Por lo menos 42 miembros de la plantilla del Instituto Mexicano del Seguro Social en Cabo San Lucas están infectados con el novel coronavirus, y un anestesiólogo de la Secretaría de Salud en San José del Cabo falleció. Poco más de 20 personas por cada 100 mil habitantes se contagia en BC, con una media nacional de 4.2
Baja California Sur se encuentra en el primer lugar en el índice de contagios por coronavirus (COVID-19), dos puntos por encima de Ciudad de México. En BCS poco más de 20 de cada 100 mil habitantes se enferma por el virus, con una media nacional de 4.225.
Al cierre de esta edición, Sudcalifornia tiene poco más de 154 infectados en total, con siete defunciones, 43 sospechosos y 12 recuperados.
Pese a ser uno de los estados con menos habitantes, la rapidez con que se propaga el coronavirus es preocupante, por lo menos 42 miembros de la plantilla del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Cabo San Lucas ya están infectados, a lo que se suma la defunción de un anestesiólogo de la Secretaría de Salud en San José del Cabo.
“Se solicitó al Laboratorio Central de Epidemiología (LCE) agilizar con carácter de urgente los resultados de los contactos, recibiendo respuesta el 2 de abril del presente, notificando el brote localizado en el Hospital de Cabo San Lucas. El Seguro Social informa que en el brote se encuentran diagnosticados un total de 42 trabajadores, que incluyen personal médico, enfermería, administrativo, directivos y otras categorías, los cuales presentan un estado clínico estable”, expresó la institución.
El IMSS escondió la noticia una semana, pues desde el 2 de abril sabía del brote en la Clínica 26 de Cabo San Lucas, pero lo dio a conocer hasta el día 8, periodo en que ciudadanos pudieron haber tenido contactos con el personal y no sabían que estaban contaminados.
Desde finales de marzo, ZETA hizo pública la denuncia de trabajadores del área de enfermería, al no contar con equipos de protección, algunos de ellos tuvieron que comprar lo que encontraron, en tanto que otros se cubrían con bolsas de plástico al revisar a sospechosos por COVID-19.
“Mi familia no está en Los Cabos, desde que supimos la desgracia avisamos a nuestras familias que no íbamos a regresar en no sé cuánto tiempo, de verdad la gente que se quede en casa, no te imaginas el pesar de no ver, abrazar, estar alejados, de extrañarlos, de tener que dormir sola. Algunos duermen en cuarto de servicio de sus casas, otros aquí mismo, temen enfermar a sus familias, a lo mejor ya los infectamos y no saben, por Dios, qué angustia”, lamentó entre llanto una enfermera de la Clínica 26 de Cabo San Lucas.
En una reunión con el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social Sección XXXI del Estado, se les informó que algunos de sus compañeros eran sospechosos de COVID-19, situación que los impacientó cuando la prueba dio positivo.
Miembros del sindicato se manifestaron en las instalaciones de la delegación en La Paz, donde exigieron de urgencia equipo para el personal, pues no era posible que los médicos estuvieran cayendo en manos del virus, ya que “sin médicos, ¿quién va a curar a los enfermos?”, fue el clamor.
Rápidamente instalaron un filtro de descontaminación, improvisado, pero útil, ya que no sólo personal médico estaba enfermando, sino personal administrativo; el simple contacto cotidiano fue suficiente para esparcir el virus, que en cuestión de días pasó de 2 a 42 infectados.
El registro de la Secretaría de Salud Federal es que los dos primeros pacientes de la clínica del IMSS empleados, de 47 y 51 años, iniciaron con síntomas de COVID-19 entre el 28 y 30 de marzo, después de recibir a un paciente que desde el día 21 comenzó a sentirse mal.
Los Cabos es el municipio que concentra más del 70% de los casos, La Paz con poco más de 24% y Mulegé con cifra mínima.
