Incómodos en su uso, con pocos aparatos de pago y escasa información para su correcto uso, el sistema de parquímetros que opera desde mediados de 2019 en Tijuana es cada vez menos utilizado por los automovilistas que prefieren pagar otro tipo de estacionamiento que el que el Municipio concesionó a la empresa Copemsa Tijuana, SA de CV. Ante ello, los ingresos por ese servicio han disminuido paulatinamente cada mes, descendiendo en un 60% de julio de 2019 a febrero de 2020, dejando de recaudar casi medio millón de pesos por mes
La demanda es contrastante. Mientras los automovilistas prefieren dejar sus vehículos en estacionamientos privados, los espacios públicos operados con parquímetros de la concesionaria Copemsa Tijuana lucen con escasa ocupación.
Para usuarios y comerciantes de las zonas donde se ubican los 2 mil 497 espacios públicos actualmente operados con el sistema de estacionómetros, la falta de equipamiento para el pago, aunado a la falta de información sobre el sistema, lo tornan complicado y poco atractivo.
La poca demanda de usuarios en este programa se refleja en el paulatino descenso en los ingresos mensuales, cuya captación para el Ayuntamiento ha disminuido en un 60% de julio de 2019 al último corte realizado en febrero de 2020.
“Definitivamente el parquímetro no fue la solución, era mejor antes, cuando el usuario pagaba en aparatos colocados en el mismo sitio en que se estacionaba”, expuso Guillermo Díaz Orozco, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro de Tijuana.
Y conminó al gobierno que encabeza Arturo González Cruz, a “ponerle más atención a este asunto, el cual es un problema que pudiera solucionarse con la colocación de más aparatos”.
El obligar al concesionario a poner un aparato en cada cuadra fue planteado a la actual administración municipal antes de la modificación del contrato, y aunque en las modificaciones del convenio se comprometió al concesionario “contar con personal suficiente y permanente, capacidad técnica y tecnológica…”, en la práctica no ha cumplido.
LOS CAMBIOS
El 14 de enero de 2020, autoridades del XXIII Ayuntamiento, encabezadas por el alcalde Luis Arturo González Cruz, firmaron el convenio modificatorio al contrato de concesión por 15 años que Juan Manuel Gastélum Buenrostro concesionó el 5 de junio a Copemsa Tijuana, SA de CV, propiedad de Mauricio Ramsés Gómez Roquero.
En la actualización del acuerdo, el empresario se comprometió a contar con suficiente capacidad técnica y tecnológica, además de realizar un monitoreo en tiempo real para “prevenir y atender de manera oportuna las fallas en la prestación de servicio concesionado”.
También acordó instalar estacionómetros y equipo complementario concerniente y/o necesario para el pago de la tarifa a no más de 60 metros de distancia de los cajones de estacionamiento en servicio, pero en la mayoría de los casos la ubicación del cajón de estacionamiento y la de la torre de cobro, se localizan a una distancia doble de la estipulada en el convenio.
Reducir el horario de cobro fue otro de los acuerdos del que no se informa en la señalética colocada en las zonas donde opera el servicio de estacionómetro concesionado a Copemsa, donde se anuncia un horario de operación de 9:00 am a 8:00 pm de lunes a sábado.
De acuerdo con la modificación, el cobro de estos parquímetros será válido en un horario de 8:00 am a 6:30 pm de lunes a viernes, y sábados de 9:00 am a 1:00 pm, salvo los domingos y días feriados.
El cobro de la tarifa también se redujo de 12 a 10 pesos la primera hora y se autorizó el tiempo de uso subsecuente al cobro fraccionado de 5 pesos cada media hora, cambio tarifario que sí se actualizó en las cajas de cobro.
La colocación de inmovilizadores exclusivamente a los vehículos que no cuenten con placas de circulación o porten placas extranjeras o de otros estados de la
República Mexicana, cuyos propietarios o poseedores omitan el pago de la tarifa, dañen los estacionómetros, ocupen dos espacios o más, fue otros de los cambios.
Las arañas no serán colocadas en vehículos con placas de Baja California, ya que los cobros de las infracciones que pudieran cometer se cobrarán una vez que se realice la revalidación de la tarjeta de circulación o el canje de placas.
Reducir de 15 a 7 años y medio la aplicación de la penalización por incumplimiento fue otro de los cambios modificatorios, el importe de la pena se mantiene en los mismos términos anteriores, obligando al Municipio al reintegro por el total de la inversión para la instalación, puesta en marcha, mantenimiento, operación, administración y funcionamiento del sistema de estacionómetros y de las inversiones posteriores.
También se redujo a la mitad el periodo de vigencia de la pena convencional, pero se mantuvo por 30 millones de pesos por concepto de daños y perjuicios en caso de que la concesión se revoque o suspenda temporalmente por más de seis meses.
COMERCIANTES LO CONSIDERAN UN FRACASO
“No los están usando, pero sí los están multando”, compartió a ZETA Ricardo López, quien fue infraccionado en febrero al estacionar su vehículo sobre Avenida Miguel F. Martínez, en Zona Centro, en un espacio en el que no había ningún tipo señalamiento de parquímetro.
“Ni la calle estaba pintada, ni había letrero que indicara que debía pagar por estacionarme en esa parte de la vía púbica”, agregó.
