En septiembre de 2018, Rodrigo Llantada Ávila, actual presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Mexicali, fue entrevistado por medios locales respecto a la legalización de la marihuana, a lo que respondió que la decisión jurídica podría impulsar el comercio de la localidad.
El comentario se dio en el marco de los amparos ante la justicia federal que abrían el uso del cannabis con fines medicinales, e incluso recreativos, lo cual cada vez resulta un tema menos polémico.
Lo que no dijo Llantada -de formación policial- es que tenía interés en promover el uso de los químicos derivados del cannabis con fines comerciales.
La empresa Cannabidiol International Company, SAPI de CV, fundada en agosto de 2019 en Mexicali, se formalizó ante el Registro Público de la Propiedad y el Comercio (RPPC) de la Secretaría de Economía, y tiene como objetivo “la investigación, desarrollo tecnológico, importación, exportación, comercialización y distribución de cannabidiol y sus derivados, una vez que se cuente con las autorizaciones correspondientes por parte de autoridad competente”.
Entre sus propietarios se encuentran precisamente Llantada Ávila, su amigo y eterno socio Raúl Villarreal Álvarez, Emilia Figueroa Guillén y los hermanos Joanna Galinda, José Guillermo y Jorge Gustavo Báez Figueroa.
Curiosamente, los últimos mencionados aparecen en el RPCC de Baja California, como propietarios de Clínica Integral de Tratamiento contra las Adicciones, SA de CV, entre otros negocios del ramo médico.
No me gustaría incluirme en el conflicto moral y ético sobre las ventajas y bemoles de la legalización de la marihuana, pero tal parece que los empresarios de Mexicali ya lo ven como algo inminente, y en lugar de luchar contra la corriente, esperan la oportunidad para ampliar sus negocios.
El cannabidiol es uno de los químicos preponderantes de la marihuana que se utiliza con fines medicinales como analgésico y para el tratamiento de epilepsias, por mencionar algunas de sus propiedades.
¿Y el subsidio?
No hay plazo que no se cumpla, dice un viejo refrán. Nos encontramos a menos de una semana que venza el primer plazo de la pandemia derivada del coronavirus, la cual ya ha cobrado la vida de poco menos de cien personas en BC, y millonarias pérdidas económicas. Sin embargo, en esa fecha inicia un plazo del que nadie nos ha informado como mexicalenses: el próximo 1 de mayo es el día que inicia normalmente el subsidio para el pago de energía eléctrica, sumamente necesario para vivir en la Capital del Estado, donde las temperaturas llegan a superar los 50 grados Centígrados, por lo que utilizar el aire acondicionado es un acto de vida o muerte.
Foto: Cristian Torres/Comisión Federal de Electricidad
Pues para esa fecha, la Secretaría de Hacienda del Estado ya debió concluir gestiones con el Gobierno de México para que otorgue a Mexicali una tarifa preferencial, pero nadie ha anunciado siquiera si ya comenzaron las gestiones, lo cual preocupa. De no otorgarse este subsidio -que el año pasado rondó en los 420 millones de pesos- podrían generarse altísimos pagos en la tarifa doméstica, que ya de por sí es muy alta.
Habrá que ver si la administración de Jaime Bonilla Valdez da una sorpresa en estos días, porque en el pasado gobierno, para mediados de abril, el subsidio ya estaba más que amarrado.