CRISIS EN SECTOR SALUD
Si bien Luis Aguija, delegado del IMSS en la entidad, hizo énfasis en el riesgo que corre el personal médico, en ningún momento mencionó que ocultaron la información, hasta que el propio personal de la Clínica 26 filtró fotografías a los medios de comunicación de la situación y que, dentro de las cifras que había por COVID-19 en Los Cabos, gran parte eran trabajadores de la salud. Es decir, temieron más a las críticas que al riesgo que significaba.
“Tenemos registrado un brote en el hospital 26 de Cabo San Lucas, que tiene 519 trabajadores, y como ustedes se enteraron, el personal de salud es el más expuesto a un contagio de ese tipo, estadísticamente se considera que el total de infectados a nivel mundial, el 14% es personal de salud. En el hospital tenemos un mecanismo de vigilancia epidemiológica en todas las unidades médicas, el cual nos permite identificar los dos primeros casos y detonamos las acciones de contención del virus”, afirmaría el delegado regional del IMSS.
Claro está que, no pudieron manejar la situación, 42 enfermos que han informado, pero información extraoficial sugiere más de 50.
Miembros del sindicato de salud instalaron un filtro improvisado que el propio delegado se adjudicó, cuando realmente ellos actuaron ante la inoperancia de la Delegación Regional del IMSS para evitar que el personal ingrese al hospital o salga portando el virus en suelas de zapato, ropa o equipo, además de que se revisan por si cuentan con los síntomas.
“Se establece un filtro sanitario por la identificación de pacientes enfermos o con algún síntoma, así empezamos a trabajar en hospital con un equipo multidisciplinario, que incluye dos médicos epidemiólogos y tres médicos más, se trabaja con toda la parte de la sanitización y se reforzó toda la capacitación al personal. Ahorita el problema lo tenemos limitado a 42 casos positivos, estamos trabajando desde el viernes pasado ya con filtros”, indicó Aguja.
Tratando de justificar la infección entre el personal de la Clínica 26 del IMSS, dijo que los trabajadores también se pueden infectar en las calles, por lo cual la vigilancia se hará durante los 14 días siguientes al último paciente registrado, periodo de incubación del virus.
Sin embargo, en el Instituto no se ha verificado si existe un paciente asintomático que esté propagando el coronavirus entre el personal y fuera de las instalaciones médicas.
“A partir de este caso aplicamos los filtros sanitarios en todas las unidades médicas, hay que tomar en cuenta que los médicos y el personal no se pueden nada más infectar en las unidades médicas, también puede ocurrir en las calles, en cualquier unidad médica, hospital particular, que pudiera exponerse a este tipo de patologías. Seguimos con la vigilancia activa hasta que se encuentre todavía el brote activo, continuaremos en estos 14 días de periodo incubación desde el último caso que se ha presentado, con el reforzamiento de todas las medidas”, refirió el funcionario.
La Clínica 26 del IMSS Cabo San Lucas ha sido establecida como un centro de atención COVID-19, el detalle -según la denuncia de los trabajadores- es que no hay personal, muchos han optado por pedir licencia y si se les niega, simplemente no regresan ante la falta de equipamiento.
El IMSS sigue actuando retardado, todos los contactos de los casos positivos deben estar resguardados hasta que se manifieste el virus o que resulten positivos o negativos, contrario a ello, “antes de tener el resultado de la prueba, inmediatamente una vez que son valorados, que cumplen con la definición operacional para COVID-19, inmediatamente de acuerdo a su condición clínica, son enviados a su domicilio, confinados en aislamiento domiciliario”, expresó Luis Aguja.
En Mulegé, miembros de la unidad médica de la Secretaría de Salud trabajan bajo protesta, al denunciar falta de equipo para afrontar la emergencia sanitaria, que apenas inicia en aquel municipio, calificando “los insumos que nos han estado dando, de muy baja calidad, tenemos lo que son cubre bocas, estos que traemos nosotros los conseguimos porque son más efectivos que los que nos estaban proporcionando, igual mi equipo de trabajo, a enfermería, a los pasantes de medicina, les hemos estado proporcionando por nuestra cuenta equipo de protección, goggles y caretas, estamos trabajando sin equipo de protección”, declararía el doctor Chávez, quien dirige dicha unidad médica.
