Periodistas documentan la operación de los principales cárteles de las drogas y la extorsión que operan en la capital del país. En el libro Narcos CDMX, los autores contradicen el discurso oficial de que en la gran urbe no operan permanentemente grupos del crimen organizado. El CJNG en alianzas separadas con el Cártel de Tláhuac y la Anti-Unión combate a la Unión de Tepito. El problema del narcotráfico en la ciudad de los palacios es que la droga se queda ahí, generando negocios ilícitos y violencia
Los grupos de la delincuencia organizada nacieron, crecieron y se apoderaron de calles, regiones, bares y de los negocios ilícitos de las prisiones en la Ciudad de México, al amparo de la corrupción, fortaleciéndose de la omisión y colusión de las autoridades, asegura Sandra Romandía, periodista de investigación.
La directora editorial del portal informativo La Silla Rota, coautora del libro Narcos CDMX, el monstruo que nadie quiere ver, investigación que realizó junto con los reporteros Antonio Nieto y David Fuentes, contradice el discurso oficial dominante que desde hace varios sexenios asegura que la capital del país está libre de los llamados cárteles y de agrupaciones criminales permanentes dedicadas al narcotráfico.
“La autoridad niega que en la Ciudad de México existan estas bandas que están todo el tiempo operando, con redes grandes, profundas, con estructura, poder fuego, diversificación de delitos, y sobre todo una cadena de producción, distribución y almacenamiento de drogas”, señala Romandía.
La joven, pero experimentada comunicadora, enfatiza que eso es lo que ha hecho fuerte al narco en la principal urbe del país, pues hasta antes de 2010 estas células se dedicaron de lleno al narcomenudeo. “Distribuían pequeñas dosis de droga para sus grupos”, advierte Sandra.
Hubo hechos que debieron ser una señal suficiente y una alerta para decir “algo está sucediendo en la CDMX y grupos están peleando la distribución que está llegando a través del aeropuerto y la central de abastos, las dos grandes entradas de droga a la macrópolis”. Ese antes y después, dice la periodista, lo marcaron los hallazgos de cabezas y personas descuartizadas alrededor de la terminal aérea en los años 2007 y 2008.
“¿Qué pasó en esos días que fueron los episodios de los descabezados? ¿Cómo movió a la ciudad? ¿Y estos grupos cómo venían de Tepito y cómo se estaban empezando a pelear? Y darse cuenta de que era un mercado muy grande, y por el cual valía la pena descuartizar y descabezar personas, en una ciudad donde antes no pasaba nada”. Las autoridades no hicieron nada prevenir y combatir lo que era evidente iba creciendo, relata Sandra Romandía.
Que el público conozca los antecedentes, el desarrollo y lo que hoy sucede es lo que la editora y sus compañeros Nieto y Fuentes intentan narrar en su libro publicado por editorial Grijalbo. Aquí transcribimos el resto de la entrevista realizada a la valiente autora.
– Sandra ¿Cómo comienzan a darse cuenta en la CDMX de lo que realmente está ocurriendo, si las autoridades siempre lo han negado?
“Como te lo anticipé, esto empezó por el aeropuerto, que vale decir que el aeropuerto es el número 40 en el mundo. Más o menos cuarenta y tantos en cuanto a movimiento, población, flujo, etcétera y hay muchos pasajeros que solo vuelan y punto. Pero hay muchos cargamentos que no solo pasan a Estados Unidos, sino que muchos se estaban empezando a quedar en la ciudad.
“Llega 2010. La Barbie, Édgar Valdez Villarreal, este personaje que surgió de la organización criminal de los Beltrán Leyva, va a Tepito y junta a las familias que históricamente se habían dedicado al narcomenudeo, y les dice, ‘oigan, pónganse truchas’. Los juntó en una vecindad, en una reunión que dura horas, y les dice ‘tienen que hacer un grupo fuerte, con capacidad de fuego, que mande aquí.
“No solo vendan drogas, distribuyan al mayoreo y que el negocio se expanda a otros delitos que a ustedes les deje mayor ganancia, les compartió. ¿Cuál era la ventaja para la Barbie? Que él quería asegurar mercados donde él pudiera distribuir. Lo que no contó él es que unos meses después, a él lo detienen. La Unión de Tepito ya queda fundada y la Unión se hace de sus propias redes de abastecimiento y crece, y por supuesto se queda un poco con las directrices de la Barbie en esa reunión.
– ¿Cuál fue su metodología para investigar este fenómeno y explicarlo a los lectores?
“Es un libro de nueve capítulos, que está en orden cronológico, que intentamos que cada capítulo sea como si fuese un episodio de una serie de televisión, en el que nosotros encontremos, o quien lo lea, encuentre un principio, un nudo y un desenlace con personajes principales, secundarios, con ambientación, con escenarios, con diálogos y con escenas. Alrededor de esto, con datos duros que nosotros conseguimos con informes, expedientes, acceso a la información y nuestras entrevistas vivas que fueron bastantes.
