A partir que el Hospital General de Tijuana se convirtió en un espacio reservado para la recepción de pacientes contagiados de COVID-19, el resto de los enfermos, accidentados o heridos en actos de violencia, fue trasladado a otros hospitales para su atención. Particularmente con los baleados, en el Hospital General ya tenían harta experiencia, pues ahí son remitidos de manera regular los sobrevivientes de ataques armados, balaceras, emboscadas o vendettas. Por estos días los lesionados de actos violentos son enviados mayormente al Issstecali, desde donde los médicos han comenzado a comunicarse al General para que les apoyen en el tratamiento de los heridos de bala o arma blanca, porque en ese hospital no tienen la experiencia para hacerlo. A la crisis que se vive en el Hospital General de Tijuana, donde no se dan abasto para atender a pacientes de coronavirus porque no hay médicos suficientes para ello, se suma la del Issstecali, donde ya no pueden con tanto baleado. Porque vaya, la inseguridad no ha disminuido.
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