Recientemente, la XXXIII Legislatura dio importantes pasos en favor del respeto a los derechos humanos en nuestra entidad. Legislaturas pasadas se opusieron a seguir las recomendaciones de diversos comités de expertos de la Organización de Naciones Unidas, exhortos de órganos autónomos de derechos humanos y de agencias como Unicef.
El 20 de mayo del presente año, el H. Congreso del Estado de Baja California aprobó reformar el Código Civil; esencialmente, para prohibir el matrimonio entre niñas, niños y adolescentes, puesto que antes de esta medida, los presidentes municipales podían conceder dispensas de edad por causas graves y justificadas, ello con el consentimiento de su padre o de su madre, la persona que ejerza como tutor o un juez.
Con esta reforma, igual se elimina la figura de la emancipación por matrimonio, con la cual se permitía a las niñas, niños y adolescentes la libre administración de sus bienes al contraer matrimonio, requiriendo de la autorización judicial únicamente para la enajenación, gravamen o hipoteca de bienes inmuebles, así como un tutor para los negocios judiciales.
En México, el matrimonio infantil se prohibió desde el verano pasado con las acciones del Senado de la República, que a partir de un decreto reforman 31 Códigos Civiles, excepto el de Baja California. Con la publicación de ese decreto, se derogaron diversas disposiciones que permitían el matrimonio a partir de 16 años para los hombres, y 14 años para las mujeres, en todo el país; pero no en nuestro Estado.
Desde ese momento, a la fecha diversos intentos se hicieron para defender los derechos de la niñez y considerar el interés superior de la infancia; pero al igual que lo sucedido con otras normas de derechos humanos (como la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres o la Ley de Víctimas de Violaciones a Derechos Humanos y del Delito), en el estado que habitamos, la legislación para proteger los derechos llegó hasta al final… y después de mucha resistencia.
Las y los adolescentes no deben casarse; las personas menores de 18 años no han alcanzado madurez física ni psicológica para asumir decisiones con altos niveles de trascendencia. Además, cuando estos matrimonios se daban, las mujeres quedaban en situaciones de gran desventaja y difícilmente tenían acceso a medios que les permitieran continuar sus estudios o alcanzar algún proyecto de vida satisfactorio, aunado al hecho de ser muy propensas a convertirse en víctimas de violencia de todo tipo.
Otro punto importante en la reforma que se dio, es la eliminación del impedimento para que las personas con: Impotencia incurable para la cópula, sífilis, SIDA o VIH, enfermedades crónicas e incurables; que sean, además, contagiosas o hereditarias, puedan contraer matrimonio. Sin embargo, persiste, entre otros, impedimentos para celebrar el contrato de matrimonio: La embriaguez habitual, la morfinomanía, la eteromanía, el uso indebido y persistente de las demás drogas enervantes y la [sic:] locura. Por lo que la norma continúa violentando de manera sistemática el derecho a la familia de las personas con adicciones. Esperemos que pronto se avance en ese sentido también.
Es muy importante destacar que, aunado a esa reforma que protege a la infancia, se da otra con la reforma del Artículo 44 de la Ley para la Protección y Defensa de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes del Estado de Baja California para fortalecer el contenido del derecho de acceso a una vida libre de violencia y a la integridad personal; para prohibir el uso de cualquier tipo de violencia, en especial el castigo corporal, en todos los ámbitos, como método correctivo o disciplinario a niñas, niños y adolescentes. Porque los niños y las niñas no deben violentarse; deben amarse y respetarse, entenderse como sujetos de derechos, no como objetos de las familias.
Es momento de replantear la crianza en Baja California y aprender a poner los sanos límites a niños, niñas y adolescentes, educando con y en inteligencia emocional, dejando atrás los castigos físicos y otras formas de violencia.
Es tiempo de una nueva conciencia para la crianza de quienes son presente y futuro de la humanidad. Pero ese es un tema que amerita su propio espacio de reflexión.
Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
Correo: melbaadriana@hotmail.com