En horas recientes se conoció que tres de los internos del Complejo Penitenciario de Puente Grande, Jalisco, que se hallaban diagnosticados con coronavirus fueron dados de alta clínica tras permanecer aislados durante el periodo recomendado por autoridades sanitarias.
Personal de Vigilancia y Custodia recibió instrucciones de trasladar a las personas privadas de libertad del módulo que actualmente se utiliza para aislamiento de los casos identificados a otros dormitorios, para que continúen internados con los debidos cuidados.
Los reclusos que mostraron recuperación y resultaron negativos a las pruebas de la estrategia Radar más recientes, fueron de los primeros casos identificados en la Comisaría de Prisión Preventiva como asintomáticos.
En la Dirección General de Reinserción Social existe optimismo en que la mayoría de los enfermos se recuperen y se frene la cadena de contagio que hasta el momento arroja como saldo 58 personas relacionadas con el complejo carcelario, hasta la noche del sábado 2 de mayo.
Por otra parte, un notario público que estaba preso bajo la imputación de fraude genérico, y había contraído COVID-19 durante su internamiento, recuperó su libertad durante las últimas horas en fallo dictado por un Juzgado de Control y Oralidad del estado de Jalisco.
El fedatario fue aprehendido el 22 de enero de 2020, cuatro días después de que fue denunciado ante la Fiscalía de haber participado en la escrituración de una compraventa de un inmueble y presuntamente haberse quedado con el dinero del impuesto de transmisión patrimonial en hechos ocurridos en 2017.
En otro asunto, un empresario identificado como Horacio N., protagonista mediático de una fiesta realizada al interior del penal para procesados de Puente Grande, en la que hubo bebidas embriagantes, fue trasladado al Reclusorio Metropolitano, considerado de alta peligrosidad.
El escándalo generado por la fiesta, que las autoridades argumentaron no se registró recientemente, sino en fechas anteriores, posiblemente en festejos navideños, motivó la suspensión del comisario Jairo Márquez y del jefe de custodios del penal durante un mes.
Tras la suspensión del directivo, trascendió que el castigo obedeció a otros hechos en los que un grupo de internos contrató un laboratorio particular para la realización de pruebas para identificar coronavirus. Este caso habría motivado que la Secretaría de Salud Jalisco iniciara con las primeras búsquedas intencionadas del padecimiento en el reclusorio hace varias semanas.