La Secretaría de Salud acaba de comunicar el fin de la cuarentena de manera paulatina. El regreso a la normalidad deberá ser de la siguiente manera:
1.- Los que le van al América y/o escuchan reggaetón, ya pueden salir sin medidas de seguridad.
2.- Aquellos que escuchan banda, corridos y acostumbran decir “fierro, pariente”, favor de salir en dos días.
3.- Quienes creen lo que ven “La rosa de Guadalupe”, en El Chupacabras y en Herbalife, pero no en el COVID-19, en tres días ya pueden salir.
4.- Los que dicen “vistes” “haiga” o saben qué es la “Tusa”, en cuatro días podrán salir.
5.- Los que restan del América y gritan “ódiame más”, lean el punto 1.
6.- Y quienes no encajen en los puntos anteriores, sigamos con la cuarentena, el mundo nos necesita.
Autor: Un conservador, adversario y fifí.
Las buenas de Pepito
La maestra dice a Pepito:
— A tu edad ya me sabía todos los nombres de los países.
“¡Pues en ese tiempo existían dos o tres solamente, maestra!”.
* * *
La maestra pide a los niños que hagan una oración completa, Pepito levanta la mano y dice:
“Mi hermana está embarazada”.
La profesora exclama:
— ¡Muy bien, Pepito! Y, ¿cuál es el sujeto?
“¡Todavía no se sabe!”.
* * *
La miss plantea una situación a sus alumnos:
— Juanito venía a la escuela, pisó una cáscara de plátano, se cayó y se quebró una pierna. ¿Qué hay que aprender de esto, Pepito?
“¡Que no hay que venir a la escuela!”.
* * *
La maestra reprende a la clase:
— ¿Por qué llegas tarde, Juanito?
“Ay, maestra, es que venía en mi caballo, se echó y no quiso seguir caminando”.
— Y tú, Carlitos, ¿por qué llegaste tarde?
“Ay, maestra, es que mi caballo se echó y no quiso seguir caminando”.
— Pepito, ¿y tú por qué llegas tarde? ¡Tú no tienes caballo!
“Ay, maestra, con tantos caballos echados, ¡no podía pasar!”.
* * *
La madre de Pepito lo manda a comprar unas tortillas. Por el camino se topa con un desfile de modas, vuelve a casa y cuenta a su mamá:
— Acabo de ver un desfile de moda, estaban Miss Colombia, Miss Guatemala y Miss Panamá.
“¿Y mis tortillas, Pepito?”.
— ¡A esa no la vi, mamá!
* * *
Un amigo le dice a Pepito que las personas mayores siempre guardan secretos y, por lo tanto, es muy fácil sacarles dinero, solo simulando que uno sabe algo. Entonces decide hacer la prueba con su padre, se acerca mientras este lee el periódico y le dice al oído:
— Lo sé todo, papá…
“Pepito, toma 100 dólares y no se lo digas a nadie”, responde asustado.
Contento con su maldad, decide probar con su madre:
— Mamá, acabo de enterarme, lo sé todo…
“¡Toma, Pepito! 300 dólares y no se lo digas a nadie, por favor”.
Llaman a la puerta y sale Pepito a abrir, ve al cartero y le dice:
— Lo sé todo…
Con lágrimas en los ojos, el cartero abre los brazos y responde:
“Hijo mío, ¡por fin lo sabes!”.
* * *
En la farmacia:
— Buenas, ¿aquí venden “frecuencia”?
“No, Pepito, ¿qué es eso?”.
— No sé, pero el doctor me dijo que tengo que bañarme con eso.
Autor: Jaimito.
La señal
Stephen Beach es vicario de en la Iglesia St Budeaux en Plymouth, en el suroeste de Inglaterra, y en tiempos de COVID-19, como tantos religiosos en el mundo, optó por dar misa desde el confinamiento de su casa, vía web.
Justo pronunciaba “Dios nuestro Señor, ¿qué nos quieres decir?”, cuando comenzó a tratar de apagar el fuego, pues sin darse cuenta se había acercado demasiado a una vela que tenía encendida y ¡EN ZERIO! se le prendió el suéter que portaba.
El propósito del mensaje era dar ánimo a los residentes de Plymouth mientras enfrentan la pandemia.