Es el costo que tiene la portada dela revista que se produce en Tijuana, y que lleva por nombre Campestre, propiedad de Eugenio Carrasco. Por 179 mil pesos, al político, empresario o actor social que los invierta, se le hace una entrevista que se publica a varias planas, aparece en la portada e incluye la fotografía de la misma en decenas de vallas que para tal efecto mercadológico son contratadas. Eso lo sabe la clase política y gubernamental. Figurar en la portada de Campestre no es sinónimo de reconocimiento editorial o social, sino la compra de una pauta publicitaria política. Muchos no han caído en la oferta de salir en la revista, como el delegado federal Jesús Alejandro Ruíz Uribe, quien dijo no a la propuesta que le hicieron llegar para “engalanar” la publicación. Pero el que es evidentemente sí cayó, fue el gobernador del Estado, Jaime Bonilla Valdez, quien aparece en la portada de este mes, en una fotografía en la cual se hace acompañar del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. El título de la pieza “editorial” es por demás zalamero: “Tenemos líder. Unidos, vamos a superar la crisis”. Ahora sí que entre las prioridades del Ejecutivo estatal en medio de la pandemia, destaca el pagar para salir en portadas de revista con cabezas a modo. Ni hablar…
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