PERSONAL MÉDICO AFECTADO
Hombre de buen corazón, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo, compañero, amigo, hijo, esposo y padre, entregado a sus pacientes, así era Omark Ernesto Kadota Payán, anestesiólogo del Hospital General “Raúl Carrillo Silva” de San José del Cabo. Murió el domingo 12 de abril a los 40 años en la Clínica 1 del IMSS en La Paz, tras haber sido trasladado de la Clínica 26 de Cabo San Lucas, de la cual era derechohabiente.
“Fallece un buen amigo y compañero de trabajo por COVID-19, una persona que dedicó años al cuidado de las personas. Trabajé con él en quirófano, extremaba precauciones en cada procedimiento con sus pacientes, brindando siempre la mejor atención. Estricto en sus procedimientos, siempre estaba al día, actualizándose en sus conocimientos. Un buen compañero de trabajo, un gran médico, padre, esposo, hijo y amigo. Una persona joven con un buen corazón, con toda una vida por delante”, expuso en redes sociales Cristina González, compañera del doctor Kadota.
De las cinco defunciones en total en BCS, el anestesiólogo adjunto a la Secretaría de Salud es prueba de que personal del sector médico es el más expuesto. Y como expresaría
Víctor George Flores, secretario de Salud, “las personas se van a enfermar y se van a ir a sus casas”, pero los médicos también están en riesgo de caer enfermos y no quieren regresar a sus hogares, sino seguir ayudando.
“En la Secretaría de Salud hemos retirado 167 personas: 35 médicos, 52 enfermeras, 14 paramédicos, 66 administrativos que están resguardados en sus domicilios porque representaban una vulnerabilidad, pero también hay trabajadores que los hemos reubicado en áreas que puede que no sean de riesgo”, dijo.
Inmediatamente se ha dispersado personal capacitado para que apoye a los médicos de la entidad y los capacite sobre los cuidados correctos de atención a un paciente por coronavirus. La intención es que no haya más médicos enfermos, de otra manera colapsaría el sector sin mano de obra calificada.
De esta manera, contar con médicos capacitados en consultorios particulares disminuye el riesgo de contagio y mayor atención.
“El total de médicos particulares que están registrados ante la Coepris, que son 971, hemos dado una cobertura del 74% capacitándolos en lo que es COVID-19, así como en manejar la sanitización de cada uno de sus consultorios, recomendaciones hacia la población; en caso de que se tuviera la sospecha de un COVID-19, probable sospechoso, que los orienten”, indicó Blanca Pulido Medrano, comisionada estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
Adicionalmente, se dio la instrucción de que la bata que utilizan en sus consultorios sea específicamente para el uso debido y eviten portarla en otros lugares, además de la prohibición de corbatas, el uso de teléfonos celulares dentro de las instalaciones hospitalarias y mantener la sana distancia entre cada uno del personal de salud.
MIEDO BAJO LA BATA
Cada vez son más los ciudadanos que deciden abandonar la cuarentena y salir a las calles, sostener reuniones y convivir con otras personas sin tomar cuidados de higiene.
El escepticismo es el miedo del personal médico, ya que buena parte de la población no cree que le coronavirus sea real y se niegan a que BCS sea azotada por una pandemia. “Esperemos que todos salgamos con bien de esta contingencia y que los ciudadanos comprendan la importancia de quedarse en casa, ya que será lamentable cuando llegue el día que tengamos que elegir sobre quién es prioridad por ser más productivo para la población”, expresó la trabajadora de la salud Cristina González.
“Para aquellos que siguen sin creer que es real y para todos los que nos resistimos a créelo, ahora es una realidad en nuestra ciudad, en San José del Cabo. Por favor no salgan de casa, no continúen haciendo reuniones en casa”, reiteró.
La incertidumbre sigue creciendo, pues las personas siguen desobedeciendo, se redujo el número de personas en las calles, y, a quince días de encierro, muchos han optado por salir a las calles.