Por el retiro del inmovilizador y el pago de la infracción, desembolsó alrededor de 900 pesos, por lo que desde entonces ha optado por no utilizar este sistema de estacionamiento.
No solo los usuarios rechazan el moderno programa de parquímetros que opera desde mediados de 2019; también el sector comercio ha observado una afectación directa hacia los clientes, derivado del poco número de máquinas de pago y su ubicación poco visible.
“Los espacios para estacionarse no concuerdan con el número de aparatos para pagar, hay algunos en los que se tiene que caminar dos cuadras para encontrar el aparato de pago, en la ida y vuelta puede pasar un (oficial de) Tránsito y aplicar una multa, como ya ha sucedido, de acuerdo a las quejas que recibimos los comerciantes”, expuso Guillermo Díaz, presidente de la Asociación de Comerciantes de Zona Centro de Tijuana.
Consideró que “está mal planeado y peor ejecutado el programa de instalación de parquímetros, hay personas de la tercera edad que tienen que caminar una cuadra de ida hacia el sur para poder pagar, siendo que van al norte, en la calle Quinta, por ejemplo, tiene que dar vuelta a la derecha sobre Niños Héroes para poder encontrar un aparato, parece que están escondidos”.
Como usuario de los estacionómetros, dijo haber enfrentado problemas para utilizar el moderno sistema, principalmente porque no opera en óptimas condiciones, como el caso del cajero de cobro ubicado en el Parque Teniente Guerrero, sobre Avenida González Ortega, el cual “muchas veces está descompuesto y se tiene que buscar otro.
Para rematar, Díaz declaró: “Definitivamente, como está funcionando sí se puede considerar un fracaso, pero se puede remediar, para ello se tendría que hacer una fuerte inversión en comprar los aparatos para destinar uno por cada cuadra, que es una inversión cara, pero sí es factible de recuperar; lamentablemente quieren hacer un mínimo de inversión con un máximo de utilidad, afectando al ciudadano”.
DISMINUYEN INGRESOS POR USO DE PARQUÍMETROS
La poca demanda de usuarios se ve reflejada en los ingresos captados por el cobro de los espacios públicos concesionados a la empresa Copemsa Tijuana, del cual el Municipio recibe el 40% del cobro captado, mientras que la empresa obtiene el 60%.
De julio a diciembre de 2019, el Ayuntamiento de Tijuana obtuvo por ese concepto un promedio mensual de un millón de pesos, disminuyendo en forma paulatina en los primeros meses de 2020 a menos de medio millón de pesos.
De acuerdo al concentrado de ingresos de Tesorería Municipal, dependencia a cargo de Víctor Manuel Cerda Romero, en enero a las arcas del Municipio ingresaron 681 mil 80 pesos por este rubro; 489 mil 554 pesos en febrero y, en lo que va de marzo, solo han ingresado 402 mil 625 pesos.
Es en el cobro de las multas donde el XXIII Ayuntamiento de Tijuana no cuenta con un registro preciso, ya que mientras la Dirección de Tránsito engloba las sanciones por uso anómalo de los parquímetros en todas las infracciones aplicadas, el Municipio carece de un desglose coherente en su cobro.
A petición de ZETA se separaron las sanciones de marzo, contabilizando 389 multas a la fecha.
De acuerdo a Tesorería Municipal, por infracciones por mal uso de estacionómetros, en enero recaudó 4 mil 155 pesos, mientras que en febrero su ingreso fue de 3 mil 049 pesos y en marzo lleva 2 mil 239 pesos, lo que significaría que cada infracción se cobra a menos de 8 pesos, si se divide el ingreso entre las 389 infracciones aplicadas.
CAJONES VACÍOS REFLEJAN ÉXITO DEL PROGRAMA: COPEMSA
Mauricio Gómez Roquero, propietario de Copemsa, reconoció que en marzo “ha bajado dramáticamente el uso de los cajones de parquímetro”, atribuyéndolo a las condiciones climáticas, marchas femeninas, días feriados y la actual contingencia derivada del virus COVID-19.
Pese a los números, consideró que, lejos de implicar un fracaso, el programa de parquímetros que opera su empresa ha sido un éxito, lo cual puede medir con la cantidad de espacios vacíos y no ocupados.
“El éxito del programa es que haya cajones disponibles, independientemente de la parte económica, un programa es exitoso cuando hay cajones disponibles y los clientes estén contentos porque saben que pueden llegar y encontrar un cajón de estacionamiento”, sostuvo.
Con relación a la inconformidad de los usuarios por la falta de máquinas de cobro, argumentó que la solución a ese problema será la firma de convenios con comerciantes de las zonas donde se encuentra concesionado el servicio para, a través de una aplicación, cobrar por el uso de los parquímetros a cambio de una comisión.
“Es una sana forma porque hay calles donde solo hay tres o cuatro cajones, no vale la pena poner un parquímetro ahí”, comentó el dueño de Copemsa Tijuana.
Respecto a la no actualización en el cambio de horario en la señalética, esta no se ha hecho porque “apenas nos acaban de avisar del cambio de horario, nos mandaron el escrito apenas, hay que rehacer todos los letreros, en la práctica el horario es el oficial”.
El cambio de horario se estableció en la modificación del contrato que el propio Gómez Roquero firmó en enero de 2020.