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martes, octubre 15, 2024
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El coronavirus, la oportunidad para recomponer el verdadero núcleo familiar

La presencia del coronavirus y el peligro que con él estamos viviendo, nos está dando la oportunidad de volver a los tiempos donde las familias pasaban momentos muy importantes en la vida de todo ser humano, como lo son el compartir los alimentos y el acercamiento espiritual, que incrementan los sentimientos afectivos entre los integrantes.

Antes de que esto sucediera, tal vez por sus horarios laborales, los integrantes de esta pequeña familia éramos verdaderos extraños entre sí. Nos veíamos solamente por la noche solo para discutir baladíes temas, que en nada abonaban a la convivencia y armonía de familia.

Este mortal virus ha venido a darnos una nueva oportunidad de recomponer el verdadero núcleo social y familiar, encausándonos en el camino correcto; además de recordarnos que, en nuestra existencia como seres humanos, lo más importante es la vida y la libertad, que cuando estas se encuentran en peligro de perderse, nos hace recapacitar en nuestras acciones. En este caso, tal vez a un alto precio (por las vidas que se están perdiendo), pero solamente los castigos más fuertes son los que dejan enseñanzas duraderas.

Lo más preocupante es la otra cara de la moneda. Me refiero a las personas que perciben muy bajos ingresos y que, por lo mismo, viven una situación limitante y permanente, ocasionando con ello que después de ser cerradas sus fuentes de empleo, aun a sabiendas del peligro que esta acción representa, se ven en la necesidad de salir a la calle para buscar llevar alimentos a su familia, aunque pongan en peligro su vida.

Ante esta situación -y con la finalidad de lograr superarla exitosamente- solo nos queda quedarnos en casa; pero sin tomar este confinamiento como un castigo, sino como una oportunidad de conservar la vida que Dios nos ha brindado para volver al camino correcto, dándonos la oportunidad de afianzar los lazos afectivos.

Dicen que Dios no castiga, solo corrige. Y a lo mejor eso es lo que está haciendo con nosotros; porque sin ser nuestra intención, hemos dejado de seguir sus enseñanzas, alejándonos de Él. Recordándolo solamente cuando estamos en peligro…

¡Cuidémonos todos, pero tengamos fe!

 

Atentamente,

Alfredo Flores Zamora

Correo: ocretle54@hotmail.com

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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