Aún se ven fotos lamentables, con personas departiendo en playas, disfrutando del sol o en reuniones.
“Mis amigos y mis compañeros de trabajo se están enfermando por COVID-19, tal vez no falte mucho para que yo también esté enferma. No sabemos en qué momento nos vamos a contagiar. Al hablar con alguien, al tocar cualquier superficie, al atender a pacientes o con el simple hecho de caminar, ya que es muy contagioso”.
La realidad es que, aunque haya equipo, no será suficiente, ya que hay personal que no atiende directamente a los enfermos de coronavirus, pero sí otras demandas del hospital y requieren de protección, “por favor las personas que puedan o tengan conocidos que nos puedan ayudar a proveernos de equipo para protegernos, como cubre bocas especiales, goggles, guantes, caretas, trajes, etcétera, se los agradeceremos mucho de parte de todo el Sector Salud, todos los enfermeros y médicos, químicos, personal de intendencia, de admisión, de mantenimiento, trabajadoras sociales, de Rayos X y ultrasonido”, cerró la trabajadora.
LAS DEFUNCIONES POR COVID-19
Al cierre de esta edición, el Consejo de Seguridad en Salud había confirmado cinco defunciones, todos padecían comorbilidades y al estar expuestos al virus, su situación se complicó.
El primer fallecimiento se registró en La Paz el 29 de marzo, y el último el 13 de abril en Los Cabos. Sin embargo, tanto IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud del Estado no concuerdan con la captura de datos que se hizo por parte de la Secretaría de Salud federal.
Los datos de la instancia a nivel federal entregados a ZETA refieren:
Paciente | Fecha de deceso | Unidad Médica | Comorbilidad | Municipio | Estado natal |
Femenina, 27 años | 29 de marzo | IMSS | Neumonía
(por el virus) |
La Paz | BCS |
Masculino, 60 años | 31 de marzo | SSA
(Error) |
No aplica
(Error) |
La Paz | BCS |
Masculino, 74 años | 4 de abril | SSA | Diabetes, EPOC | La Paz | Nayarit |
Masculino, 65 años |
11 de abril |
SSA |
Neumonía, diabetes, asma, hipertensión |
Los Cabos |
Aguascalientes |
Masculino, 40 años | 12 de abril | SSA
(Error) |
Diabetes, otra | Los Cabos | Sinaloa |
Hay errores en los registros, por ejemplo, la joven de 27 años que pereció en el IMSS de Baja California Sur padecía obesidad Grado III, lo cual contribuyó a su deceso.
En el caso del masculino de 60 años, el fallecimiento fue en el ISSSTE, y aunque el registro de comorbilidad fue de neumonía, se habla de otros padecimientos no aclarados ni entregados por el sistema nacional de información. Mientras que el paciente de 40 años fue un traslado de Cabo San Lucas y murió en el IMSS La Paz.
Precisamente la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) informó sobre el manejo que se debe dar a quienes mueren por el virus, “el manual de procedimientos de lo que es manejo y destino final de cadáveres COVID-19 es algo muy importante, ya que se estructuró con base al riesgo. El total de las funerarias fueron capacitadas con referente a este manual”, dio a conocer Blanca Pulido Medrano, de la Coepris.
En el manejo de difuntos por coronavirus, especificó que deben ser trasladados en bolsas especiales, pues aún se investiga si el virus continúa activo posterior al deceso y es necesario tomar la precaución.
“Estamos revisando que cada una de las instituciones cuente con las bolsas especiales para el manejo de estos cadáveres, ya las instituciones cuentan con este insumo, así como las funerarias se hicieron de estas bolsas para el manejo de cadáveres COVID-19”, agregó la funcionaria estatal.
Con relación a si se puede o no velar a los fallecidos, la disposición en coronavirus debe ser inmediata su sepultura, en muertes por otros padecimientos quedan prohibidas las caravanas, ya que se busca que las familias no salgan de casa, aunado a la reducción de horas de velación y límite de personas.
