De Trez en Trez
Uno.- Al parecer, el Presidente Andrés Manuel López Obrador no se ha dado cuenta (o no quiere aceptar) que buena parte de los planes que tenía para su sexenio se han esfumado; ahora debe -urgentemente- replantear las prioridades para lo que resta de su administración, sin aferrarse a echar a andar sus obras insignias, aunque le ocasione pérdidas a su haber político personal y del grupo que representa.
En efecto, situaciones y circunstancias internas y externas, deberían obligar al mandatario a recomponer sus estrategias y planes originales, incluyendo también cambios en su gabinete; de lo contrario, todos los gobernados pasaremos por tiempos aún peores de los que estamos padeciendo ahora.
A las políticas erróneas, amañadas y corruptas (siempre medidas en millones de pesos), heredadas de gobiernos anteriores, se suman las acciones -o inacciones- del actual Gobierno Federal en asuntos harto importantes; y se agregan ahora las consecuencias económicas y sociales ocasionadas por la pandemia del coronavirus.
Doz.- Así, la corrupción -la que dice Andrés Manuel que ya no existe- continúa haciéndose presente en algunos niveles de gobierno: la violencia y la inseguridad permanecen, los cárteles del narcotráfico siguen actuando en terreno propio (como si nada pasara), llenando espacios donde hay ausencia del Estado; todavía están ahí los funcionarios que no funcionan, las improvisaciones y ocurrencias características de la 4T también; lo mismo la tibieza y flexibilidad para la aplicación de la ley, en algunos casos; o para impartir justicia, selectiva en otros.
La lista de las consecuencias de esta pandemia por el coronavirus es amplia y comprende desde las políticas, económicas y sociales: polarización entre grupos políticos y gobernados, pérdida de cientos de miles de empleos, aumento de precios, crisis en educación, salud, turismo, industrias de diversas índoles, más pobreza, más delincuencia, crisis en el propio aparato de gobierno… y muchas más, que sería largo enumerar y que ocasionarán una recesión económica de la que tomará años salir. Así lo indican varios organismos económicos y expertos de la materia.
Súmele usted la caída -la mayor históricamente- en los precios internacionales del petróleo y la situación financiera más que comprometida de Pemex.
Trez.- Aun así, el Presidente López Obrador sigue casado con la idea de continuar con sus planes; entre ellos, los trabajos del aeropuerto de Santa Lucía (92 mil millones de pesos) y la Refinería de Dos Bocas (entre 10 mil y 12 mil millones de dólares), sus grandes obras anunciadas desde los tiempos de su campaña política y que ahora parecerían, por lo menos, susceptibles de ser estudiados de nueva cuenta (y, en su caso, aplazarlos o de plano cancelarlos). Sin embargo, AMLO sigue informando cada semana del avance en su construcción, lo que indica que siguen de frente.
La política de “asistencia social” en la que se regalan a diestra y siniestra recursos económicos también continúa; por el contrario, no existe un gran acuerdo nacional para sortear la emergencia y poco o nulo apoyo a empresas a fin de hacer frente a los retos que plantea la grave situación por la que atravesamos.
Necesarios también son, mínimo, un par de cambios en su gabinete, los que están en calidad de “floreros” deben salir para dejar su lugar a otros con experiencia y más conocimientos. De no realizarse, nos irá peor en esta fase tres de la pandemia y en los meses, tal vez años, por venir.
P.D.- Los cárteles del narcotráfico se dan el lujo de repartir despensas con sus “logos” y sus nombres entre la población, lo que evidentemente es un reto a la autoridad. Ante esto, AMLO solo dice: “Bájenle… bájenle.”
P.D.2.- Las emergencias y las tragedias sacan los mejor de nosotros como seres humanos: empatía, generosidad, altruismo, colaboración, reconocimiento. Pero también, en algunos casos sale lo malo: la avaricia, la crueldad, la insensibilidad, la ruindad y la ignorancia.
Adendum.- Todos podemos acatar las medidas preventivas. Si usted puede, quédese en casa; si debe salir por necesidad, hágalo con mucho cuidado y lo menos posible.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com
