponce, el 2 de mayo; en la FGE, Hiram Rivera Lizárraga el 28 de abril; y Manuel Avendaño el 22 de mayo.
El saldo también arroja un máximo históricos de homicidios. De acuerdo con cifras de la Guardia Nacional, después de Tijuana, el puerto registra el segundo lugar en violencia en Baja California, con 130 asesinatos; 52 más de los que se presentaron en el mismo periodo de 2019.
CATEAN BODEGA QUE ASEGURAN, ES DEL CÁRTEL DE SINALOA
A pesar de las amenazas y ataques, los cateos y aseguramientos de droga continuaron en Ensenada.
El lunes 25 de mayo realizaron un operativo en un almacén color blanco sin razón social a la vista, localizado en Calle Reforma entre Plinta y Lago Victoria, Fraccionamiento Valle Dorado.
Oficialmente se trataba de empresa de comercio de fertilizantes al mayoreo que fue cateada por elementos de elementos de la Guardia Nacional y la GESI. La matriz se encuentra en Mexicali, y se trata de químicos no aptos para comercializar al público en general.
Los agentes encontraron 17 automóviles de motor, algunos de lujo, tres automotores tipo Razor y dos motocicletas todoterreno, pertenecientes al Cártel de Sinaloa, de acuerdo a lo informado por las autoridades.
Además, incautaron 64 tambos que contenían 12 mil 800 litros de acetona, ácido clorhídrico y alcohol bencílico, considerados “productos químicos esenciales” para la producción y confección de drogas sintéticas.
Aunque no se ha determinado la utilidad de los químicos incautados, los uniformados indicaron que se usan para metanfetamina, por ello estos precursores tienen un costo de 14 mil 514 dólares por kilo en el mercado, que multiplicados por los 896 asegurados, suman más de 13 millones de dólares.
El jueves 28 de mayo efectuaron un segundo aseguramiento del cual, hasta el cierre de esta edición, no se ha emitido información pública, pero se trata de más tambos con presuntos precursores que corresponden al mismo lote de la bodega intervenida el lunes previo.
Durante el primer operativo, un sujeto que se identificó como uno de los responsables de la bodega, aseguró que los uniformados trataban de extorsionarlo: “Me pidieron que me pusiera bien, que no querían que les diera nada más 20 mil dólares (los policías). Quieren que les dé dinero, mucho dinero”, argumentó, para agregar que las cámaras de seguridad fueron destruidas por los policías al ingresar al edificio. Después fue detenido y consignado, por presuntamente de ofrecer sobornos a la autoridad.