De lado a lado, cruzando la explanada de Centro de Gobierno de manera constante, se ve a Miguel Ángel Torres, director de Comunicación Social del Poder Legislativo, cuyos alcances en la toma de decisiones cruzan hasta el Ejecutivo del Estado, donde opera para algunos funcionarios del gabinete de Jaime Bonilla Valdez. Desde que tomó las riendas del área de prensa del Congreso, siendo un hombre cercano al equipo de Bonilla, se supo que ese no sería su único encargo. Con frecuencia, a Torres se le observa en eventos donde se invita al mandatario estatal y a sus colaboradores, pero donde no hay legisladores, lo que evidentemente es una irregularidad, pues su encargo y su pago son para atender las exigencias de los diputados. Si nos ponemos exigentes, bien podríamos hablar del desvío de recursos humanos del Congreso, pues en horario laboral, atiende diligencias ajenas a su función principal, beneficiando a otros actores gubernamentales.
Por poner un ejemplo, fue precisamente Miguel Ángel Torres quien organizó la conferencia de prensa para el secretario General de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, en la que arremetió contra la línea editorial de este Semanario y la codirectora de este espacio, Adela Navarro Bello. Torres moduló las preguntas y dirigió a los medios de comunicación durante los cuestionamientos, coincidentemente para exhibir al diputado sin partido, Miguel Ángel Bujanda, acusado por Rodríguez Lozano de solicitar sobornos para aprobar la reestructuración de la deuda. Es decir, operó en contra de uno de los representantes populares para los que debe trabajar.
A ver si Torres se decide por uno de los edificios, pues no es bien visto que mientras se le paga para atender en una oficina, ande moviendo los hilos de otra, y ese, ya es tema entre diputados.