Luego de aceptar asilo político en nuestro país, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
La aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana que trasladó al exmandatario andino aterrizó cerca de las 11:00 horas de este martes 12 de noviembre, en donde fue recibido por el canciller Marcelo Ebrard.
A su llegada al país, Morales expresó: “México me salvó la vida”. Ello, luego de que fuera el primero en descender de la aeronave y fuera recibido por el canciller mexicano con un saludo formal.
Evo Morales llegó acompañado de su ex vicepresidente Álvaro García y su ex ministra de salud, Gabriela Montaño.
El ex mandatario agradeció las acciones del canciller y del propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Compartió que días antes de renunciar fue extorsionado por un policía. Tras su dimisión como presidente del país andino, su casa y la de su hermana fueron saqueadas y quemadas.
“Para que no haya más hechos de sangre, renunciamos”, comentó el político, y añadió que el resto de los funcionarios que dejaron sus puestos no lo han hecho por cobardes, sino por el temor a ser agredidos y para proteger a sus familias.
Según Evo Morales su único delito es ser indígena.
En el Hangar, Ebrard se manifestó satisfecho por haber concluido con el traslado del boliviano. “Es un día de alegría”, comentó el funcionario mexicano y declaró que Morales gozará de “de libertad, seguridad, integridad y protección a su vida” en tierras mexicanas.
El traslado de ambos se tenía previsto por tierra, sin embargo, debido a una manifestación que efectúan elementos de la Policía Federal afuera del aeropuerto de la capital mexicana, se optó por que abordaran un helicóptero.
El cual partió hacia la zona oriente de la ciudad. Esto para no intervenir con los vuelos comerciales.
Posteriormente se confirmará cuál será el lugar al que llegarán Morales y sus colaboradores.
Por la mañana de este martes, el canciller Marcelo Ebrard narró el “periplo” que fue sacar a Morales de Bolivia. Se tuvo que sortear una serie de “valoraciones políticas” por parte de los países sudamericanos que rodean aquella nación, por lo que se complicó el traslado del exmandatario boliviano.
El traslado concluyó con más de veinte horas de vuelo por parte de la tripulación de la aeronave mexicana encargada de la misión.