Diversos estudios e información de la Organización Mundial de la Salud, indican que dos elementos que se integrarán a la denominada nueva normalidad: el distanciamiento social y los cubre bocas.
Un estudio de la Universidad de Harvard presentado en abril de 2020 y realizado por la Escuela de Salud Pública de ese centro académico, sugiere que el distanciamiento social debe aplicarse hasta 2022.
Explican: “Incluso cuando un periodo de distanciamiento social de entre 8 y 12 semanas puede resultar exitoso para ‘aplanar la curva’, manteniendo la tasa de infecciones baja para que los hospitales no se vean saturados, mucha gente quedará susceptible al contagio de Covid19. Ante la ausencia de otras intervenciones, podría darse un resurgimiento de Covid19 entre estos grupos susceptibles, por lo que serán necesarios más periodos intermitentes de distanciamiento social, hasta un número suficiente de la población desarrolle inmunidad al virus, ya sea por haber sido infectados o porque se ha descubierto una vacuna”.
En México llevamos nueve semanas de distanciamiento social, por lo menos ese es el tiempo que ha transcurrido desde que el Gobierno de México determinó que a partir del 20 de marzo iniciaba la cuarentena y la Jornada Nacional de Sana Distancia. Justo a la doceava semana, que se cumplirá la primera de junio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha sugerido levantar la sana distancia a partir del 1 de junio en el país, aunque desde hace dos semanas ya varios sectores productivos en la industria mexicana retomaron actividades con la venia de las autoridades sanitarias.
López Obrador advirtió que no entraría en una discusión con gobernadores o alcaldes que decidieran ampliar el distanciamiento social en sus regiones, considerando las particularidades que viven en torno al contagio de COVID-19.
También, a pesar del discurso del mandatario y de su alfil en materia de salud, el subsecretario Hugo López-Gatell, en el país ni se ha “aplanado la curva”, ni se ha domado a la pandemia. De hecho, México está lejos de salir del semáforo Rojo en que se encuentra por el nivel de contagios, pese a que casi no se practican pruebas para la detección del virus.
Al jueves 21 de mayo, en el país ya se contabilizaban 56 mil 594 contagios y 6 mil 090 muertes por coronavirus. Los números son oficiales, aunque se estima que en ambos casos, esas cifras se superan en la realidad, tanto por aquellos que aun contagiados son asintomáticos, como por quienes no se practican la prueba o son catalogados como neumonía atípica en su enfermedad, e incluso en su fallecimiento.
Se supone que el levantamiento de la Jornada Nacional de Sana Distancia en México a partir del 1 de junio será gradual. Primero, aquellos municipios donde no se registraron contagios, aunque no se hayan realizado pruebas de detección en los mismos. Después, aquellos cuya incidencia en contagios vaya a la baja de manera sistemática.
En Baja California, el Gobierno del Estado ya ha anunciado, a través del secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, que el 1 de junio no será el día que inicie la nueva normalidad en la región. Han reconocido que BC está en semáforo Rojo, en un pico de contagios que está afectando a cientos de personas cada día al obtener sus resultados positivos. Por eso, la Jornada de Sana Distancia tendrá un periodo mayor en la entidad.
Paradójicamente, hace una semana el mismo gobierno, de la mano del Federal y con la intervención de Estados Unidos a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Embajada de Estados Unidos en México, determinó la apertura de un sector de la industria maquiladora, confinando a los trabajadores a un espacio cerrado y aglomerado, para al final del día regresar a sus hogares con sus familias.
Ciertamente se solicitó a las empresas cumplir con ciertos requisitos para la reactivación, como disponer de puestos para desinfectar en los accesos de los trabajadores, tomar la temperatura, en la medida de lo posible guardar la sana distancia al interior de la empresa y utilizar elementos de protección y autoprotección como cubre bocas, lentes, guantes, entre otros.
Efectivamente, a pesar que la sugerencia del Gobierno de México es que las personas no utilicen un cubre bocas a menos que estén contagiados, a las empresas se les solicita que la totalidad de los trabajadores lo utilicen, además de lentes, precisamente para evitar contagios y controlar la dispersión del virus.
Aunque desde la administración federal se nieguen a aceptar que el cubre bocas sí ayuda, lo están recomendando y exigiendo a las empresas para poder abrir operaciones de nueva cuenta. Están como Donald Trump, Presidente de Estados Unidos que en una visita a una planta de Ford que por estos días fabrica ventiladores, se quitó el cubre bocas para el recorrido y, cuando le preguntaron por qué, declaró que no le daría el placer a la prensa de verlo o tomarle una foto con el cubre bocas puesto.
El regreso a la normalidad tomará más tiempo en Baja California, y lo ideal para disminuir ese tiempo para la reapertura, es que las familias permanecieran en casa, aunque eso no es muy seguido por estos días que las ciudades bajacalifornianas lucen otra vez congestionadas de tráfico.
Y pues ya, utilizar el cubre bocas y mantener la sana distancia serán los elementos de la nueva forma de desarrollo de la vida en el mundo. México no será la excepción.
Cuídese, pues.