Pese a que el Congreso del Estado tiene semanas sin abrir sus puertas al público, como parte de las medidas de aislamiento y sana distancia para evitar la propagación de la enfermedad COVID-19, la verdad es que los diputados siguen acudiendo al recinto legislativo para planchar todos los mandatos del gobernador Jaime Bonilla Valdez, pues como se sabe, se ha convertido en la Oficialía de Partes del Ejecutivo.
Esto ha provocado que guardias, empleados de confianza e inclusive legisladores, hayan contraído el nuevo coronavirus, pese a que no tendría que ocurrir porque sus puertas permanecen cerradas.
Según nos cuenta gente dentro de las oficinas legislativas, ya se registró un brote en por lo menos una decena de empleados en el área de Contabilidad y el segundo piso del Congreso, además de los diputados Julio César Vázquez y Juan Manuel Molina, cuyos casos ya fueron confirmados.
De esos contagiados -que a estas alturas podrían ser más, pero todavía no presentan síntomas- ya una persona requirió hospitalización, pero afortunadamente logró recuperarse y se encuentra en casa.
No está de más decir que la responsabilidad es de los diputados de la XXII Legislatura, quienes mantienen el trabajo legislativo dentro de las oficinas, obligando a sus colaboradores a acudir a las salas del Congreso. Lo curioso es que ellos argumentan que su labor es esencial durante la pandemia, pero ninguno ha hecho reformas que sirvan para combatir la propagación del coronavirus en la entidad.
Montserrat “a modo”
Parece que la diputada Monserrat Caballero está pagando los favores que le hizo el gobernador Jaime Bonilla Valdez, para acomodarla como legisladora local y coordinadora de la bancada morenista.
O por lo menos eso se aprecia con la iniciativa recién presentada, cuyo objetivo es reformar el periodo de gobierno de la próxima gubernatura de seis a tres años, cuyo borrador fue escrito en las oficinas del Poder Ejecutivo.
Y es que esta nueva “Ley Bonilla” no tiene razón más que reducir la intención de los aspirantes a sucederlo, y así mantener gobernabilidad durante el próximo periodo, además de tener influencia en la selección del próximo candidato, puesto que un gobierno de tres años no es tan relevante como uno de seis para los actuales interesados.
También pretende que la ola presidencial arrastre a los próximos candidatos a gobernador, confiando en que la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, todavía les dé oportunidad de ganar en 2024.
La joven legisladora se preocupa más por reformar en favor de Bonilla -ni siquiera de Morena- y ha aceptado volverse carne de cañón a través de una iniciativa que se encuentra totalmente fuera de lugar, sobre todo en el periodo de pandemia, para evitar desgastar la imagen del mandatario y de su secretario general de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano.
Curiosamente, el argumento que presentaba Movimiento Regeneración Nacional para no tener un gobierno de dos años, era la incertidumbre y afectación económica que representaban dos años de gobierno y la celebración de otras elecciones en tan corto periodo de tiempo, pero ahora prefieren un segundo mandato corto.
Lo peor es que Montserrat tiene mucho trabajo como presidenta de la Comisión de Salud del Congreso del Estado, por lo que sus esfuerzos deberían ir enfocados en legislar para reducir el impacto de la pandemia. Sin embargo, ni siquiera ha llamado a comparecer al secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, para que explique por qué Baja California ha sido tan afectado por el coronavirus y por qué tenemos en Mexicali uno de los tres municipios con más contagios a nivel nacional.
Pero bueno, parece que la grilla es más importante en tiempos de la 4T.
A tres años de la muerte de Sergio Haro
El 30 de mayo se cumplieron tres años del fallecimiento de nuestro gran amigo e inspiración para el periodismo de Mexicali, Sergio Haro Cordero, reportero que entregó gran parte de su vida a ZETA, a través de sus reportajes y en su gustada columna Fuera de Libreta.
Desde este espacio le agradecemos todo el esfuerzo y valor que imprimió en el periodismo de Mexicali y de Baja California, dejando un enorme legado, imposible de igualar, que funge como inspiración para las generaciones actuales y siguientes.
Sergio nos enseñó como periodista y como persona, pues para ser un buen periodista -decía- “debes ser, antes que nada, una buena persona”. Nunca dejó de apoyar a los compañeros nuevos y de antaño cuando se trataba de mejorar un texto periodístico.
En una de sus últimas apariciones públicas, Haro asumió el rol de líder del periodismo en Mexicali y pidió a los compañeros del gremio bajacaliforniano que hiciéramos una red de protección para periodistas, acción preventiva que surgió tras el asesinato del colega Javier Valdez en Sinaloa.
Tenemos esa gran deuda contigo, Sergio, y vamos a cumplirte ese deseo.
