De acuerdo a sus acciones (entrega de notarías, opacidad en contratos multimillonarios, moches entre sus más cercanos funcionarios, control total de las instituciones federales y municipales para la realización de sus programas) y la satisfacción de sus necesidades, todo parece indicar que el gobernador Jaime Bonilla Valdez anticipa que su mandato será por dos años, tal como fue convocado el periodo de gobierno en las elecciones de 2019 y votado por los bajacalifornianos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación aún no resuelve las controversias interpuestas ante ese cuerpo colegiado, por considerar inconstitucional la reforma del Congreso del Estado de Baja California para ampliar -posterior a la elección- el mandato de dos a cinco años de gobierno. Abogados interesados en el tema justifican que en la SCJN suelen ser holgados con el tiempo que requieren para la elaboración de sentencias, aunque auguran que en el caso que los propios ministros conocen oficialmente como “Ley Bonilla”, acelerarán el proceso para resolver en marzo. El tema es relevante no solo porque marca los ánimos reeleccionistas que hay en Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido en el poder, sino porque justo este año, en septiembre inicia el proceso electoral 2021, en el cual se renovarán 15 gubernaturas, entre estas la de Baja California. El tiempo apremia.
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