“Solo agradezco estar viva”, fue lo que pudo decir Doña Rosita, antes de que un médico particular, conseguido por sus vecinos, comenzara a curarle heridas y quemaduras, la tarde del viernes 1 de mayo, esto sucedió 24 horas después que explotó el tanque de gas que incendió su casa.
Rosa María Alfaro Baeza, de 67 años, vivía en la casa, marcada con el número 3 de la privada Jazmines, en Pórticos de San Antonio, en Tijuana, el jueves 30 de mayo alrededor de las 11:00 horas, su vecino Gerardo Aragón, mecánico de profesión, quien vive al lado, se dio cuenta que el tanque de gas tenía una fuga, corrió a echarle agua al depósito con una manguera y le avisó a la señora para que se resguardara.
La mujer abandonaba el inmueble con sus tres perritos, cuando el tanque explotó y se generó un incendio.
Gerardo Aragón salió expulsado con tal fuerza que se impactó contra su vehículo, por la gravedad de sus quemaduras fue llevado por los paramédicos a las instalaciones del ISSSTECALI. Y Doña Rosita fue lanzada contra el asfalto al igual que otros dos hombres, Luis Fernando Anguiano, residente de la privada, y el otro, un visitante de la privada no identificado.
Fernando García de la Cadena, cuñado de Doña Rosita, informó a ZETA, que la tarde del jueves recibió una llamada telefónica para informarle del incendio y que la señora había sido trasladada a la Clínica Uno para recibir atención médica.
“Al principio se me hizo extraño porque sé que ahí llevan a las personas con COVID-19, pero me aseguraron que mi cuñada estaba en una sección segura y deberían ir por ella la mañana del viernes”.
Sin embargo, poco más de 12 horas después de la explosión, durante los primeros minutos del viernes 1 de mayo, los vecinos de la mujer de 67 años la vieron llegar a la privada donde su casa estaba destruida, llevaba las quemaduras expuestas, algunas vendas y una receta médica para que comprara medicinas.
“Yo no entiendo cómo pudo pasar eso, o sea la dejaron salir así nomás, lo que yo sé hasta ahorita es que una persona que la vio afuera del hospital (Clínica Uno) se apiadó de ella y la trajo hasta acá (privada Jazmines), todavía con sangre en sus piernas, ¿qué pasa?”, reclamó el cuñado de Doña Rosita.
El valiente vecino “Gera” con quemaduras en el 80% del cuerpo
Ericka Avilez, esposa de Gerardo Aragón, explicó que los médicos le dijeron que su marido sufrió quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo, además de fracturas en el brazo y pierna derecha, por su condición de gravedad fue llevado a las instalaciones del ISSSTECALI y el lunes 4 de mayo será operado.
“La verdad fue muy valiente, sin pensarla se metió a la casa y le dijo a la señora que se saliera de la casa, por lo menos evitó (con el agua) que las demás casas se quemaran”, agradeció uno de los vecinos.
“Yo la verdad solamente me pare (luego de la explosión) y corrí para protegerme, después me di cuenta que estaba quemado y luego me empezaron a decir que no me moviera”, aseguró el vecino Luis Fernando Anguiano, quien también fue llevado al ISSSTECALI.
Al igual que doña Rosa, con heridas expuestas en brazos y cara, salió del hospital después de un par de horas, cuando le dijeron que se retirara porque estaba bien.
Residentes quieren apoyo para reparar viviendas
Los vecinos de la Privada Jazmín manifestaron estar desconcertados con el personal médico por la manera en que actuó con los heridos.
Y también reclamaron el apoyo de funcionarios municipales, el alcalde, el delegado y los bomberos, para buscar la reparación de los daños sufridos en las casas afectadas, que ellos estiman son aproximadamente 40, con mayor o menor grado de daños.
Los afectados aseguraron que después de la explosión llamaron al proveedor de gas que es la empresa Gas Silza, pero hasta las 15:00 horas del viernes 1 de mayo, más de 24 horas después, seguían sin atenderlos.