“El capítulo que llamamos El día que la Barbie paralizó Tepito lo documentamos conforme a videos, testimonios, informes de lo que sucedió ese día en Tepito, que fue esta reunión que para todos era extraordinaria. Nosotros no publicamos nada que no fuera cotejado al menos con tres fuentes, estas podrían ser fuentes documentales o fuentes vivas, y al final de cada capítulo nosotros intentamos contar cómo de una década para atrás, estos grupos nacieron, se fueron fortaleciendo de la impunidad, al amparo de la corrupción, al amparo de la omisión, y al amparo de la colusión de autoridades”.
– ¿Los diferentes gobernantes de la Ciudad de México fueron omisos o cuál fue la situación para no actuar a pesar de todas estas señales?
“Bueno, hay otros capítulos, así nos vamos yendo. Lo que quiero decir es que aparte de manera cronológica y de manera narrativa, cada capítulo era una alerta cada vez más fuerte, y que parece que se ignoró por las autoridades. En 2007 cuando estaba Marcelo Ebrard ya tenían informes de Estados Unidos y nacionales de que había cárteles juntando grupos en la Ciudad de México para hacerlos grandes grupos del narcotráfico. Te estoy hablando de hace doce años. Se ignoró. No se informó. No se hizo una estrategia. A la fecha no se sabe de ese informe que nosotros revelamos aquí y esto creció.
“Entonces, cada capítulo va teniendo una alerta mayor. Hasta las últimas, que son la masacre de Garibaldi, el 14 de septiembre, y la de los cuerpos desmembrados, en junio de 2018, en la calle Insurgentes, que al final es una de las calles más importantes de la Ciudad de México ¿no?”
– A la fecha, y de acuerdo a sus investigaciones, ¿de cuántas organizaciones criminales estamos hablando que autodenominan como cárteles?
“Es acertado lo que dices, que se autodenominan, porque al final ningún grupo de la Ciudad de México distribuye droga hacia Estados Unidos. No son transnacionales. Lo que si tiene son características de cártel en cuanto a su violencia, a su capacidad de infundir terror, su capacidad de fuego, a la diversificación de delitos, a que cobren derecho de piso, extorsionen, invadan predios, entren a la red de trata de personas, piratería, etcétera, y controlen casi casi territorios como si fueran suyos.
“Desgraciadamente muchas regiones de la Ciudad de México están distribuidas y no las controla el Estado, las controlan estos grupos. Los grupos más fuertes son la Unión, la Anti Unión y el Cártel de Tláhuac. De ahí se desprenden otros grupos como Los Rodolfos, Los Tanzanios y otros más.
“Ahora, ¿qué pasa también? que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) llegó a la ciudad, aliado, por una parte, con la Anti Unión, que domina el centro de la ciudad, y con el Cártel de Tláhuac, que tiene presencia en esta zona de Tláhuac e Iztapalapa, a manera de alianza o franquicia contra la Unión de Tepito”.
– Estos cárteles también operan en los reclusorios como el Oriente, donde se han registrado episodios lamentables hacia adentro y al exterior de los penales. ¿Es así?
“En la Ciudad de México hay autogobiernos como todos sabemos en los penales. Hay reclusorios donde está muy clara la presencia de la Unión o del Cártel Jalisco, y hay penales desde donde se manda y se dan órdenes como en muchas prisiones del país. Hay otras cárceles donde afortunadamente ya no sucede, pero en la Ciudad de México sigue sucediendo. Lo que pasa en esta capital es también una puerta giratoria de los narcos y lo hemos documentado mucho, tanto en el libro como en el portal en el que yo me honro dirigir que se llama La Silla Rota.
“Hay lagunas en la ley, hay corrupción, hay poca claridad y muchos de los líderes, cabecillas importantes, que nosotros mencionamos en este libro han entrado y salido de la cárcel en dos o tres ocasiones; es decir, entran… salen, entran… salen, y parece que no hay quien decida ponerlos en regla como deben estar, dentro, porque siguen apareciendo en informes como cabecillas y siguen libres”.
– ¿Cuál es el mensaje más importante del libro Narco CDMX?
“Todos pasamos, aunque no vivamos ahí, ya sea por turismo, o por negocios, o tenemos algún familiar, o por escalas, o simplemente porque es la capital del país. Entonces, para mí es un libro de servicio, porque no solo es importante contar que están operando en total impunidad bajo la corrupción y la omisión de autoridades, sino porque sirve para tener información de cómo moverse en la Ciudad de México. ¿Me explico?
“Se advierte a dónde no ir. Sí tú vas a un bar, debes saber cómo está la cadena de narcotraficantes operando, que empieza desde el valet parking, hasta los baños dentro del bar. El valet parking, el de la entrada, el cadenero, el del bar, el que está enseguida de la caja que es el que cobra las extorsiones.
“Lo documentamos no solo con informes, sino con historias vivas, con empresarios que están sufriendo esto, y que desgraciadamente hay zonas como La Roma, Condesa, Polanco, entre otras, que nosotros pensábamos que estaban exentas y no lo están. Están copadas por estos criminales. Tienen tomados los centros nocturnos. Esta información te sirve, te es útil, para saber cómo moverte. En ese momento se convierte en un libro de servicio”.
Así concluye la charla sobre este monstruo que nadie quiere ver y del que las autoridades capitalinas siguen negando su existencia. Una obra que merece ser leída para comprender lo que ocurre en las entrañas de la urbe más grande del mundo.