Los revanchismos y venganzas en el Poder Judicial son cosa de todos los días. Recientemente fue oficializado el cambio de adscripción del Juez Segundo de lo Familiar de Tijuana, Gustavo Adolfo Villarespe Muñoz, a la sala que se encuentra en el recién creado municipio de San Quintín. El polémico juez, quien se ha visto involucrado en temas controversiales como favoritismos dudosos en casos familiares y ya ha sido suspendido su cargo, fue víctima -según su dicho-, de la venganza y el abuso de poder del magistrado presidente Salvador Ortiz Morales. Hay que recordar que Villarespe ha presentado quejas formales ante el tribunal contra el actuar de Ortiz Morales, quien asegura, lo ha amenazado y presionado constantemente para cambiar a la secretaria de Acuerdos del Juzgado, Norma Alicia Ramírez Kirarte, a Oficialía de Partes, a lo que se ha negado el juez. En su queja, Villarespe señala presiones de Ortiz Morales para cumplirle un capricho a su compañera, la magistrada Miriam Niebla Arámburo, amiga de Ramírez. Total que el 28 de enero, en el Consejo de la Judicatura acordaron la readscripción del juzgador Jesús Reynoso González, adscrito al Juzgado Mixto de San Quintín, al Primero de Ensenada. La siguiente jugada fue enviar a Gustavo Adolfo a cubrir el espacio generado en los Juzgados de San Quintín, pese a que desde años desempeña sus labores en Tijuana. La versión dentro del Poder, es que claramente se trata de una venganza del magistrado presidente contra Villarespe Muñoz por no aceptar sus peticiones. Así se las juegan en el Poder Judicial.
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