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viernes, octubre 4, 2024
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Siempre ligado al Boxeo

El ex boxeador Raúl “Jíbaro” Pérez forma parte la selecta lista de campeones mundiales nativos de esta ciudad. A sus 52 años de edad se mantiene vigente, entrenando y promoviendo al talento local 

Tijuana es considerada cuna de campeones dentro del deporte de los puños. Alrededor de veinte pugilistas oriundos de esta frontera se han apropiado de diversos cinturones en distintas categorías: Erik “Terrible” Morales, Juan José “Dinamita” Estrada, Manuel “Mantecas” Medina, Antonio “Tony” Margarito, Alejandro “Terra” García, José “Dinamita” Estrada, Víctor Burgos, Luis “Pantera” Nery y Jaime Munguía son solo algunos de ellos; sin dejar de lado al mal denominado “sexo débil”, con figuras como la “Princesa Azteca” Jackie Nava, doble campeona mundial, Brenda “La Bonita” Flores y Kenia Enríquez.

En dicha lista de campeones mundiales, sobresale el nombre Raúl “Jíbaro” Pérez, de los ex campeones tijuanenses, el único que se mantiene ligado al Boxeo como entrenador y promotor con su empresa Jíbaros Boxing Promotions.

Durante 16 años de trayectoria arriba del ring, Pérez cosechó récord de 61-6-3, con 49 nocauts, siendo dos veces campeón mundial Gallo y Súper Gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Debutó como profesional el 29 de marzo de 1984 a los 17 años de edad, ganando por nocaut a José Alvarado, aunque sus primeros pasos arriba del ring los dio a los 9 años.

“Llegué al CREA cuando antes era Casa de la Juventud, a los 9 años, porque mi hermano mayor ahí entrenaba y él fue el primer boxeador profesional que tuvo Rómulo Quirarte. Mi primera pelea amateur la hice a los 10 años y debuté cuando iba a cumplir 18 años”, recordó “Jíbaro” en entrevista con ZETA.

Para el pugilista, contar con Quirarte en su esquina fue parte fundamental en su carrera, “sin él nunca hubiera logrado todo lo que hice tanto como boxeador como en mi vida personal, él me ayudó mucho, aunque me llovían ofertas de irme con otras personas, siempre tuvimos la mentalidad de que él era el indicado”, confesó.

Uno de sus más grandes momentos fue el día que se coronó campeón mundial un 29 de octubre de 1988, venciendo al colombiano Miguel “Happy” Lora por decisión unánime en Las Vegas, para adjudicarse el cinturón Gallo del CMB. Logró defender exitosamente el fajín en siete ocasiones.

“En aquellos años, Lora les había pegado a todos los buenos gallos y yo llegaba flaquito, todo mundo decía que me iban a ganar y que me iban a matar, fuimos al Hilton dentro de la misma función de Julio César Chávez y ganamos dando la gran sorpresa. No me había visualizado, si ves mi récord tenía muchos nocauts, aunque no era muy pegador. Siento que el feeling lo tenía muy bien educado, porque sabía dónde pegar el golpe. No tiraba golpes nomás por tirar, casi no fallaba tanto”, reconoció.

Pese a su juventud y condiciones boxísticas de aquella época, “Jíbaro” decidió colgar los guantes a los 33 años, un 18 de agosto de 2000 en Las Vegas, siendo noqueado en ocho rounds por Héctor Velázquez.

“Me sentía bien físicamente, pero no me gustaba la manera en que la gente de mi alrededor me manejaba. Eran otros tiempos, no como ahora, y la verdad siendo campeón mundial ganaba muy poco. En esos momentos no teníamos los conocimientos para manejar la carrera como ahora, por eso decidí retirarme del Boxeo”.

Pero no duró mucho tiempo alejado del Pugilismo. Su mente no dejaba de pensar en ello y, años después de su retiro, emprendió su labor como entrenador. Desde 2005 se encarga de dirigir el gimnasio de Box dentro de la Unidad Deportiva “Benito Juárez” de la Zona Norte de Tijuana.

“Por el lugar en el que estoy ubicado, es algo especial porque trabajo mucho para que sobresalgan los niños, lo importante es que los estamos reintegrando a la sociedad, porque muchos de ellos están desorientados, incluso con algunos vicios. Trabajo con unos 35 niños y jóvenes, entre mujeres y hombres desde los 12 hasta los 22 años. Tengo chamaquitos que han aguantado el proceso desde chavitos hasta que ya debutan”, compartió Raúl, quien mantiene su sencillez y humildad, que lo han acercado a la niñez y juventud.

En su faceta de promotor, ha realizado funciones para desarrollar al talento forjado en Jíbaros Boxing Promotions, empresa que encabeza desde 2016.

“Todo comenzó porque muchos de los chamaquitos que tenía en mi gimnasio querían debutar y yo no tenía boxeadores profesionales, tocaba puertas y no tenía la oportunidad como quería. Alguien me dijo que por qué no hacía mi empresa de Box y decidí iniciar mi carrera como promotor”, labor por la que ha recibido diferentes reconocimientos, como Miembro del Salón de la Fama del Boxeo de Montebello, California y, por supuesto, del Salón de los Inmortales tijuanense.

“Son cosas que te no te esperas y te motivan, es algo muy bonito, emociona saber que sigues haciendo cosas buenas para que te consideren, pero me quedé con ganas de poder dar a mi gente una pelea de despedida en el Auditorio Municipal. Ahora ya no puedo porque tuve cáncer y me quitaron un riñón, pero si pudiera echar el tiempo atrás, me gustaría para haberme ido a gusto y satisfecho, para entregarle algo a toda esa afición y por supuesto a mi familia”, finalizó.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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