Un burro muere frente a una iglesia. Una semana después, seguía allí y el Padre decidió llamar al jefe de Policía.
“Señor policía, tengo un burro muerto hace una semana frente a la iglesia”.
El policía, gran adversario político del sacerdote, replica:
— Pero, Padre, ¿no es el Señor quien tiene la obligación de cuidar de los muertos?
“Así es, ¡pero también es mi obligación avisar a los parientes!”.
Autor: Anónimo de Morena.
Por amor o por interés
Un amigo pregunta a otro:
— ¿Qué piensas de las mujeres cuando practican el sexo con nosotros? Lo hacen por amor, o por interés.
“La mía lo hace por amor”.
— ¿Cómo estás tan seguro?
“Porque lo que es interés, ¡no pone ninguno!”.
Autor: Desinteresado.
¿Amante o esposa?
¿Cuál es la diferencia entre la amante y la esposa?
30 kilos.
¿Cuál es la diferencia entre el amante y el esposo?
30 minutos.
¿Conoces el castigo para la bigamia?
Tener dos suegras.
¿Cuál es la diferencia entre un terrorista y una suegra?
Con el terrorista se puede negociar.
Autor: Soltero.
Aniversario
Un matrimonio cumplen 25 años de casados y la esposa le pregunta al marido:
— Mi amor, ¿qué me vas a regalar para nuestras bodas de plata?
“Un viaje a China”.
Sorprendida por la magnitud del regalo, ella insiste:
— Pero mi amor, si para los 25 años me regalas eso, ¿qué vas a hacer cuando cumplamos los 50 años?
“Te voy a ir a buscar”.
Autor: Anónimo de Asia.
María
— María, ¡qué felices éramos hace 15 años!
“Pero ¡si no nos conocíamos!”.
— Por eso, María… por eso…
Autora: María enojada.
Adolescentes
Una mujer presume a su amiga:
— Mi hija adolescente me regaló de cumpleaños esta crema para desvanecer arrugas.
“¡Qué bueno! ¿Y qué te regaló el año pasado?”.
— Las arrugas.
* * *
— Papá, ¿me das 500 pesos?
“¡¿QUE?! ¿Que te dé 40? ¿Para qué quieres 30, si con 20 es suficiente? Ten 10 y dale 5 a tu hermano”.
— Okey, ¿cuánto te debo?
* * *
Los adolescentes actuales hacen lo mismo que los de generaciones pasadas: crecen, se van de la casa, se casan y tienen hijos. La única diferencia es que hoy, no siguen ese orden.
* * *
Una adolescente al vendedor:
“Perdón, señor, si este vestido no les gusta a mis padres, ¿puedo devolverlo?”.
Autor: Millennial.
Engaño
— Amor, te he estado engañando.
“¡¡¡¿¿¿Desde cuándo?’’!!!”.
— Seis meses.
“Ja,ja,ja! Te gané, ¡yo a ti desde hace dos años!”.
Autor: Ex, ex, ex…
Hombre sucio
Un tipo muy sucio explica a su amigo:
— Yo solo lavo el coche una vez al año. Lo primero que lavo siempre, es la matrícula.
“¿Y por qué?”.
— Para estar seguro de que es el mío.
Autor: Anónimo del Rapidito.
Verdadero
— Papá, ¿es cierto que dices muchas verdades?
“¿Por qué preguntas eso, Jaimito?”.
— Es que mamá siempre me dice: “¡Ay, cómo te pareces a tu verdadero padre!”.
Autor: Pepito.
Gallego en el banco
Un gallego esperaba su turno en el banco con un amigo, en eso ve que un atracador con pasamontañas y armado entrará. Saca 60 euros del bolsillo y dice a su amigo:
— ¡Toma!
“¿Qué es esto?”.
— ¡Son los 60 euros que te debía!
Autor: Gallego sin deudas.
En el hospital
— ¿Sabes por qué los enanos gallegos duermen en el hospital?
“No, ¿por qué?”.
— Porque es el único lugar donde encuentran camillas.
Autor: Un gallego espigado.
Vacas
Dos vacas están pastando en un hermoso prado de hierba fresca bajo un espléndido sol. La primera arranca un manojo con los dientes, lo mastica satisfecha y exclama “¡Muuu!”. La otra, al oírla grita:
“Qué cosa, ¡me acabas de quitar la palabra de la boca!”.
Autor: Un toro.
Borracho científico
Un marido llega borracho a casa, su mujer lo recibe enojada:
— ¿Se puede saber de dónde vienes?
“Hic, hic… Pues según Darwin… ¡Hic, hic!… ¡Del mono!”.
Autor: Anónimo de la UABC.
Gemelos
Dos hermanos gemelos son tan avaros, terriblemente avaros. A los veinte años, uno de ellos se fue a Estados Unidos. Treinta años más tarde, regresa y abraza a su hermano. El recién llegado lo mira y suelta:
— ¡Hermano mío, es increíble! ¡Cómo te ha crecido la barba, la tienes larguísima!
“¡¿Y qué querías?! Cuando te fuiste, ¡te llevaste la máquina de rasurar!”.
Autor: Un regio.
Soltero empedernido
— Y tú, ¿no tienes pensado casarte nunca?
“¿Para qué?, si tengo dos hermanas que me cuidan, me miman y cumplen todos los caprichos”.
— Sí, ¡pero sus hermanas nunca podrán darte lo que podría darte una mujer!
“¿Y quién dijo que eran mis hermanas?”.
Autor: Hermanitas felices.