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jueves, febrero 15, 2024
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La falta de tolerancia en la pareja

Conzultoría Matrimonial y Familiar

 


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Siempre se ha dicho que cuando se empieza una relación de pareja, muestra cada uno lo mejor de sí. Y quizás eso sea lo que encanta. Claro que no se puede pensar que si muestra el peor lado de uno conquistarían a la pareja, y cuando llega el momento de formalizar esa relación y deciden casarse o vivir juntos, siguen sin dar a conocer su verdadero yo.


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De llegar a descubrir algo negativo en el otro, se piensa -ilusamente- que lo habrá de cambiar ya casado, situación que casi nunca se da, sobre todo si el hombre es borracho, drogadicto o violento; si identifican el comportamiento de esto último, mejor dejarlo antes de que sea tarde.

El pensar que una relación de pareja está exenta de problemas es ser iluso y no vivir la realidad. No podemos olvidar que la pareja viene de hogares distintos, donde las enseñanzas, costumbres, tradiciones, experiencias son diferentes, teniendo que adaptarse para poder llevar una buena relación.

¿Qué sucede? ¿Por qué tantos problemas? ¿En qué momento del camino se desvía el amor? ¿Qué se puede hacer para tener una sana convivencia en el matrimonio o relación, desde el respeto, la admiración mutua y el amor estable, transparente y honesto? ¿Será posible recuperar el amor inicial, pasional, travieso y juguetón?

Las diferencias de carácter afloran porque cada uno tiene su personalidad propia, criterio, forma de evaluar y juzgar las cosas, por lo cual a veces resulta casi imposible convivir sin discrepar y sin discutir. Hay que adaptarse, negociar, y ceder en ocasiones sin verse afectado, pero sobre todo tolerar.

Si uno tiene aspectos que su pareja debe tolerar, ¿por qué no empezar a tolerar los propios?

Sin empatía, esa capacidad de comprensión del otro sería muy difícil de alcanzar. La empatía es ponerse en los zapatos del otro, tratar de saber lo que el otro piensa, quiere, desea o en su momento siente; todo ello se logra teniendo una buena comunicación, que al fin de cuentas significa estar en comunión con el otro. Buscar primero entender al otro, escucharlo y después buscar ser entendido, son claves para una comunicación empática y asertiva. Es hacer esfuerzos por el mutuo entendimiento, es aceptarlo tal y como es, porque entiende que no puede cambiarlo; y antes de juzgarlo, juzgarse a sí mismo y reconocer que no son perfectos.

Si se tiene una buena dosis de sentimiento (amor) por la persona que los llevó a aceptarla en algún momento, entonces pónganle todas las ganas para que siga funcionando. No piense qué puede hacer esa otra persona por uno, sino al revés: qué puede hacer usted por mejorar la relación:

Poner lo mejor de uno, asumir ese compromiso, ser conscientes de que las parejas tienen momentos altos y bajos, y que un momento bajo no implica una ruptura; lo que sí pudiera es generar violencia y estar alerta ante ello, ya que los hechos de violencia no dejan crecer si no se atienden pronto (la intolerancia se vuelve mayor, y por cada pequeñez se encienden, corriendo riesgos innecesarios).

Si luego de haber hecho todos los esfuerzos por mejorar la relación, esta no funciona, se deben retirar tranquilos de ella, sabiendo que no fue un fracaso de ustedes que dieron lo mejor. Y si sucede al revés y funciona, la recompensa va a valer la pena. Van a sentir que cuando de verdad se quiere, se puede. Que no es una utopía sentirse feliz en pareja. Que es posible y verdaderamente valioso cuando se logra.

Lo único que hay que superar es la idea de felicidad permanente y sin problemas de ningún tipo todo el tiempo, sabiendo que también la crianza de los hijos implica muchos desafíos y forma parte de la relación.

Como siempre, agradeciendo a mis dos que tres lectores por sus comentarios y consultas al correo bautista46@hotmail.com.

Nota. Me han llamado varias personas queriendo hacer una cita y me dejan plantado; no sé si por vergüenza, temor o quizás porque no confían en solucionar sus problemas. Si no lo intentan, no lo lograrán. Ya son casi 26 años atendiendo parejas con buenos resultados.

 

El autor reside en Tijuana, B.C.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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