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jueves, octubre 3, 2024
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Un día sin la fuerza femenina

Pese a las aterradoras cifras y los horribles sucesos que han detonado en protestas y reclamos por una vida libre de violencia para las mujeres y las niñas en México, hoy muchas personas vislumbramos con esperanza un escenario menos desventajoso para las mujeres en nuestro querido país, en un mediano plazo.

El movimiento nacional #UnDíaSinNosotras nos está brindando la oportunidad de visibilizar la importancia de la fuerza femenina en el mundo, no solo en este país convulsionado por la violencia y embestido por las grandes desigualdades.

El año pasado mataron a diez de nosotras cada día. Algunas fuentes oficiales cuentan que casi mil mujeres fueron víctimas de feminicidio, cifra que me parece que se queda corta: 35 por ciento de las mujeres sufrieron violencia física o sexual por su pareja o un tercero, 38 por ciento de los asesinatos de las mujeres fueron cometidos por sus esposos, novios o parejas masculinas. En nuestro estado se contaron 23 feminicidios; en el Estado de México, 122; y en Veracruz, 157.

No quiero nombrar a una de las víctimas de muertes violentas o de desaparición porque las vidas de todas esas mujeres, de esas adolescentes y de esas niñas importan. Porque sus ausencias duelen, Pero sí quiero decir que son ellas las que, de alguna manera, encabezan este movimiento por la justicia, por la vida, por la igualdad y por todos los derechos para todas las mujeres.

Aun así, no puedo evitar recordar, junto con los casos recientes, las muertes de niñas y adolescentes en situaciones de mucha vulnerabilidad, como el de una niña migrante que fue encontrada muerta en un canal de la capital del Estado, o la de otra niña de tan solo 10 años, que movió y conmocionó a la sociedad tijuanense cuando fue encontrada muerta y con huellas de agresiones sexuales en febrero de hace dos años.

A esta espiral que crece, no obstante algunos retrocesos, se han sumado diversos sectores. Hace unos días, algunos gobiernos se posicionaron a favor de #UnDíaSinNosotras; universidades como la Universidad Autónoma de México y mi respetada casa de estudios, la Universidad Autónoma de Baja California, y algunas cámaras empresariales a nivel nacional también lo han hecho; la Coparmex y la Concanaco, que han estimado un costo de las pérdidas del paro nacional en miles de millones de pesos (evito compartir la cifra porque creo que esto va mucho más allá de la economía); algunos bancos y hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación se suman con ajustes de plazos, términos y horarios de atención.

El debate público está abierto, cada vez más personas hablan de la importancia de la manifestación del descontento a través de actos contundentes, como lo sucedido en Islandia hace más de tres décadas.

Posturas a favor y en contra se vierten en las redes sociales y las pláticas de café. Algunas personas no entienden que, como dice Rita Segato, “el feminismo no puede y no debe construir a los hombres como sus enemigos naturales; el enemigo es el orden patriarcal, que a veces está encarnado por mujeres”. Esta no debe ser vista como una lucha de mujeres contra hombres o viceversa, esperaría que no fuera una “lucha”; me parece que sería mejor que solo se tratara de una transición hacia valorar la energía femenina y darle su justa dimensión en todos los ámbitos de la vida.

Motivada por la columna de Denise Dresser en la que comenta sobre la postura y las actividades que desarrollará los próximos 8 y 9 de marzo, les comparto que me estaré sumando a las acciones que algunas organizaciones de Tijuana ofrecen de manera gratuita para empoderar a las mujeres, iniciando por las de meditación y círculos de paz, e invitaré a mis amigas a reflexionar e imaginar cómo sería la vida de nuestra comunidad sin las aportaciones de grandes mujeres, como las que dirigen la mayoría de las organizaciones altruistas del Estado o las que laboran en el Semanario que hoy me brinda este espacio para socializar ideas y causas, como la defensa de los derechos humanos.

Es tiempo de revertir ese desprecio a lo femenino que se ha impuesto aquí y en casi todo el mundo. Por supuesto que esos días también abrazaré a mi pequeña hija y le recordaré a besos la valía de su vida y de su energía femenina.

 

Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.

Correo: melbaadriana@hotmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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