Todavía no tomaba protesta como alcaldesa de Mexicali, Marina del Pilar Ávila Olmeda ya había gastado 600 mil pesos del erario para la realización de la primera sesión de Cabildo, en la cual fue nombrada primera edil de la Capital del Estado.
La austeridad -es evidente- la dejó para después del primero de octubre, pues Ávila no escatimó en gastos para llevar a cabo la toma de protesta donde se oficializó su responsabilidad al frente de la administración municipal. Además del acarreo -captado por las cámaras de ZETA-, se rentaron cientos de sillas para los asistentes, pantallas de grandes proporciones, un espectáculo de luces, renta de drones y otros artilugios para volver ese 30 de septiembre de 2019 su gran noche.
En la página de internet no aparece el proceso de licitación de dicho paquete por el que se efectuaron dos erogaciones por 300 mil pesos en beneficio de una persona física llamada Roxana Vergara Lazcano, la cual no cuenta con una empresa inscrita en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio, ni presencia en el padrón de proveedores municipal; pero expidió las facturas que Tesorería Municipal otorgó a CachanillaZ a través de una solicitud de Transparencia.
En esos gastos no se está considerando el vistoso operativo de seguridad.
Puertas
A quien le encanta abrir puertas es al diputado panista Miguel Ángel Bujanda, pues apenas dejó su cargo como coordinador de Gabinete en el Gobierno del Estado anterior, buscó refugio en el morenismo de Baja California, logrando establecer un vínculo con el actual fiscal general, Guillermo “Titi” Ruiz.
De hecho, en una reunión privada que el fiscal general sostuvo el martes 12 de noviembre con magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Bujanda se vio muy cerquita del nuevo funcionario estatal y de los compañeros de curul Juan Manuel Molina García, de Movimiento Regeneración Nacional, y Elí Topete Robles, de Movimiento Ciudadano.
Era tanta la cercanía que al salir de la reunión y caminar hacia el estacionamiento, Miguel Ángel abrió la puerta de la camioneta para que el fiscal ingresara a la unidad.
La cercanía entre Bujanda y Ruiz quedó evidenciada cuando el panista le limpió el camino al apodado “Titi” para convertirse en fiscal, al presentar la iniciativa que rompería las barreras que le impedían ocupar ese cargo.
No es gratuito, pues, que el todavía legislador panista está prácticamente con un pie fuera de ese instituto político, como tampoco lo es suponer que buscará refugio con el partido en el poder. Dicen quienes lo conocen, que Bujanda es fiel a una convicción: la de la mayoría.
Ahora, en vez de cargar las bolsas, acomodarle las sillas y abrirle las puertas a Francisco Vega de Lamadrid, lo hace para el fiscal general, quien -aseguran- a cambio le concederá algunos espacios en la nueva institución.
Refilón
El dictamen inicial de la Comisión de Gobernación sobre la Ley Orgánica de la Fiscalía General tenía como objetivo desprender al Servicio Médico Forense del Poder Judicial y trasladarlo a la Fiscalía General, pero de último momento, diputados de Movimiento Regeneración Nacional dejaron fuera esa pretensión. La cosa no terminará ahí, pues se rumora que el deseo del súper fiscal es tener al Semefo en su esfera.