El fiscal general del Estado, Guillermo Ruiz Hernández, prácticamente declaró que traía perdido a un testigo protegido de suma importancia para la integración de la carpeta de investigación de los moches en el equipo de Jaime Bonilla Valdez. Y no, no se trata de Rosendo Colorado, quien fue intermediario de la ex secretaria de Bienestar, Cinthya Gissel García Soberanes para “conseguir” dinero para el Voluntariado Gente como Tú, con Bonilla, el cual fue utilizado para el cobro de moches a cambio de la promesa de contratos una vez llegados al Gobierno del Estado. La realidad es que Colorado no está perdido. Activo en sus redes sociales, es quien ciertamente ha proporcionado más elementos a la investigación de actos de corrupción en la administración de Bonilla. El que anda perdido y se había ofrecido como testigo protegido, es el ex oficial mayor, Jesús Núñez Camacho. Después de negar las acusaciones en su contra, de renunciar a la posición gubernamental e intentar pasar desapercibido, solicitó públicamente ser aceptado como testigo protegido. Diría todo lo que sabe de los moches, lo declararía y aportaría pruebas, a cambio que fuese tratado con cierta benevolencia en la investigación propia. Pero el que lo haya dicho públicamente antes de llegar a un acuerdo con el fiscal, provocó varias reacciones. Algunos supusieron que fue estrategia para negociar con empresarios y gobierno, otros que lo hizo para protegerse. Lo que sucedió después, fue que desapareció del ojo público. De hecho “Titi” Ruiz sí tenía intención de llegar a un acuerdo con el ex funcionario, pero después ya no lo encontró. Importante será que en los primeros días de enero se continúe con la investigación y se llegue a un acuerdo con Núñez, pues definitivamente tiene información de primera mano. Según lo revelado en la investigación, era él quien recibía los moches y los repartía. Todo en la oficina que compartía, entre otros, con Amador Rodríguez Lozano. Perdido, perdido tampoco está, pero habrá que encontrarlo… legalmente, claro.