“Está prohibido la velación de este tipo de pacientes, se envió una circular en la que quedan prohibidos los velatorios en domicilios. Importante aclarar: no se está prohibiendo la velación de personas que hayan fallecido por otro padecimiento, lo que no queremos es que haya afluencia de personas en los velorios y sugerir a las personas que lo respeten”, concluyó la Coepris.
Mulegé se cierra ante pandemia
Hasta el domingo 12 de abril, Mulegé no presentaba casos de coronavirus (COVID-19) en Baja California Sur, sin embargo, la autoridad confirmó el primer caso positivo: un teniente de la Estación Aérea Militar que presentó síntomas como tos seca, escurrimiento nasal y dificultad para respirar.
Así quedó asentado en el documento titulado Situación de Casos de Personal Militar y Derechohabientes del Gobierno de México, en el cual se enlistan 223 elementos de las Fuerzas Armadas y derechohabientes de hospitales militares. Ahí aparece Crisanti del Carmen Acevedo Marrufo, destacamentado en Guerrero Negro, con el registro número 66.
Un caso fue suficiente para que Felipe Prado Bautista, alcalde de Mulegé, convirtiera su municipio en el primero en cerrar sus fronteras para el ingreso de visitantes en todo BCS, permitiendo únicamente el acceso de víveres, personal esencial e insumos médicos.
“De acuerdo al Artículo 11 de la Constitución Mexicana, el H. XVI Ayuntamiento de Mulegé informa a partir de hoy y hasta nuevo aviso, el cierre de sus fronteras de norte a sur de nuestro municipio, como medida de seguridad del plan de contingencia municipal COVID-19”, extendiendo a la población el llamado a mantenerse en sus viviendas.
El Ayuntamiento aclaró a aquellas personas con interés de visitar el destino turístico que todas las playas y sitios de campamento están cerrados.
En el caso de los locales, no hay restricción para salir del territorio mulegino, pero su reingreso habrá de endurecerse.
Al caso del militar contagiado, se suman once sospechosos que presentaron síntomas de coronavirus, cuyas muestras fueron analizadas y se descartó algún caso positivo.
El alcalde Prado Bautista refirió que, al enterarse del primer caso positivo de coronavirus en el municipio, instruyó seguir lo establecido en el decreto presidencial publicado el 31 de marzo. “Reforcemos esa responsabilidad que ya tenemos, esos cuidados que ha mantenido el ciudadano del municipio Mulegé, y estoy seguro que nos va a ir bien”, confió el funcionario quien, no obstante, fue visto en reuniones concurridas, sin protección alguna y entre aglomeraciones de personas.
Mulegé cuenta con muchas comunidades apartadas, como Bahía Tortugas, donde desde mediados de marzo se ordenó el cierre de sus colindancias, de manera que todo extranjero o turista no era “bienvenido”, aunado a que los comercios no esenciales permanecen cerrados.
“Estamos atendiendo a plenitud el decreto, con las recomendaciones pertinentes a los negocios, pidiéndoles y exhortándolos a que permanezcan cerrados de manera temporal, algunos de manera definitiva, con algunas modalidades en algunos de ellos. Se cerraron las playas del municipio, incluso había visitantes nacionales y del mismo Estado, y a todos se les solicitará se retiren y tomen las medidas pertinentes”, afirmó el presidente municipal.
Además, se están planteando posibles soluciones que mitigarían los estragos de la contingencia al sector económico.
“Después de que pase la contingencia (del COVID-19) se tiene otra mucho más complicada, que es el término económico, pero ya estamos viendo cómo empezar a reactivar un poco cada una las comunidades, con algunas obras, con las pequeñas acciones que podemos hacer como Ayuntamiento y con ello ir rescatando poco a poco lo que podamos y dejamos de ganar; en estas dos semanas les pido su colaboración y comprensión”, exhortó Felipe Prado Bautista, aunque la cuarentena podría extenderse a mayo o junio, dependiendo de la respuesta ciudadana a quedarse en casa.