Nuestra cultura es extraordinariamente cálida. Somos de abrazos, besos, estrechar manos, darnos palmadas, chocar puños y de todo tipo de expresiones corporales para manifestarnos amor, afecto, amistad, sentimientos y emociones, lo cual necesariamente sucede en forma personal (y por supuesto, presencial).
Por lo anterior, en su momento nos costó trabajo cambiar esas costumbres ancestrales, cuando las consecuencias del H1N1 forzó hace una década reducir las expresiones físicas de afecto o aglutinamiento para mantener nuestras manos y brazos ausentes de estrechar a nuestros seres queridos y amistades.
Pero si esa etapa de nuestra historia nos resultó difícil, la pandemia vino a obligarnos a suspender antiguas tradiciones afectivas; y ya no únicamente no fue recomendable saludarnos físicamente, sino que tuvimos que resguardarnos en nuestros domicilios para reducir al máximo posible el encuentro presencial, aun con personas tan queridas como los abuelos o nietos, y no se diga con los amigos o compañeros de trabajo.
Sin embargo, las recomendaciones para proteger la salud y detener contagios, especialmente en los casos de quienes tienen un perfil que los hace más vulnerables, tuvieron otra consecuencia bastante grave, como lo fue el cese de apoyo económico y material a personas y organismos ciudadanos, que en tiempos ordinarios recibían ayuda de personas altruistas y de instituciones que regularmente los apoyaban.
Por una parte, se emitieron indicaciones de las autoridades -especialmente las de salud- de alejarse de los demás para proteger la salud de los demás y la propia, asignársele la denominación de “sana distancia”; además de que los apoyos, en algunos casos se reorientaron hacia insumos de protección del personal médico. Y por otra parte, se establecieron prioridades oficiales, generándose involuntariamente una insana indiferencia hacia algunos de los que habían venido recibiendo ayuda, o bien los procesos para obtener beneficios se hicieron más lentos o complicados.
En virtud de lo anterior, en Alianza Civil, en tiempos del coronavirus, se creó un lema: “Sana Distancia Sí. Insana Indiferencia No”.
Así, conscientes de los riesgos, pero con gran responsabilidad social y calidez humana, se han llevado alimentos no perecederos, fruta y ropa a diversos orfanatorios, medicamentos y alimentos a personas vulnerables por su edad, economía o condición de salud, cubrebocas al sector salud y a beneficiarios directos de la Asociación; y en casos excepcionales pago de servicios públicos, así como algunos trabajos de construcción indispensables y urgentes para mejorar la seguridad y calidad de vida de los receptores de esas acciones.
Además, Alianza Civil gestionó ante Banati la donación de 250 kilos de arroz para la comunidad haitiana, ayuda que la Asociación de Estudiantes Migrantes Haitianos multiplicó; puesto que con otros apoyos conjuntaron despensas que entregaron a domicilio, generándose una cadena de favores en beneficio de familias, que por las barreras del idioma, cultura o de otra índole, hubieran quedado desamparadas.
Desde que los haitianos llegaron a nuestra ciudad, se acercaron a Alianza Civil solicitando apoyo, el cual se les ha dado por muchas vías, como gestionar atención por parte de autoridades de los tres niveles de gobierno; e incluso en coordinación con la Universidad Autónoma de Baja California y con los Clubes de Leones, se les organizó una Jornada Comunitaria Humanitaria, habiéndolos beneficiado con apoyos que incluyeron asesoría en materia de migración para regular su legal estancia en México, psicológica, nutricional, y directamente se les atendió en su salud bucal y oftalmológica.
Ni podemos ni queremos resolver todos los problemas, pero sí atender lo que está al alcance de nuestras manos (e incluso un poco más allá).
Si solo respondemos a las indicaciones de prevención o a las prioridades del sector salud, habremos hecho lo correcto; pero habríamos olvidado a personas en condición vulnerable.
Todo es cuestión de nuestro lema de estos tiempos: “Sana Distancia Sí. Insana Indiferencia No”.
Alberto Sandoval es comisionado del ITAIPBC y fundador de Alianza Civil, A.C.
Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: www.AlianzaCivil.Org Facebook: Alberto Sandoval. Twitter: @AlSandoval