Un borracho llega a la estación de Policía, va a barandilla y le dice al primer agente que ve:
— Vengo aquí porque quiero ser policía.
“¿Usted está tonto, loco, drogado, burro, o de plano es un bueno para nada?
“Ah no, con tantos requisitos, ¡olvídelo!”.
Autor: Anónimo del 911.
Imposible darle gusto
— Mi amor, ¿quieres que vayamos juntos al gym?
“¡¿Me estás diciendo gorda?!”.
— No, pues si no quieres no vamos.
“¡¿Me estás diciendo floja?!”.
— Cálmate, mi amor…
“¡¿Me estás diciendo histérica?!”.
— Olvídalo, ¡mejor voy solo!
“A ver, ¡¿por qué quieres ir solo?!”.
Autor: Novio frustrado.
Definiciones
— Bueno, entonces ¿tú y yo qué somos?
“Pronombres, cariño… pronombres”.
Autor: Maestro de español.
La tarea
— Hijo, ¿qué haces?
“La tarea de español, papá”.
— ¿Te ayudo?
“¿Me puedes decir dos palabras con tilde?”.
— Matilde y Cleotilde.
“Creo que puedo solo, papá…”.
Autor: Padre reprobado.
Niño latoso
— ¡Mamá, mamá! Mis zapatos nuevos tienen un agujero.
“No me digas, ¿dónde?”.
— ¡Por donde meto el pie!
Autor: Otro chamaco con Bienestar.
El gato de Pepito
Pepito ya estaba aburrido de su gato y se quería deshacer de él, así que se lo llevó y lo dejó como a cinco cuadras de su casa. Pepito regresó inmediatamente a su casa y el gato ya estaba allí. Un poco enojado, Pepito tomó nuevamente al gato y esta vez se lo llevó como a diez cuadras de su casa, entonces volvió a su casa y otra vez el gato ya estaba allí.
Pepito se puso muy enojado y no tenía duda de que dejaría perdido al gato de una vez por todas, para tales efectos lo tomó y caminó muy lejos de su casa en todas las direcciones, doblando para un lado y para el otro en las cuadras de la ciudad. Y cuando pensó que ya sería suficiente para que el gato quedara perdido, lo dejó y salió corriendo.
Sucede que Pepito llevaba corriendo como quince minutos de regreso a su casa cuando se detuvo muy cansado para hacer una llamada, su mamá le contestó y el niño preguntó:
— Mamá, ¿está el gato en la casa?
“Sí, hijo, ¿por qué?”.
— ¡Dile al maldito gato que estoy perdido, que me venga a buscar!
Autor: Jaimito.
Estrategia
Un hombre mayor en Monterrey llama a su hijo en Nueva York:
— No quiero arruinar tu día, pero tengo que decirte que tu madre y yo nos vamos a divorciar, cincuenta años de miseria es suficiente.
“Pero, ¿de que qué hablas?”.
— No lo puedo soportar, estamos hartos el uno del otro, y yo estoy harto de hablar de esto, así que llama a tu hermana en Yucatán y le dices lo que está pasando con tu familia.
El padre cuelga el teléfono. Frenético, el hijo llama a su hermana, quien explota:
“¡Cómo diablos se van a divorciar! ¡Yo me encargaré de solucionar esto!”.
La joven llama a Monterrey de inmediato, y advierte a su padre:
“Ustedes no se van a divorciar. No hagan una sola cosa hasta que yo llegue. Voy a llamar a mi hermano y vamos a estar allí mañana. Hasta entonces, no hagan nada. ¿Me has escuchado?”.
El viejo cuelga el teléfono y se dirige a su esposa:
“Listo, el par de zonzos vendrá en Navidad ¡y pagarán su propio pasaje!”.
Autor: Un padre regio y tacaño.
Roba-burritos
En Phoenix, Arizona, un hombre fue arrestado por haberle robado ¡EN ZERIO! un burrito a un señor.
Según la Policía local, Timothy Bell, un indigente de 29 años de edad, amenazó a un transeúnte, obligándolo a entregarle su plato de comida mexicana.
La víctima llamó al 911 y reportó el incidente. Las autoridades siguieron a Bell, quien emprendió la huida todavía masticando el bocado de machaca ajena. Cuando por fin lograron detenerlo, los oficiales encontraron el papel encerado del burrito, evidencia suficiente para darle prisión preventiva sin derecho a fianza en una cárcel del Condado de Maricopa, donde el 6 de diciembre será juzgado por una felonía.